ORDEN PÚBLICO

El hombre que trató de huir borrando su rastro de Facebook y de Whatsapp

Habría cometido un asesinato en el barrio de Villas del Dorado, en Engativá. Fue capturado en un céntrico centro comercial de Bogotá.

21 de noviembre de 2017
| Foto: Policía Nacional

Hasta donde se sabe, Carlos Eduardo Pedraza asesinó a su vecino, Carlos Ángel Sanabria, por el amor de una mujer. Así que podría decirse que esta es una historia de celos y de intolerancia, pero es sobre todo el relato de un muchacho inconsciente que consideró que apuñalar a un rival delante de su madre era un acto tolerable y que podría escapar de la policía borrando sus contactos de redes sociales, cambiando de celular y mudándose de domicilio. Sin embargo, los hombres de la Sijín lo encontraron y lo capturaron en el centro comercial Calima, en Bogotá.

Desde hace cerca de tres años, Carlos Ángel, un joven estudiante de administración de empresas que vivía en el barrio de Villas del Dorado, en Engativá, se encontraba en una relación estable con su novia. Pero a principios de julio de este año, la mujer lo dejó por un joven soldador del mismo barrio, conocido como Carlos Eduardo Pedraza.

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El hecho podría haberse quedado en un asunto cotidiano para casi cualquier vecindario, pero la relación se envenenó cuando el siguiente fin de semana, los dos Carlos se encontraron en un bar y el nuevo novio de la chica amenazó de muerte al antiguo por miedo de que buscara reconquistar a su pareja.

Finalmente, las amenazas se concretaron el 29 de julio pasado, cuando Carlos Ángel salió de su casa a comprar una gaseosa -de acuerdo con lo que explicó su madre a los investigadores de la policía- y se encontró en la esquina con tres hombres armados con cuchillos. Los testigos aseguran que en el grupo estaba presente Pedraza.

En ese momento su madre empuñó un palo de escoba y salió a defenderlo, pero no pudo impedir que apuñalaran a su hijo, lo que le causó la muerte unos instantes después en el hospital de Engativá.

En respuesta, los familiares del joven muerto se precipitaron a la casa de su agresor -ubicada a pocas cuadras de la suya- para tratar de lincharlo, hasta que intervinieron las autoridades que lo trasladaron a las instalaciones del Centros de Traslado por Protección (CTP) más cercano.

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A pesar de que al instante iniciaron las diligencias necesarias para la judicialización, la orden de captura de no se expidió de inmediato y eso permitió que Carlos Eduardo tratara de fugarse de las autoridades.

Para ello borró la mayoría de sus contactos de Facebook, dejó de aceptar nuevas solicitudes, cambió de simcard y se mudó de barrio, pensando que así no lo encontrarían los hombres de la Sijín que se dedicaron a seguir su rastro.

Incluso, sembró falsas pistas, lo que llevó a los policías a buscarlo en el Espinal, Tolima, hasta que una fuente humana les indicó que al parecer frecuentaba el centro comercial Calima de la carrera 30 con calle 19 de la ciudad de Bogotá, en donde Carlos Eduardo Zambrano fue finalmente capturado e imputado por el delito de homicidio.

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Ahora, por el dolo y las condiciones específicas en las que se concretó el homicidio y la cantidad de testigos presentes, Carlos Eduardo Zambrano se arriesga a una larga condena de prisión en la que no podrá ver a la mujer por la que cometió el homicidio, mientras que la madre de Carlos Ángeles Zanabria no volverá a ver su hijo, por culpa de una historia de amor fallido que nunca tuvo por qué terminar en homicidio.