POLÍTICA

Todos quieren con César Gaviria: candidatos buscan la maquinaria del Partido Liberal

El expresidente y el Partido Liberal podrían convertirse en un factor decisivo en las elecciones presidenciales de mayo como gregarios. ¿Qué está en juego?

5 de febrero de 2022
Todos quieren con César Gaviria. ¿Por qué?
Todos quieren con César Gaviria. ¿Por qué? | Foto: SEMANA

Tal como ocurrió en 2018, César Gaviria y el Partido Liberal son piezas que la mayoría de candidatos quieren tener a su lado en las elecciones presidenciales de mayo.Como la casa roja aún no apuesta por un competidor propio, con el paso de los días la indecisión de Gaviria se ha vuelto más atractiva para distintos sectores políticos.

Después de esa fecha, cuando su partido se mida nuevamente en las urnas, empezará a jugar en el ajedrez político. Le apuesta a obtener más de 2.000.000 de votos en el Congreso, una cifra atractiva que le permitiría moverse y hacerse desear aún más.

Claro que está por verse cuál será el resultado de las elecciones legislativas para sus congresistas, pues son prácticamente los únicos que no tienen la posibilidad de seducir a sus electores con un candidato presidencial, asunto que pesa muchísimo a la hora de votar.

Los congresistas del Partido Liberal están autorizados para respaldar al candidato presidencial de su preferencia en las consultas del 13 de marzo. La pregunta es si Gaviria tendrá la capacidad de revertir los afectos ya comprometidos de ellos con sus respectivos aspirantes a la Casa de Nariño en ese momento.

SEMANA conoció que por la vivienda del expresidente han desfilado varios precandidatos, mientras que otros llamaron o enviaron mensajes por medio de emisarios. Dilian Francisca Toro es una de las dirigentes que cada semana habla hasta dos veces con el jefe liberal y le ha pedido que forme parte de la coalición Equipo por Colombia.

Fuad Char, jefe de la casa Char y padre de Alejandro, hoy precandidato presidencial en el Equipo por Colombia, visitó la casa de Gaviria la semana anterior. Llegó al encuentro, almorzó y habló durante cinco horas. La situación de Barranquilla, el país, la campaña por la Casa de Nariño de su hijo, entre otros temas, quedaron sobre la mesa.

Fuentes cercanas a Gaviria confirmaron que él también ha recibido mensajes de Rodolfo Hernández. Sin embargo, no han dialogado, como sí ocurrió con Federico Gutiérrez, un precandidato, además, cercano a Simón Gaviria y a un grupo importante de congresistas liberales.

Con ninguno de los competidores por la Casa de Nariño existen compromisos políticos, incluido Gustavo Petro, con quien Gaviria dialogó hasta diciembre de 2021 y se chatea desde su teléfono celular personal. Ambos han sido opositores políticos, incluso antes de 2018, cuando César Gaviria optó por respaldar a Iván Duque y sepultó la aspiración presidencial de Petro.

El voto liberal contribuyó al triunfo de la derecha, un hecho que le costó políticamente a Gaviria. Hoy las relaciones con el Gobierno pasan por su peor momento.Petro no está dispuesto a repetir la historia de 2018. Por esto empezó a recibir en el Pacto Histórico a políticos tradicionales, como Roy Barreras, Armando Benedetti y Luis Fernando Velasco.

Tras su derrota hace cuatro años, comprendió que su caudal electoral de 8 millones de votos no es suficiente para convertirse en presidente y no tiene más alternativa que buscar aliados, entre ellos el Partido Liberal. Ante la falta de decisión de Gaviria, la estrategia inicial del jefe de la Colombia Humana fue fraccionar al liberalismo y lo logró.

Se le adelantó al expresidente.

Consiguió, a través de Luis Pérez, Luis Fernando Velasco y Guillermo García Realpe, entre otros, llegar al corazón de gran parte de las bases liberales, las cuales le han venido reclamando al expresidente el error de que su partido abandone la vocación de poder y se resigne a la condición de gregario.

Petro es consciente de que, más que fracciones, necesita a toda la fuerza política roja, incluido a Gaviria. “No soy de los que dice que con César Gaviria nada”, dijo a SEMANA. Su discurso cada vez tiene un tinte más liberal con el que promete tocar las fibras de los rojos más radicales y traerlos a su lado. Al exmandatario no le disgusta totalmente la candidatura de Petro.

Es más, no incluye dentro de sus planes atajar su carrera presidencial. Sin embargo, no está de acuerdo con varias de sus propuestas y lo han debatido internamente. “No me molesta en absoluto que Gustavo Petro convoque a jefes liberales”, dijo el expresidente a El Tiempo.

Aunque nada está decidido, la figura de César Gaviria en el Pacto Histórico no es bien recibida entre algunos radicales que consideran que Petro no puede aliarse con la clase política tradicional a la que siempre cuestionó. Sin embargo, el líder de la Colombia Humana no está en condiciones de restar, sino de sumar, y, por eso, Gustavo Bolívar, cabeza de lista al Senado y quien llamó en su momento sepulturero a Gaviria, reconoció que el Pacto Histórico “necesita al Partido Liberal para ganar”.

El cambio de discurso de Bolívar y Petro se traduce en un asunto de cálculo político. Ambos, por ejemplo, quisieran que Gaviria les otorgara el aval del Partido Liberal a Luis Fernando Velasco y Luis Pérez para que se convirtieran en precandidatos y compitieran con el líder petrista en la consulta del 13 de marzo. Con esa fórmula Petro aseguraría más su triunfo, pues ninguno de los liberales amenaza su liderazgo.

Ese escenario es casi imposible. Velasco ha cuestionado públicamente a Gaviria, y la relación entre el expresidente y Luis Pérez está en el congelador. Ambos se encontraron a finales de 2021 y el antioqueño entregó conclusiones de su encuentro días después que molestaron al jefe liberal.

Mientras que Velasco y Pérez siguen esperando, y el primero está en apuros porque tendría que abortar su aspiración presidencial si no consigue el aval de un partido, César Gaviria permanece mirando los toros desde la barrera, pues no se quiere matricular con una aspiración presidencial antes del 13 de marzo.

Ni siquiera con Alejandro Gaviria, su pupilo político, a quien motivó para que se lanzara a la presidencia, pero después se sintió traicionado porque, mientras los liberales lo respaldaban, él buscaba asiento en la Coalición Centro Esperanza, desde la que le lanzaban los más duros ataques.

Después del 13 de marzo César Gaviria tendrá que analizar varios escenarios. Si en la Centro Esperanza Sergio Fajardo gana la consulta, lo más probable es que el Partido Liberal piense en acompañar la propuesta de Gustavo Petro.

Pero si en la consulta de la centroizquierda Alejandro Gaviria resulta triunfador, el oficialismo del Partido Liberal podría respaldarlo.Tampoco se puede descartar un apoyo de Gaviria a la candidatura de Alejandro Char en caso de resultar victorioso en las consultas del Equipo por Colombia.

Cualquiera que sea el panorama, es impensable que la casa liberal llegue en bloque a apoyar de forma exclusiva una candidatura presidencial.

Hoy el partido está atomizado y, ante la falta de decisiones, la mayoría ya está acompañando a diferentes candidaturas presidenciales.Un grupo se encuentra con Rodolfo Hernández, entre ellos los congresistas Édgar Gómez Román, conocido como el Pote Gómez, y Alejandro Carlos Chacón, hoy aspirante al Senado.

Otros le hacen campaña a Alejandro Char: los senadores Mauricio Gómez Amín y Lidio García, hoy cabeza de lista al Senado del Partido Liberal, además de los congresistas Silvio Carrasquilla, de Bolívar, y Jezmi Lizeth Barraza, del Atlántico.

Unos más apoyan a Alejandro Gaviria, como el senador Iván Agudelo y los congresistas Harry González, Juan Carlos Losada, Carlos Ardila y Juan Fernando Reyes Kuri, entre otros, mientras que a Gustavo Petro le hacen campaña Luis Fernando Velasco, Guillermo García Realpe, Julián Bedoya y los congresistas Ángel María Gaitán y José Luis Correa.

Aun así, en el espectro político saben del valor del Partido Liberal: 2.300.000 votos al Congreso, 14 senadores, 35 representantes a la Cámara, 15 gobernaciones –ocho propias y siete en coalición con otros partidos–, más de 2 millones de votos en asambleas y sostienen el control de 202 alcaldías. Un coctel apetecido y decisivo a escasas semanas de las elecciones.