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Gaviria y de la Calle: Vuelve y juega

Hace 23 años, el ex presidente también se la jugó para que su entonces ministro fuera el candidato del liberalismo. Su apoyo hoy puede ser determinante en una consulta frente a Juan Fernando Cristo y Juan Manuel Galán.

8 de junio de 2017
De la Calle fue el ministro estrella del gobierno Gaviria. Fue uno de los protagonistas de la Asamblea Nacional Constituyente. | Foto: Fotomontaje SEMANA

El respaldo de César Gaviria a Humberto De la Calle tiene una larga historia detrás. El ex jefe negociador del gobierno en La Habana es una de las personas más cercanas al ex presidente. De hecho, comenzó con él su carrera política cuando en 1990 fue designado ministro de Gobierno, que en la actualidad equivale a ser ministro del Interior. En ese momento, Colombia vivía una transición profunda. Los años 80 habían sido convulsionados y violentos, tres candidatos presidenciales fueron asesinados y el narcotráfico había practicamente arrollidado al Estado. 

Gaviria no había llegado a la presidencia de manera tradicional. Luego del magnicidio de Luis Carlos Galán, Juan Manuel Galán le había entregado las banderas de su padre mientras millones de colombianos apoyaban en las calles y en la llamada Septima Papeleta el llamado a una constituyente. Realizar esa Asamblea era quizás la tarea política más importante del gobierno, y De la Calle fue el personaje estrella. 

En ese proceso, el entonces ministro fue el encargado de manejar las relaciones con los constituyentes y de revisar cada detalle de la nueva Carta Magna que se estaba construyendo. En ese escenario desempeñó un papel fundamental para definir la participación política de todos los sectores de Colombia, incluyendo a los desmovilizados del PRT, EPL y Quintín Lame, y especialmente del M19, que acababa de firmar un proceso de paz con el anterior gobierno, el de Virgilio Barco, y lograron tener vocería en la Asamblea Nacional Constituyente en vista de la considerable representatividad de ese partido en la Asamblea, en la que lograron 19 curules.

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De la Calle terminó así siendo protagonista de un hecho histórico, y le pasó lo mismo, que ahora: se volvió presidenciable. Con la bendición de su jefe renunció en 1993 para aspirar a la Presidencia como el candidato de la continuidad. Sin embargo, en ese momento hubo un revés. En la consulta interna del Partido Liberal que se llevó a cabo con otros seis candidatos, De la Calle perdió frente a Ernesto Samper. Ante esa derrota, César Gaviria fue quien lo convenció para ser la fórmula vicepresidencial. A ese cargo, renunció cuando estalló el escándalo del proceso 8.000. 

Por cuenta de esa historia que tienen detrás era predecible que Gaviria se convirtiera en el principal escudero de la campaña de su antiguo ministro. El gran interrogante es qué tanto puede incidir el ex presidente para que en esta oportunidad De la Calle sea el candidato que lleve las banderas del liberalismo. 

En principio, se podría decir que su apoyo será determinante. Su candidatura apenas está arrancando y, a pesar del peso político del jefe negociador, nada le asegura la victoria entre los precandidatos del partido. El senador Juan Manuel Galán y el ex ministro Juan Fernando Cristo quieren medirsele a una consulta para elegir al candidato, pero es muy probable que el ex presidente comience a sumar apoyos entre quienes consideran que no se necesita someter a un candidato de esa experiencia a un proceso así. La apuesta de ese sector sería que De la Calle sea elegido, por ejemplo, en una convención.

El mismo Gaviria, cuando se planteó la posibilidad de que De la Calle se presentara a una consulta, reconoció sus debilidades, pero se le midió a apoyarlo con lo que se necesite si ese escenario se presenta. “Eso implica que hay que mandarle a los parlamentarios y a la gente en las regiones para que lo conozcan. Él no conoce a los parlamentarios. Él no es un político, es una opción que el partido tiene y que tiene que decidir. Yo he oído a muchos parlamentarios decir que tenemos que asegurarnos de que participe y lo mismo desde los otros partidos. Yo he respondido que sí, pero eso no puede significar que lo atemos al Partido Liberal”, explicó el expresidente.

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Gaviria podría ser quien logre que a De la Calle lo apoyen esos parlamentarios pues es el jefe natural de los liberales. En últimas, en esas toldas saben que lo importante es tener la posibilidad de ganar. El ex jefe negociador no ha repuntado en encuestas, de hecho en la Gran Encuesta Presidencial que realizó Invamer para Caracol Televisión, Blu Radio y SEMANA apenas alcanza el 5,4 por ciento. Aunque hay que aclarar que para esa fecha no se había lanzado formalmente. 

Sin embargo, también es claro que de los candidatos del liberalismo, De la Calle es quien mejor podría reunir una coalición. El jefe negociador es el llamado natural a reunir a quienes apoyan el proceso de paz, algo que díficilmente lograría su competencia. Por eso, Gaviria en sus declaraciones, no descartó la posibilidad de que se lanzara por firmas. “Hoy no tenemos fuerza política para elegir presidente”, reconoció. Sin embargo, el exmandatario se comprometió en la reunión liberal a llevar el propósito a lo estrictamente necesario “porque entiendo la preocupación de los demás”.

De la Calle ha comenzado una campaña discreta en las redes sociales y su posibilidad de crecer es muy alta. Con Gaviria a bordo ese chance aumenta muchisimo más.