Ciencia
Científicos de la Universidad Nacional diseñaron un vehículo espacial y ganaron concurso de la NASA
Los integrantes del semillero de investigación MIND ocuparon el primer lugar entre más de 80 universidades a nivel internacional.
La NASA organiza todos los años una competencia llamada Human Exploration Rover Challenge. En esta ocasión, el reto era que jóvenes de colegios y universidades del mundo construyeran un vehículo para exploración espacial que funcionara con dos pilotos, un hombre y una mujer.
El equipo del semillero MIND de la Universidad Nacional de Colombia diseñó un impulsador por pedales, en el que el piloto frontal va casi sentado y da dirección al vehículo, mientras que el piloto trasero va en una posición parecida a la de alguien que va en una bicicleta y opera las herramientas de telemetría.
Con su diseño, los diez integrantes ganaron el primer lugar en la división de universidades, por encima del Tecnológico de Monterrey (México) y la Universidad de Alabama en Huntsville.
Dos proyectos de la Universidad Nacional de Colombia y uno de la Escuela Colombiana de Carreras Industriales (ECCI) fueron seleccionados para representar al país en este desafío que por la pandemia se desarrolló de manera virtual y no presencial, como suele hacerse. Al final, ganó el equipo de MIND, no solo por el proyecto, sino también por la divulgación en redes sociales.
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Ivon Carreño Malaver, estudiante de diseño industrial e integrante del proyecto, explicó que el equipo es interdisciplinar, puesto que seis de sus compañeros son de la carrera de ingeniería, tres de diseño industrial y una de diseño gráfico. “Todo se llevó a cabo porque estábamos buscando un proyecto en el que se pudiera participar de forma interdisciplinar”, explicó.
Desde octubre de 2020 se inscribieron oficialmente, aunque llevaban desde febrero trabajando en el proyecto. En noviembre, la NASA les informó que estaban participando oficialmente en el concurso, junto con 86 universidades más.
“Tuvimos dos reuniones con la NASA en las cuales se revisó el diseño, la parte de ingeniería, cómo iba a funcionar el proyecto y otros aspectos más”, explicó Carreño, quien siente que se trata de un logro increíble que demuestra que con esfuerzo, dedicación y constancia, es posible lograr las cosas.
Daniel Felipe Zúñiga, estudiante de ingeniería mecatrónica y líder del grupo, explicó a SEMANA que “el vehículo es biplaza, sirve para dos personas, está diseñado con la finalidad de simular la exploración espacial, terrenos o misiones en el espacio, como lo fue en el Apolo”. Además, es un vehículo plegable.
La NASA, además, les pide a los participantes que hagan divulgación de los conocimientos STEAM, que por sus siglas en inglés se refieren a: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Por lo anterior, los integrantes del semillero visitaron comunidades indígenas y colegios de Mitú (Vaupés), donde realizaron conferencias para impulsar y despertar el interés de los niños hacia la ciencia, el arte y la innovación; además, han realizado conferencias virtuales, según dio a conocer la agencia de noticias de la universidad.
Todo el proyecto y el trabajo fue financiado, en parte, por la universidad, específicamente por el programa de gestión de proyectos de la Facultad de Ingeniería. Posteriormente, los jóvenes lograron una alianza entre dicha facultad y la de Artes. No obstante, los jóvenes también sacaron dinero de sus bolsillos para completar el vehículo.
Ahora, Carreño contó en SEMANA que tienen pensado trabajar en más proyectos y no quedarse solo con este. De hecho, dijo que quieren volver a concursar el próximo año para poder participar presencialmente. Asimismo, aseguró que tienen en mente otros proyectos para seguir impulsando a otros jóvenes para que se dediquen a los campos STEAM.
Por su parte, Zúñiga explicó que tienen pensado adecuar el vehículo a otros contextos, tanto para el uso universitario como real en las zonas urbanas. “Todo lo que hemos hecho ponerlo a disposición de quien lo necesite y que sirva de referente para futuros proyectos”, sostuvo.
El joven dice que en Colombia hay toda la capacidad para llegar a cualquier parte, “hasta a las estrellas”.