Nación
Caso Ana María Castro | Mateo Reyes, testigo estrella de la Fiscalía, rompió el silencio
Reyes es el hombre que estaba junto a Ana María Castro cuando, supuestamente, fue lanzada de un vehículo en movimiento.
En la madrugada del 5 de marzo de 2020, Ana María Castro se movilizaba en una camioneta junto a Mateo Reyes, acompañados por los dos capturados por el presunto feminicidio de la joven, Paul Naranjo y Julián Ortegón, quienes iban en la parte delantera. Desde el inicio de este proceso, Reyes aseguró que Ana María Castro se bajó del vehículo y luego se recargó en la ventanilla. De un momento a otro la camioneta arrancó y la joven terminó en el suelo. Pero ahora el caso da un giro, pues el principal testigo le asegura a la Fiscalía que perdió la memoria.
Fueron varias las declaraciones que entregó Mateo Reyes en el momento en el que ocurrieron los hechos. A la Policía, a los testigos que llegaron al sitio y posteriormente al Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía y, de acuerdo con los mismos informes de policía judicial, Reyes se contradecía en sus versiones, pero nunca había señalado no recordar los sucedido.
Ahora en el juicio que se adelanta contra Naranjo y Ortegón, el testigo estrella de la Fiscalía, Mateo Reyes, contó de manera cronológica, pero con varios lapsus, cómo ocurrieron los hechos que dejaron a Ana María Castro víctima de un presunto feminicidio.
Al parecer, los lapsus son consecuencia de un episodio de pérdida de memoria que, advirtió el testigo, ha sido repetido en varios momentos de su vida.
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“La pérdida de memoria me había pasado dos o tres veces, todas habían sido con alcohol, excepto una. Fue que me hicieron algo y ahí no me acuerdo de absolutamente nada… Me ha pasado tomando tequila, whisky y otros últimamente, solamente tuve un inconveniente, pero fue tomando, no por una laguna”, dijo el testigo a la Fiscalía.
Frente al evento en el que, según la Fiscalía, Ana María fue lanzada del vehículo en movimiento, Mateo Reyes aseguró que se subió a un vehículo y de un momento a otro le dijeron que se tenía que bajar; así lo hizo y de repente apareció una camioneta de la que cayó Ana María directamente al suelo. Se trata de una versión que se contradice con otras que el mismo Reyes entregó a la Fiscalía.
“Lo que recuerdo es que íbamos en un carro y me dicen que yo no puedo ir, que me tengo que bajar… lo hago, estoy como en la calle, no sé si estaba en el andén o en la calle y lo siguiente que recuerdo es ver una camioneta negra a mi derecha. Ana María cae al suelo y después yo salgo a ayudarla lo más rápido que puedo”, dice el testigo.
La nueva versión de Mateo Reyes ocurre justo en el juicio que se adelanta en contra de Naranjo y Ortegón. Allí insiste en que, cuando vio a Ana María en el suelo, le impactó mucho la forma en la que se encontraba la víctima, inerte, y por eso corrió a pedir ayuda a los vehículos que en ese momento transitaban por la calle 80, en el norte de Bogotá .
“Me impactó mucho cuando la veo en el piso. Ella cae al suelo y no se mueve ni se queja ni hace nada, no está en una posición natural, estaba como muy quieta y eso es lo que me impacta muchísimo. Lo primero que hago es atravesarme a los carros que van pasando, a todo lo que se atravesara para que nos ayudara”, dijo el testigo en el juicio.
Reyes contó que normalmente se encontraba con Ana María para irse de rumba y esos eran los escenarios que normalmente compartía con la víctima, además de algunos amigos en común que estaban igualmente relacionados en espacios de diversión nocturna o fiestas que se organizaban.
“Siempre que nos vimos era para irnos de fiesta o de rumba, coincidimos en algunos lugares, nos hablábamos, la mayoría de lugares eran casi siempre los mismos… no teníamos muchos amigos en común, yo estaba involucrado en algunas fiestas que se hacían en Cajicá e iba mucha gente de las universidades del norte y supongo que por eso mismo conocíamos tanta gente, porque eran de varias universidades”, explicó en su testimonio Mateo Reyes.
Una vez ocurrió el presunto feminicidio, Mateo Reyes aseguró que fue trasladado hasta un CAI de la Policía donde fue interrogado por algunos uniformados y allí estuvo hasta que llegó su papá a recogerlo, se fue para la casa, se acostó a dormir y al día siguiente se comunicó con la familia de Ana María.