JUDICIAL

Caso Ana María Castro: un testigo afirma que a la joven la “botaron como un muñeco”

Un conductor se encontraba en la calle 80, cerca del punto donde la adolescente de 21 años de edad habría sido arrojada de una camioneta, donde sufrió graves golpes que le produjeron la muerte.

31 de enero de 2021
Caso Ana María Castro: un testigo afirma que a la joven la “botaron como un muñeco” | Foto: Foto tomada de la cuenta en Facebook: Ana María Romero

El caso del feminicidio de la joven Ana María Castro, ocurrido el 5 de marzo de 2020 ha estremecido al país y más aún porque no se sabe exactamente qué ocurrió esa noche y cómo sucedieron los hechos que le arrebataron la vida a esta joven.

Las autoridades siguen recogiendo testimonios, videos clave y recopilando toda la información necesaria para determinar quién fue el o los asesinos de Ana María y por qué lo hicieron.

Recientemente, luego de que la Fiscalía imputó cargos por feminicidio agravado en calidad de coautor en contra de Julián Valente Ortegón Mosquera, por ser uno de los presuntos coautores del feminicidio de la joven Castro, el juez 33 penal municipal, con función de control de garantías de Bogotá, le impuso medida de aseguramiento en centro de reclusión.

¿Qué sucedió esa noche? Según lo establecido, la noche del 4 de marzo de 2020, la víctima se encontraba departiendo en un establecimiento comercial, ubicado en la zona de los bares de la calle 116 con avenida 19. Sobre las diez de la noche, un amigo de la joven llegó al lugar y vio que ella estaba con otro hombre; el primero se molestó y esperó a que su amigo Julián Ortegón saliera de trabajar.

A las once de la noche, los dos últimos entraron al bar donde se encontraba Ana María Castro en estado de alicoramiento. Posteriormente, en la madrugada del 5 de marzo, los dos hombres salieron del lugar, junto con Ana María y el acompañante. Todos decidieron ir a continuar tomando en un apartamento en el barrio Pontevedra.

En el vehículo de uno de los amigos de Ana María Castro, informó el ente acusador, iban por la calle 80, alrededor de la 1 y 30 de la mañana, cuando el conductor notó por el espejo retrovisor que la joven y su acompañante inicial se estaban besando, este al parecer se disgustó y detuvo el vehículo para que se bajaran. Sin embargo, se conoció que el amigo de la mujer habría sido sacado del carro, mientras que a Castro se presume que la arrojaron del mismo en la calle 80 con 69 P. En la caída recibió golpes traumáticos que ocasionaron su deceso en un centro médico.

Ana María Castro, joven fallecida
De acuerdo con testigos de los hechos, se vio cómo la joven se salía del carro y caía al suelo, como si fuera “un muñeco de trapo”. | Foto: Foto de sus redes sociales

Los mensajes que pudo enviar Ana María

Dos horas antes de que fuera arrojada en la calle 80, la joven había intercambiado algunos mensajes, de acuerdo con el diario El Tiempo.

El medio señala que Ana María había enviado un mensaje diciendo: “Por favor, recógeme en la calle 85. Estoy ofendida. ¿Puedes recogerme?”. El texto iba dirigido a su amiga Camila Estéfany Segura, a quien luego le dijo que se encontraba con Paul Naranjo, uno de los hombres que hoy busca la Fiscalía dentro de la investigación por este presunto feminicidio agravado.

De acuerdo con El Tiempo, la amiga de Ana María le respondió en ese momento: “Estoy tomando con Paul en la zona de la 116. Ven para acá”. Este último mensaje habría llegado a las 12:16 a.m. del 5 de marzo de 2020; algunos minutos después, aproximadamente siete, nadie tenía contacto con la joven.

De acuerdo con testigos de los hechos, se vio cómo la joven se salía del carro y caía al suelo, como si fuera “un muñeco de trapo”. La mujer fue trasladada al Hospital de Engativá y, posteriormente, al Hospital Simón Bolívar, donde falleció por el politraumatismo contundente que había tenido. La joven entró a las instituciones médicas sin documentos, ya que estos se habían quedado, al parecer, en el vehículo que se transportó.

Al otro día, el 6 de marzo a las dos de la tarde, la amiga de Ana María se comunicó con Paul por la aplicación de Messenger de Facebook y le preguntó qué había sucedido.

El hombre, quien de acuerdo con El Tiempo es fotógrafo, le respondió a Estéfany Segura que había estado con Ana María hasta las dos de la mañana y luego la dejó con un hombre llamado Mateo.

“Estuve con ella hasta las dos de la mañana. La dejé con un man (…). Mateo, un man alto, de barba, en la calle 80. Ahí se bajaron, detrás del Homecenter, y no supe más”, respondió Paul.

Naranjo, que concedió varias entrevistas a medios de comunicación dando cuenta de que sí bajaron a Ana María Castro y a su acompañante por supuestos actos obscenos dentro del vehículo, podría entregarse. De acuerdo con su relato, él sí bajó a la joven y a su presunta pareja por los hechos mencionados, pero los dejó sanos y salvos y no comprende cómo apareció golpeada y muerta. Además, dijo en su momento, Julián Ortegón le ayudó a bajarlos, pero no empujándolos ni arrojándolos, como señalan los testigos.

Momentos antes, la joven había salido del mencionado bar en un alto grado de alicoramiento, como se ve en varios videos que el dueño del establecimiento dio a las autoridades. En la grabación se ve a Ana María saliendo con dos hombres: Paul Naranjo y su amigo Julián Ortegón Mosquera.

Además de los chats y videos, la Fiscalía también cuenta con algunos testimonios que vieron cómo la joven habría sido arrojada del vehículo. Uno de ellos, que se encontraba cerca del punto, es decir en la calle 80, llamó a la línea de atención 123 y dijo: “A 30 metros observo un vehículo oscuro, de vidrios polarizados, que bota a una persona de sexo femenino y cae como un muñeco”.

El conductor, que trabaja para la plataforma Didi, amplió su testimonio y de acuerdo con El Tiempo, fue directamente a las autoridades a contar lo que había visto, inclusive grabó varios videos del vehículo que habría arrojado a Ana María, pero días después de lo ocurrido le robaron su celular.

Por ahora las pesquisas continúan con un presunto responsable con medida de aseguramiento y otro (Paul) con paradero desconocido.