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Estas son las verdaderas razones del cierre de la General Motors en Colombia después de 70 años. La tormenta perfecta
Un margen de ganancias mínimo, desplome en las ventas y una electrificación a la vuelta de la esquina, son algunas de las razones detrás del cierre de la planta Colmotores. La tormenta perfecta.
Un cierre imprevisto, pero esperado. Después de casi siete décadas de operación, General Motors (GM) decidió cerrar e iniciar el proceso de desmontaje de su planta Colmotores ubicada en Bogotá, al anunciar cambios en sus operaciones en Colombia y Ecuador. Una decisión impensada para algunos, pero prevista para otros, y es que el cierre de la fábrica no es más que el coletazo de una serie de infortunios que se empezaron a ensamblar desde tiempo atrás.
“Era previsible. Nosotros ya veíamos que tenía una operación muy reducida en Colombia con un portafolio muy limitado, y si le sumamos la desaceleración del sector, simplemente llegó la gota que rebosó la copa. Es una decisión que no sorprende”, aseguró Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible, Andemos.
Y aunque GM no dio las razones explícitas que llevaron a la compañía a empezar desde ya el desmontaje y cierre de la fábrica, hay argumentos tácitos que ayudan a ilustrar que lo acontecido no se trató de una decisión de última hora.
Según el más reciente dato de su información financiera, con corte a 2022, tuvo ingresos por 3,6 billones de pesos, un crecimiento de casi 51 % frente a 2021, en medio de un buen año para el sector, y una utilidad neta de 70.800 millones de pesos, que corresponde a un incremento de más del 300 % frente a 2021, aunque muy baja con relación a las ventas. Se ubicó en el puesto 57 en el ranking de las 100 Empresas más grandes del país elaborado por SEMANA.
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Este limitado margen de ganancia es una cifra aterradora para una compañía con amplia historia en el país. La empresa se fundó en 1956. En un principio, trabajó con licencia de la compañía británica Austin. En 1965, la empresa Chrysler Corporation adquirió cerca del 60 % de la ensambladora y en 1979 GM adquirió completamente la compañía. Finalmente, desde 2017, su razón social cambió a General Motors - Colombiana de Motores S. A. (GM-Colmotores).
Desde su fundación, la empresa automotriz ha manufacturado varios modelos de vehículos de las marcas General Motors, Daewoo, Isuzu, Suzuki, entre otros, que han sido comercializados en el país. Pero en los últimos tiempos la situación fue otra para la compañía. De hecho, actualmente la planta de Colmotores en Colombia estaba operando tan solo al 9 % de su capacidad instalada.
“¿Ellos qué estaban ensamblando últimamente? Ellos suspendieron el ensamble y comenzaron con el Joy, pero no tenía mucho sentido ensamblar un vehículo de combustión en un sector que está pidiendo una transición a nivel mundial”, señaló García.
Efectivamente, en junio de 2022, con la presencia del entonces presidente Iván Duque, la compañía anunció una inversión por 50 millones de dólares para la modernización de la planta de producción de vehículos livianos de Colmotores. El objetivo era comenzar el ensamble del Chevrolet Joy y la apuesta era lograr fabricar un promedio de 35.000 unidades por año de este vehículo.
Es así como 2022 auguraba un buen futuro para la compañía. De hecho, las cifras del sector automotor para ese año fueron esperanzadoras, toda vez que se vendieron 262.595 vehículos nuevos en todo el país, lo que significó un incremento del 4,8 % frente a 2021.
No obstante, para 2023 el sector tuvo un punto de quiebre y las ventas se cayeron, por lo que las apuestas de GM Colmotores se quedaron en una utopía. Ese año se vendieron 186.222 vehículos nuevos en Colombia, un desplome del 29 %. Chevrolet, la marca de General Motors, tuvo una participación del 12,8 %, 42,1 % menos que en 2022.
Al primer trimestre de 2024, las ventas bajaron 13,6 % frente a igual período de 2023. Y solo Chevrolet tuvo una contracción del 27 %. García anticipa desde ya que “este año vamos a tener nuevamente un mercado por debajo de las 200.000 unidades”.
Por otro lado, la industria manufacturera en Colombia completó en febrero pasado un año completo de caídas. Y solo la producción de vehículos automotores en los últimos 12 meses se desplomó en 46,4 %, siendo el subsector que más cae en la industria.
“El modelo de la industria automotriz viene cambiando desde hace años, y en ese sentido todos los fabricantes en el mundo han optimizado sus procesos para responder a la nueva realidad. Esta ha sido una decisión difícil en la que la empresa consideró todos los escenarios posibles para mantener su operación, pero los contextos económicos nacional e internacional no dejaron otra alternativa”, afirmó María Claudia Lacouture, presidenta ejecutiva de la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia).
Una fuente cercana a GM explicó a SEMANA que, tras el cierre de la planta, ahora buscarán fortalecer la marca de la compañía. “Se evaluaron múltiples opciones y después de no encontrarse ninguna que pudiera garantizar la sostenibilidad financiera y la competitividad, se tomó la decisión de cerrar la planta de ensamblaje y fortalecer la presencia de la marca en Colombia y en Ecuador”, dijo.
Efectivamente, a pesar del cierre de la planta de Colmotores, mantendrá su presencia comercial en Colombia a través de su marca Chevrolet y su red de empresas, negocios y concesionarios.
En todo caso, la fuente dejó claro que el cierre de la fábrica no obedece a la ideología del actual gobierno del presidente Gustavo Petro. “Fíjese que en Ecuador el Gobierno es de una línea ideológica totalmente diferente a la de la Administración Petro. Entonces, esta no es una decisión como podría estar ocurriendo con otras empresas de la economía colombiana”, agregó.
Para José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA y exministro de Comercio, el cierre de la planta de Colmotores no deja de generar alarma en la industria del país. “No es un buen signo que compañías representativas de 70 años en el sector industrial tomen una decisión de esta dimensión. Es triste por cuanto la industria tiene que ser uno de los motores de reactivación y de crecimiento de la economía. Me preocupa que este no sea un caso aislado y sea un signo de alarma en el sector industrial en el país”, enfatizó.
Trabajadores afectados
Santiago Chamorro, presidente y director general de General Motors Suramérica, reveló que la compañía elaboró un plan de cierre de contratos laborales y radicó las autorizaciones correspondientes al Ministerio del Trabajo para realizar el despido colectivo de sus trabajadores.
Al respecto, la ministra del Trabajo, Gloría Inés Ramírez, señaló que dio la instrucción de adelantar una serie de visitas a la planta para inspeccionar las condiciones laborales y verificar que se cumpla con los estándares exigidos por la ley.
“Fue un viernes negro para los trabajadores de la empresa y las más de 600 familias. Nos enseñaron un plan de retiro, pero es una oferta grosera para muchos de nosotros. La directriz es no firmar ni aceptar nada”, dijo un empleado. Es así como termina el recorrido y una larga historia de décadas de la planta de Colmotores en Colombia, la más antigua del país.