La mujer ha cambiado su versión varias veces y su hermana Xiomara, quien tenía la custodia temporal de la niña otorgada por el ICBF, teme lo peor.
La mujer ha cambiado su versión varias veces y su hermana Xiomara, quien tenía la custodia temporal de la niña otorgada por el ICBF, teme lo peor. | Foto: Cortesía

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Caso Sara Sofía | Cuartos pequeños y sucios, así es el paga diario donde capturaron a la mamá

Carolina Galván fue detenida en un inquilinato, en el sector de Bosa Centro, donde dormía en un camarote y cancelaba 7.000 pesos por pasar la noche.

20 de marzo de 2021

El país sigue en vilo por el caso de Sara Sofía Galván, una niña de apenas 2 años de edad cuya madre estaría implicada en su desaparición o posible muerte.

Según la versión de Carolina Galván, madre de Sofía, ella se encontraba en casa de su pareja sentimental Nilson Díaz y le habría dado de comer a la pequeña. Tres horas después, la encontró tiesa, fría y sin vida, con su carita morada y acostada en la cama.

Al parecer, la menor habría tenido una broncoaspiración. Según su relato, acompañada de su novio se trasladó hasta el borde de un río para arrojarla al agua, envuelta en una cobija azul, dentro de un costal.

Pero la mujer, de 21 años, ha cambiado su versión varias veces y su hermana Xiomara, quien tenía la custodia temporal de la niña otorgada por el ICBF, teme lo peor.

El 19 de febrero, semanas después de la desaparición de Sara, de manera inesperada Xiomara recibió un mensaje en Facebook. Ella fue contactada en esa red social por una mujer venezolana, llamada Marisela, quien es vendedora ambulante en el sector de Corabastos, a las afueras de la puerta siete.

Marisela le dijo a Xiomara que tenía información sobre el paradero de la niña y le dio un número de contacto. Cuando hablaron telefónicamente, le contó que Carolina estaba en compañía de Nilson y dedicada a la prostitución en la calle 38, en el barrio Llano Grande, consumiendo drogas; que en ocasiones dormía en las calles o en paga diarios, costeados por Nilson desde el 31 de enero.

Además, le dijo que Carolina le entregaba día de por medio a él, quien la doblaba en edad, todo lo que se ganaba.

   Esta es la ropita de Sara y algunos de sus juguetes, en la casa de su tía Xiomara, donde la niña vivía por cuenta de los maltratos de su madre. En la vivienda de arriba fue capturado Nilson Díaz. En ese lugar habría fallecido Sara. En la foto de abajo, el pagadiario donde dormía Carolina y fue capturada. Al lado, el cartel usado por la Policía para encontrar a la niña.
Esta es la ropita de Sara y algunos de sus juguetes, en la casa de su tía Xiomara, donde la niña vivía por cuenta de los maltratos de su madre. En la vivienda de arriba fue capturado Nilson Díaz. En ese lugar habría fallecido Sara. En la foto de abajo, el paga diario donde dormía Carolina y fue capturada. Al lado, el cartel usado por la Policía para encontrar a la niña. | Foto: guillermo torres-semana / cortesía policía

En la madrugada del pasado miércoles, agentes del CTI de la Fiscalía capturaron a Carolina y a Nilson. Al finalizar la audiencia, en la que no aceptaron cargos, la mujer se acercó a una persona de la Fiscalía y le confesó: “No busquen más, yo lancé la niña al río”.

Carolina fue capturada en un paga diario en el sector de Bosa Centro, donde dormía en un camarote y cancelaba 7.000 pesos por pasar la noche.

Hay versiones que indican que lloraba en las noches por lo sucedido. Sin embargo, su actitud, después de la captura, es contraria. Se ha visto indolente, tranquila y no como la madre que acaba de perder a su bebé.

SEMANA llegó hasta el sitio donde Carolina pasaba sus noches en Bosa Centro. El olor es repugnante y el aspecto da cuenta de que cualquier cosa puede ocurrir allí. Son pequeñísimos cuartos, donde duermen personas desconocidas entre sí.

Luz María Díaz, la dueña del lugar, dijo que habló con Carolina y que el pasado domingo la vio sentada frente al televisor y le pidió que se bañara, porque estaba muy sucia. “Si yo supiera lo que ella le hizo a la niña, no la hubiera dejado salir de esta casa”, dijo la mujer.

LUZ MARÍA DÍAZ. Esta mujer es la dueña del pagadiario en Bosa Centro, en el sur de Bogotá, donde durmió Carolina en los últimos días. “Si yo supiera lo que ella (Carolina) le hizo a la niña, no la hubiera dejado salir de esta casa”, dijo la mujer a SEMANA.
Luz María Díaz. Esta mujer es la dueña del paga diario en Bosa Centro, en el sur de Bogotá, donde durmió Carolina los últimos días. “Si yo supiera lo que ella (Carolina) le hizo a la niña, no la hubiera dejado salir de esta casa”, dijo la mujer a SEMANA. | Foto: cortesía policía

Por su parte, Nilson, quien supuestamente trabaja en Corabastos, fue capturado en el barrio Class, en Kennedy, en el primer piso de una casa completamente abandonada y con ropa tirada por todas partes, acompañado de sus cuatro hijos. Algunos vecinos aseguran que varias veces lo vieron pedir limosna en la calle, acompañado de los menores.

Mientras estas capturas se daban, un dron ha sobrevolado durante varios días el curso del río Tunjuelito.

Además, la Policía tenía pendiente con el CTI allanar la casa donde habitaba la pareja; allí, al parecer, Sara pasó sus últimos días, junto con los cuatro niños que acompañaban a Nilson y que están bajo la custodia del ICBF.

Los pequeños, de 5, 7, 9 y 10 años, son valorados en su estado físico y emocional por los expertos de Bienestar Familiar. Además, los psicólogos escuchan sus relatos para tratar de entender mejor qué pasaba en ese hogar y obtener más pistas sobre lo que le pudo ocurrir a Sara.

SEMANA también recorrió la casa de Xiomara, donde la niña vivió feliz desde que nació, después de que su madre llegó embarazada, pidiendo ayuda. En la vivienda está intacto el recuerdo de Sara, sus juguetes, sus dos osos de peluche preferidos, los zapaticos que siempre usaba, su ropa y algunos productos de aseo por estrenar.

En el cuarto donde pasó todas las noches, hasta que no volvieron a saber de su paradero, ya desarmaron la cuna, como si la familia estuviera perdiendo todas las esperanzas de que ella regrese.

Operativo de las autoridades en busca de rastros de la niña en el río Tunjuelito.