judicial
Cero y van 27 muertos
Después de que el testigo clave del asesinato de Orlando Sierra le contó a SEMANA los detalles sobre los autores intelectuales del crimen del periodista, y cuando iba a declarar ante la justicia, desapareció misteriosamente. Ferney Tapasco está en la mira de la Fiscalía.
Luis Eduardo Vélez Atehortúa era un hombre joven, musculoso y siempre tenía su pistola al cinto. "Yo nunca dejo el arma. A mí no me vuelven a coger descuidado y no me vuelve a pasar esto", decía mientras enseñaba las cicatrices de tres balazos, dos en el abdomen y uno en un brazo. "Eso fue hace como dos años y estuve 39 días en cuidados intensivos. Esa vuelta me la hicieron unos de la Galería en Manizales y sé que fue don Ferney, el que la mandó. Él sabe que yo sé muchas cosas de él porque trabajé 10 años con él. Yo no soy ningún angelito. Yo casqué mucha gente por orden de él. Soy de lo poquitos que quedan vivos, pero ya estoy cansado de andar escondiéndome para que no me maten. Mi única salvación es contar todo lo que sé". Con estas palabras, Vélez comenzó un extenso relato a SEMANA el pasado 11 de julio. Durante los siguientes dos días contó con lujo de detalles una serie de escalofriantes hechos que vinculan a importantes políticos del departamento de Caldas. Y especialmente los detalles de uno de los crímenes que más han conmovido a la prensa y a la opinión pública: el asesinato del subdirector del periódico La Patria de Manizales, Orlando Sierra, el 30 de enero de 2002.
"Yo estaba con don Ferney y Dixon (Tapasco) un martes, cuando Ferney cogió el periódico y dijo: a ese hp de Sierra no quiero verlo vivo mañana a la hora del almuerzo. Dixon dijo: hay que salir de ese problema de una vez. Al otro día mataron al periodista. Esa conversación yo la tengo grabada. Por esos días yo venía mal con don Ferney porque no le quise hacer una vuelta de cascar a un político de Pácora (Caldas) y él estaba muy bravo conmigo por no haber cumplido la orden. Yo le tenía respeto porque es un hombre muy peligroso y ya sabía de qué era capaz. Por eso yo decidí comenzar a grabar todas las reuniones en las que estaba con ellos, para tener una especie de seguro en caso de que quisieran hacerme algo", dijo Vélez a SEMANA.
Aparte de haber sido testigo de la reunión y de tener la grabación en la que los políticos hablan del crimen de Sierra, Vélez también comenzó a recolectar algunos videos y fotografías de diferentes actividades no santas en las que estarían involucrados los dirigentes. "Yo estuve con ellos en varias de las reuniones que tuvieron con Ramón Isaza. Eso fue antes de todo lo del proceso de Ralito. En esas reuniones se hablaba de apoyos y alianzas políticas y de cómo se repartían y ponían gente en cargos públicos en algunos pueblos de Caldas", contó Vélez a SEMANA.
Durante varios años, Vélez escondió ese material de diversas partes de Manizales como una especie de seguro de vida. Sin embargo, desde comienzo de julio de este año, su temor por ser asesinado aumentó. La gota que rebosó la copa, según contó, fue el hecho de que varios hombres armados llegaron a la casa de su familia y hace poco intentaron secuestrar a su hijo a la salida del colegio, en la capital de Caldas. Hace dos semanas sacó a su familia de Manizales y viajó a Bogotá dispuesto a contar todo y entregar las pruebas a la justicia. Después de hablar con SEMANA durante tres días, el pasado viernes 13 de julio salió a las 8 de la mañana del hotel donde estaba alojado. Ese día iba para la Fiscalía y la Corte Suprema. "Hay dos hombres que me están siguiendo. Voy a tratar de devolverme al hotel" , dijo a SEMANA. Vélez jamás regresó y desde entonces nada se sabe de él.
Aunque el testimonio de Vélez no alcanzó a quedar en manos de la justicia, su extraña desaparición parece ajustarse al trágico destino que han corrido otros que han estado relacionados con el caso del asesinato del subdirector del periódico La Patria. Según los reportes de la Fiscalía, en los meses siguientes al asesinato de Sierra, seis personas, entre sicarios y testigos del crimen, fueron acribilladas. La mayoría de estos había sindicado al ex diputado Ferney Tapasco como el autor intelectual del asesinato, señalamientos que en repetidas oportunidades ha negado el político caldense. Sin embargo, investigadores que han seguido de cerca el caso afirman que en los cinco años que lleva la investigación, la cifra real de homicidios relacionados con el caso Sierra es de 27 personas.
Los dos sicarios que asesinaron a Sierra, Luis Miguel Tabares, alias 'Tilín', y Luis Arley Ortiz, alias 'Pereque', fueron capturados en 2002 y están condenados a 28 años de cárcel. Aunque los homicidas no confesaron quién los había contratado, todas las miradas siempre se han dirigido a Ferney Tapasco. Hace dos años, la Procuraduría le pidió a la Fiscalía revisar y valorar las declaraciones de varios testigos que habían señalado a Tapasco como el autor intelectual del asesinato. Después de revaluar esas declaraciones y acoger nuevas pruebas, en los próximos días la Fiscalía llamará a indagatoria a Tapasco. Esto quiere decir no sólo que Tapasco queda formalmente vinculado a la investigación, sino que hay indicios serios que lo comprometerían en el asesinato. Para algunos investigadores esta determinación es fundamental porque permitirá desenmascarar al hombre que pagó por silenciar a Sierra.