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¿La mala hora de Santos?: los testimonios que enredan al expresidente
Testimonios, evidencias, grabaciones y una justicia que despertó en manos del fiscal Francisco Barbosa ponen contra las cuerdas al expresidente Juan Manuel Santos por la financiación de su reelección. Su estrategia de guardar silencio tiene límites y ya empieza a pasarle factura.
Dos años y medio después de terminar su mandato como presidente, el regreso del fantasma de Odebrecht le está haciendo la vida imposible al expresidente Juan Manuel Santos. Desde que estalló el escándalo en Colombia, la gran duda que ha estado gravitando es si la multinacional de la corrupción financió de manera ilícita la campaña presidencial de 2014, cuando Santos derrotó a Óscar Iván Zuluaga en la segunda vuelta.
Esta semana fue particularmente movida en torno a este caso, pues confluyeron por separado decisiones en la Fiscalía, que llamó a imputación de cargos a 12 personas por procesos relacionados con Odebrecht, entre ellas a Roberto Prieto, gerente de la campaña de Santos. También fue citado Esteban Moreno, quien, según los expedientes, habría recibido por lo menos 4.000 millones de pesos de la multinacional de los sobornos y que habrían ido a parar a la segunda vuelta que garantizó la reelección del entonces presidente.
Por otro lado, el excongresista cordobés Bernardo ‘Ñoño’ Elías dio un explosivo testimonio en el proceso que se le sigue a Luis Fernando Andrade, expresidente de la ANI. Allí prendió el ventilador y vinculó directamente al expresidente Santos con Eleuberto Martorelli, uno de los directivos de Odebrecht, en las maniobras para conseguir los aportes a su campaña. Como no había ocurrido hasta ahora, en esta oportunidad el Ñoño habló de montos exactos y dijo, por ejemplo, que le entregó 800 millones de pesos en efectivo a Roberto Prieto para las elecciones de 2014.
Cuando comenzó su periodo, el fiscal Francisco Barbosa se comprometió a desentrabar las investigaciones de Odebrecht en Colombia, el único país donde el proceso no ha avanzado en comparación con los resultados vistos en la región. Barbosa creó un grupo de tareas especiales y nombró al fiscal Gabriel Jaimes como su orientador. La misión fue unificar 14 líneas de investigación dispersas y en diferentes despachos para “tener una visión integral del entramado de corrupción auspiciado por la multinacional”.
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Justo cuando cumple un año al frente del búnker, el fiscal Barbosa empezó a dar resultados y a tocar los que hasta ahora eran considerados “intocables”.
En el caso de Prieto, la Fiscalía lo citó a imputación de cargos por el delito de lavado de activos, que puede darle hasta 30 años de cárcel. Eso cambia drásticamente su panorama judicial, pues él ya estaba solicitando la detención domiciliaria después de haber llegado a un acuerdo con la Fiscalía de Néstor Humberto Martínez para pagar una condena de cinco años de cárcel por hechos no relacionados con la reelección de Santos.
Ahora Prieto tendrá que responder, según la Fiscalía, por los dineros recibidos en sus gestiones indebidas a favor de Odebrecht, puntualmente para la adición 05 del contrato de la Ruta del Sol III. Cuatro personas más lo harán por el mismo delito, entre ellas, Natalia Isaza Vásquez, hermana de la esposa de Prieto.
Aunque estos cargos no están relacionados con los hechos del posible ingreso de dineros de Odebrecht a las campañas de Santos, la decisión judicial pondrá a Prieto ante un dilema: colaborar o no con la justicia para obtener una rebaja en la pena, e incluso la inmunidad total que lo libere inmediatamente, como le ofreció la Fiscalía.
Miles de horas de grabaciones de llamadas de Prieto con Juan Manuel Santos, su esposa, María Clemencia Rodríguez, y varios funcionarios de la Casa de Nariño en ese entonces inquietan a los fiscales. En dichas interceptaciones hay toda clase de evidencias sobre lo que pudo haber sucedido en la campaña y después cuando empezaron las investigaciones en la Fiscalía, el Consejo Nacional Electoral, la Procuraduría y la Comisión de Acusación.
Aunque hay evidencia de que Prieto manejaba varios números telefónicos, en muchas de sus conversaciones se le escucha tratando de cuadrar las versiones de sus excompañeros de campaña, ya en el Gobierno, y de los brasileños de Odebrecht. En una conversación con un hombre identificado como Fernando Quintero, Prieto le dice: “Tienen muy destapada la segunda vuelta (...) Sí, eso se va a venir un tsunami ni el HP,… ni le digo, del fiscal para abajo, en los medios ya todo el mundo sabe el rol que jugó Néstor Humberto, Juan Mesa... Esa carta de Pastrana y Uribe es muy HP, ¿cierto? Jalan esa piola de Esteban y ni siquiera lo mío, lo mío no dice ni un culo... Fer, estoy trabajando sobre el tema para tranquilidad, que eso no trascienda, el señor me dijo, ‘Yo soy su amigo, tranquilo eso es un tema entre privados’... Pero es que si explota lo otro, apague y vámonos; están hurgando esa segunda vuelta duro, lo grave de Esteban Moreno es que dicen que movió 8.000 millones”.
En otro aparte, Prieto habla de los Gaviria. “No, y además están muy preocupados y están haciendo lo divino y lo humano... Se están moviendo durísimo, el bollo es muy grande, en los medios ya está regado qué hicieron los Gaviria, qué hicieron todos”.
Durante muchos años, Prieto no se alejó de la Casa de Nariño ni de la familia presidencial. En varias interceptaciones se escucha cómo tuvo un solo plan desde el principio: “Salvar al presidente” y sacarlo “del peor bollo de su vida”, según sus propias palabras. Sin embargo, Santos, en una entrevista con RCN Radio, en medio del escándalo, dijo que Prieto lo “traicionó”, aunque después él y otros trataron de convencer al exgerente de que el mandatario fue tergiversado y que la embarró al referirse en esos términos hacia él.
En una conversación, Prieto dice: “Bueno, la hecatombe, me llamó el hijueputa presi, hablé con la primera dama, bueno, la cagué, la embarré… Además, se sumó un contrato que me liquidaron en Fontur, entonces llamó (Santos) a María Claudia Lacouture y le dijo: ‘No solo la acabé de cagar con Prieto, sino que usted le acaba de cancelar un contrato, hijueputa me lo arregla’, entonces yo vengo de comer con la ministra de Comercio”.
En otra llamada relató el diálogo que aparentemente tuvo con la primera dama. “Ayer estuve tres horas con la primera dama y hablamos muy largo; le dije: ‘Su marido es un animal de cuatro patas, pero ¿qué hacemos?’. Me dijo: ‘¿Qué hago, Roberto?, volvió y la cagó’. Por eso hay que mantenerlo guardado…”.En todos los audios hay noticias. Incluso los investigadores creen que Prieto pudo participar en una especie de operación destrucción que habría borrado documentación fundamental de la campaña. De hecho, las cajas con todos los archivos fueron sacadas de las bodegas de Thomas Greg, donde permanecían, y llevadas a la Casa de Nariño, y finalmente a una casa en el norte de Bogotá, de propiedad de Aracelli Rojas, exauditora interna de las campañas de Santos, quien llegó a ser cónsul en Los Ángeles en ese Gobierno.
Prieto aceptó que en 2010 Odebrecht pagó unos afiches para la campaña Santos por un valor de 400.000 dólares, y hoy todavía no hay claridad sobre la encuesta de Paddington, que costó un millón de dólares y que también fue pagada por la multinacional brasileña. Prieto también fue salpicado por el excongresista Otto Bula, quien aseguró que le hizo llegar un millón de dólares en efectivo en un maletín a través de su amigo Andrés Giraldo.
La gran duda es si Prieto, después de quedarse solo y en prisión, decidirá cambiar la estrategia y colaborar con la justicia para esclarecer lo que realmente pasó con Odebrecht en las campañas de Santos. ¿Prieto se atreverá a hablar de la responsabilidad del expresidente Santos en todos estos episodios? ¿Dará más nombres? ¿Contará la historia completa o se quedará dos décadas más en la cárcel? ¿Hasta dónde le llegará la lealtad con la familia presidencial del anterior Gobierno?
“Se incendia el país”
La historia con Esteban Moreno es tal vez una de las más complicadas para el expresidente Santos. La primera vez que el país escuchó su nombre vinculado a Odebrecht en la campaña de Santos fue cuando los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana le pidieron por escrito a las autoridades que investigaran “si el día 9 de junio de 2018 se le entregaron a la campaña de Juan Manuel Santos y a través del señor Esteban Moreno (Gistic Soluciones Integrales S. A. S.), la suma de $3.894.748.490,78”.
Once meses después, el empresario Andrés Sanmiguel fue interrogado por la Fiscalía y reconoció que, a través de su empresa y un contrato falso que nunca fue ejecutado, Consol (Consorcio Constructor Ruta del Sol, conformado por Odebrecht y Corficolombiana) movió los casi 4.000 millones de pesos que Sanmiguel le habría entregado a Esteban Moreno en efectivo y que habrían ido a parar a la reelección en 2014. “Me dijeron que era urgente sacar la plata, porque era para la campaña de la reelección de Juan Manuel Santos”, aseguró Sanmiguel en la Fiscalía.
El dinero se le habría entregado a Esteban Moreno en dos tandas. “Ahí hablé con Esteban Moreno... Él llegó lleno de escoltas... llegaron 20 tipos en carros blindados. Y llegó este señor Esteban, nunca se me va a olvidar, como con un gabán largo…, a decir ‘fresco, no te preocupés, que yo vengo haciendo esto toda la semana, llevo en esto dos semanas. Esto lo necesitamos urgente, es que esto es ya’... Entraron y recibieron la plata con esa gente… Ahí fueron como 1.500 millones de pesos en efectivo…”, contó Sanmiguel.
La segunda entrega se habría hecho al día siguiente en un banco cerca del parque de la 93. Esteban Moreno y Andrés Sanmiguel también aparecen en una grabación de 31 minutos, ya con Santos en el poder, y publicada por SEMANA en 2019. En ella hablan de la campaña de reelección de Santos y de la forma como se habrían recolectado algunos dineros, aparentemente por debajo de la mesa y procedentes de “16 manes”. “Entonces, si quieren incendiar el país, marica, de una, ¡miren a ver!... El escenario catastrófico es que los cojan y los llamen a todos… y se incendia el país. Pero, marica, le digo una cosa: tumba al presidente, tumba al fiscal, se cae la candidatura de Vargas, el establecimiento del país…”, le dice Moreno a Sanmiguel.
En el audio se escucha que Moreno no solamente le dice a Sanmiguel que ya tiene los abogados pagos, sino que le ofrece hacer “su lista de mercado” para que le pida lo que quiera al Gobierno Santos. Además, Moreno asegura que está protegido por los Gaviria y que no importa si hay cambio de presidente en 2018, porque tienen supuestamente asegurado al fiscal. “Después de que el fiscal sea Néstor Humberto, estamos del otro lado…”, le dice Moreno a Sanmiguel.
Aunque hasta ahora Esteban Moreno y los otros involucrados han podido evadir la justicia, esta semana la Fiscalía anunció que les imputará dos delitos: enriquecimiento en favor de terceros y lavado de activos. La esposa de Sanmiguel también tendrá que responder. Falta ver cuál será la reacción de Moreno en los estrados, ya que en la grabación se le escucha decir: “Les dije... a mí me tocan una muela y se incendia el país”.
¿Cuál es esa verdad que sabe Moreno y que aparentemente causaría estragos en el establecimiento? ¿Quién lo ha protegido durante todo este tiempo?
Lo que ya está probado es que la plata de Odebrecht sí llegó a la empresa Gistic. También está probado que se sacaron del banco en dos días miles de millones de pesos en efectivo. ¿Esteban Moreno estará dispuesto a contar qué hizo con ese dinero y si es cierto que lo entregó a la campaña de reelección de Santos en la segunda vuelta?
La defensa de Santos ha insinuado en varias ocasiones que el dinero pudo haber llegado al Partido Liberal, pero esa sola mención puso en alerta a la casa Gaviria. “Simón, ¿qué va a decir? Que él fue y pidió una plata... Le pueden investigar un concierto…”, dice Moreno en su conversación con Sanmiguel. Sin embargo, Simón Gaviria nunca ha sido llamado por la justicia por estos hechos.
Como si todo esto fuera poco, esta semana el ‘Ñoño’ Elías decidió colaborar con la justicia. Además, le dijo a SEMANA que la reelección de Santos fue “corrupta” (ver entrevista). También aseguró que él está pagando por los delitos que cometió, pero que el país se debe preocupar no por él, sino por los que no han pagado todavía por estos hechos. En poder de las autoridades existen archivos completos de chats, publicados por SEMANA, que demuestran que el Ñoño tiene razones para saber muchas cosas, porque definitivamente era un congresista privilegiado en el Gobierno Santos.
De hecho, el senador Armando Benedetti, quien fue muy cercano a Santos en la Casa de Nariño, dijo esta semana que al ‘Ñoño’ Elías “hay que creerle, porque está diciendo la verdad” y agregó que las autoridades deberán investigar reuniones en la casa de Juan Manuel Santos en plena campaña por la reelección, donde habrían estado presentes directivos de Odebrecht y otros empresarios. Los encuentros habrían sido los días 27, 28 y 29 de mayo de 2014 y en ellos se habría pedido una cuota de 4.000 millones de pesos a cada uno de los asistentes.
También hay dudas por resolver. ¿Para asegurar la reelección de Santos se organizó una recolecta entre políticos de Bolívar, Córdoba y Sucre, y la reunión se hizo en la casa de Juancho García, hermano del Gordo García? ¿Es verdad que allí estuvieron presentes, entre otros, el exministro Aurelio Iragorri y Alejandro Lyons, exgobernador de Córdoba? ¿Hubo tulas repletas de dinero para la campaña en las instalaciones del hotel Regatta, de Cartagena, donde se vieron congresistas y contratistas? ¿El cuestionado Yahír Acuña aportó 5.000 millones de pesos para la reelección? ¿Qué papel jugaron los gobernadores en ese momento: es verdad que algunos aportaron a la campaña a través de la asignación de contratos? ¿Es verdad que el dinero que recibió Esteban Moreno se envió al sur del país para aceitar los votos de la segunda vuelta?
Con toda esta avalancha judicial que se le vino encima, y aunque el Consejo Nacional Electoral archivó las investigaciones y la Comisión de Acusación no ha avanzado, no se sabe si Santos podrá mantener su teflón.
Aunque toda la semana se han escuchado señalamientos muy graves y durante años se vienen destapando episodios que merecerían más de una explicación, el expresidente se ha caracterizado por pasar de agache y guardar silencio. Pero la verdad está brotando y lo cierto es que viene impactando en el prestigio de un nobel de paz, aplaudido en su momento en el mundo por los acuerdos de La Habana, pero que hoy está en la mira por el escándalo de Odebrecht, el mismo por el que se han caído presidentes en Perú, Brasil y Ecuador.