Nación
Casi 10.000 de personas han sido víctimas de minas antipersonal desde 1958
De acuerdo con los datos brindados por el Centro Nacional de Memoria Histórica, 9.823 colombianos han sido víctimas de minas antipersonal en los últimos 60 años. Los departamentos de Antioquia, Nariño y Meta son los que concentran el mayor número heridos por estos artefactos.
El pasado 4 de abril se conmemoró el Día Internacional para la Sensibilización contra las Minas Antipersonal. Esto enaltece y da respeto a la vida de los niños, niñas, campesinos, soldados y todos los civiles que han sido víctimas de estos artefactos explosivos. Según reportes del CNMH, las guerrillas son las mayores responsables de esta problemática.
Actualmente, los datos del Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC) del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) dan cuenta que, entre 1958 y 2020, se han identificado en el país 9.823 víctimas de minas antipersonal y de artefactos explosivos improvisados. Antioquia, (22,1 %), Nariño (8,7 %) y Meta (8,3 %) son los departamentos del país donde se concentra el mayor número de víctimas heridas por estos artefactos.
Sin embargo, el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, tomando la información recopilada por el Alto Comisionado para la Paz, menciona que las cifras son aun mayores. Desde el 2006 hasta febrero de 2021, se han registrado 12.014 víctimas por minas antipersonal y municiones sin explotar, de las cuales el 81% (9.687 personas) se reportaron heridas y el 19% (2.327 personas) han fallecido a causa del accidente, es decir, 1 de cada 5 víctimas muere.
Además, de acuerdo con el informe estadístico de dicha entidad, el 89,77% de las víctimas son mayores de edad (10.745) y una gran parte de los afectados pertenecen a la fuerza pública (7.237). Con respecto a las víctimas civiles son 4.733 los afectados. El grupo demográfico más afectado son los adultos mayores de edad (66,36%); el segundo grupo que muestra mayor afectación son los niños y adolescentes (20,26%), luego se encuentran las mujeres mayores de edad (7,75%) y las niñas y adolescentes (5,62%).
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Estos artefactos explosivos han derramado mucha sangre a lo largo de los años, llevándose consigo a miles de inocentes. Las minas antipersonal son muy particulares y hay una gran diversidad de estas. Algunas tienen cables, otras pueden estar camufladas en cualquier objeto de uso común, Unas se activan con electricidad, otras de manera química. Unas se están ocultas en la vegetación, otras bajo el agua. Y lo más grave pueden durar años o décadas, aunque puedan oxidarse y cambiar de color, nunca dejan ser un arma mortal, conservan su capacidad de hacer daño.
Si logran sobrevivir, víctimas quedan con secuelas físicas que permanecen por el resto de su vida. Estos afectados requieren de un seguimiento y cuidado permanente, lo que dificulta la situación para aquellas familias campesinas que no cuentan con suficientes recursos económicos o que viven del trabajo que hacen en la tierra.
Sin embargo, para tomar cartas en el asunto, en la nación existen iniciativas como Pasos Seguros, un proyecto que recurre a la tecnología para capacitar a las poblaciones en riesgo y fortalecer prácticas de autocuidado y protocolos que permitan atender de manera oportuna un accidente. Esta labor se ha priorizado en 44 municipios, de seis departamentos (Norte de Santander, Arauca, Meta, Valle del Cauca, Nariño y Chocó), en donde, a través de gestores municipales, se realizan actividades pedagógicas con apoyo de herramientas de información que permitan hacer campañas de identificación y prevención ante posibles aparatos explosivos.
Además, Colombia ha sido uno de los países que hacen parte del primer convenio internacional que exige destinar recursos para atender a la víctimas y avanzar en el desminado de sus territorios. Allí también están suscritos otros 162 Estados.
A finales de 2016, el país era el segundo en el mundo con mayor número de víctimas nuevas de minas antipersonal y remanentes explosivos de guerra, superado solo por Afganistán. También fue catalogado como el primero en el mundo en cuanto a la cantidad de afectados por el uso de estos artefactos explosivos en la fuerza pública.
De acuerdo con la información entregada por el Ejército Nacional, a la fecha, el Estado colombiano ha liberado 253 municipios con operaciones de desminado humanitario gracias a sus 7 operadores y los componentes externos de monitoreo. La Brigada de Desminado Humanitario del Ejército Nacional se ha destacado por liberar 229 de los 253 y trabaja en 25 departamentos del país.
A su vez, la Defensoría del Pueblo afirma que “rechaza de manera contundente el uso de minas antipersonal (MAP), no solo por el alto costo que genera su descontaminación, sino especialmente por ser un tipo de arma prohibido por el Derecho Internacional Humanitario debido a que genera sufrimientos desproporcionados y efectos indiscriminados en su impacto, lo que representa un elevado porcentaje de civiles afectados, en particular poblaciones vulnerables como lo son los niños, niñas adolescentes y personas mayores”.
Por el momento, en lo corrido del presente año, entre enero y marzo, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) registró 104 víctimas de artefactos explosivos, de las cuales 41 son víctimas de minas antipersonal; 7, de restos explosivos de guerra; 33, de artefactos de detonación controlada y 23, de artefactos explosivos lanzados.