JUSTICIA

Cayó el narco de las gorras finas

En un operativo de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, cayó alias El Patrón, uno de los capos más importantes de la mafia en Medellín. Esta es su historia.

16 de marzo de 2018
| Foto: Policía

Muchos capos han caído por sus mujeres, porque a ellas se les olvida que sus maridos encabezan las listas de los más buscados y por eso se dan la gran vida sin disimular que todo lo que compran está manchado de dinero ilegal; el caso de Elkin Fernando Triana Bustos, fue diferente, las autoridades sabían de él muy poco: era un hombre solitario, desconfiado, con un fuerte equipo de seguridad que evitaba dejar cabos sueltos, pero él, a quien conocían como El Patrón, tenía una debilidad: las gorras costosas, los relojes de lujo.


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Después de diez de meses de investigación, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá encontró los gustos excéntricos del capo, quien para obtener sus fetiches optaba por la ayuda de intermediarios quienes buscaban estos objetos en almacenes de lujo. Un informante aseguró que prefería las marcas Gucci y Coach y que en el caso de las gorras podía pagar hasta más de 500 dólares por una, así las autoridades siguieron a los compradores, quienes tenían horarios fijos para comprar las piezas, de esta manera se concretaron rutas, lugares de encuentro y, finalmente, los escondites del capo.

Alias El Patrón nació en el seno de una familia humilde del barrio El Playón, al norte de Medellín, una zona de estrato bajo en la que se inició en el mundo criminal y como tantos otros hombres que se iniciaron en el crimen en los convulsos años ochentas, perteneció a milicias urbanas. Luego formó parte de grupos paramilitares, pero rápidamente dio viraje para formar la banda conocida como Los Triana, una estructura criminal que se caracterizó por su fortaleza militar y por ser independiente de los grandes poderes mafiosos de la ciudad, pues se encargaban de ofrecer servicios como el sicariato y el cobro de deudas.


Los Triana es una banda nació como una empresa criminal familia, la cual El Patrón creó con la ayuda de su hermano alias El Gordo, estructura que se autodenominó en un principio como milicia popular que tenía control en la comuna 2 Santa Cruz de Medellín, desatando una guerra en contra del ELN, pues desde el principio quisieron independencia. Fue así como se volvieron una mafia que proveía hombres e inteligencia para el desarrollo de acciones delictivas. 

Ya en 1999, Elkin Triana catapultó la organización al establecer alianzas logísticas y militares con el Bloque Metro, siendo responsables de una masacre ocurrida en el sector de Cañada Negra de Bello, donde asesinaron a seis personas, hecho por el cual fue capturado Triana en agosto del mismo año. Sin embargo, al poco tiempo demostró su poder, pues el primero de enero del 2000 se fugó de la cárcel San Quintín de Bello, aunque fue recapturado al día. La segunda fuga tuvo lugar tres meses después, pero nuevamente la policía la policía lo capturó, todo terminó en una condena a 46 años de prisión, pero en 2011 recuperó su libertad por decisión de un juez de penas y medidas de seguridad de Tunja.

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Después de recuperar la libertad, y consolidado como un capo de la mafia, asentó el poder de Los Triana en un sector del norte de Medellín y del municipio de Bello, así El Patrón consiguió una silla en la dirección del llamado Grupo Colegiado La Oficina, donde varios capos se reunían para organizar sus negocios mafiosos, estructura que tiene el control del 70 por ciento de la ilegalidad del Valle de Aburrá. Allí se hizo a la imagen de un mediador, pues creía que cada grupo podía tener sus propios negocios sin interrumpir el de los demás.

La caída de El Patrón debilita el crimen en Medellín, sin embargo no es lo único. Desde diciembre de 2016, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá ha liderado más de 60 operaciones contra la criminalidad del Valle de Aburrá, lo que ha llevado a la captura de 1.398 integrantes de estas estructuras, de los cuales 185 se consideran cabecillas, así como de 1.213 personas que serían integrantes vinculados con las llamadas Organizaciones Delincuenciales Integradas al Narcotráfico (ODIN).