ENTREVISTA

"Una vez más el uribismo vuelve y nos hace trampa": Claudia López

La exsenadora habla de los compromisos incumplidos del presidente Iván Duque con los mandatos de la consulta anticorrupción. "Entre el uribismo y el vargasllerismo están volviendo a Colombia como la Venezuela de Chávez", dice.

23 de octubre de 2018
"Hay 5.000 proyectos radicados, si no hay mensaje de urgencia quedamos en la cola, eso es obvio", dijo la exsenadora. | Foto: SEMANA

SEMANA: ¿Por qué dice que el gobierno le está haciendo ‘conejo’ a los proyectos anticorrupción?

Claudia López: Presentamos el segundo informe de la veeduría ciudadana anticorrupción, que conformamos más de 70 organizaciones de la sociedad civil que decidimos hacerle seguimiento al anuncio del pacto nacional que el presiente Duque y los miembros de las diferentes bancadas se comprometieron a hacer: tramitar con mensaje de urgencia los 10 proyectos de ley que le dan cumplimiento a los siete mandatos anticorrupción para que lograran aprobarse este año. Desafortunadamente dos meses después de la posesión de Duque y un mes y medio de haber radicado los proyectos el informe de la veeduría es descorazonador, porque lo que ha ocurrido es que el presidente Duque incumplió su promesa de darles mensaje de urgencia, que en la práctica solo es mandar una carta a las presidencias de Senado y Cámara pidiéndoles que le den prioridad en el trámite a los 10 proyectos.

"Hay 5.000 proyectos radicados, si no hay mensaje de urgencia quedamos en la cola, eso es obvio"

SEMANA: ¿Eso quiere decir que se pueden hundir todos?

C. L.: Al día de hoy prácticamente todos los proyectos anticorrupción están muertos, no van a alcanzar a tramitarse. De los 10 presentados solamente dos han tenido un debate en sus respectivas comisiones: el proyecto de acto legislativo en el cual se levanta la calidad de reserva de la información sobre la declaración de renta y patrimonio a los servidores públicos; y el de poner un límite de máximo tres periodos, pero lo archivaron en segundo debate. Se hunde la reforma ciudadana.  De los otros ocho proyectos, cinco ni siquiera han radicado ponencia de primer debate, al de eliminar la mermelada lo cambiaron de comisión y ni siquiera tiene ponentes, por ejemplo.

SEMANA: El presidente Duque dijo que la lucha contra la corrupción era su prioridad, ¿por qué no han tenido prioridad estos proyectos?

C. L.: El presidente Duque nos engañó. Como incumplió su palabra de radicarlos con mensaje de urgencia quedaron en la cola y no han tenido ninguna prioridad, no ha sido de ningún interés del ministerio sacarlos adelante. Los proyectos anticorrupción por los que votamos casi 12 millones de colombianos están a punto de hundirse en el Congreso, por incumplimiento del gobierno y de las bancadas. En cambio, lo que sí va avanzando como una locomotora es la contrarreforma política de la corrupción. Entre el señor Uribe, el señor Vargas y el señor Duque nos están metiendo la contrarreforma política más corrupta que haya visto el país en los últimos tiempos, mientras le incumplieron a los 12 millones de colombianos que votamos de buena fe la consulta anticorrupción y creímos la propuesta de hacer un gran pacto nacional.

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SEMANA: ¿Qué les ha respondido el gobierno?

C. L.: Ni la ministra nos ha dado una explicación satisfactoria de por qué no cumplieron con el mensaje de urgencia ni mucho menos el presidente. Yo personalmente les escribí la semana pasada, les dije que íbamos a presentar el segundo informe de la veeduría y el resultado es que el gobierno incumplió. Me dijeron: “Vamos a mirarlo unos días más, lo vamos a pensar”. ¿Qué tenían que pensar? Todo el país lo vio, todos los medios de comunicación publicaron las declaraciones del presidente diciendo que daba su palabra. Incumplieron. ¿A dónde fue el presidente Duque? A donde el papa Francisco diciéndole que gracias a su gobierno se está adelantando un gran pacto nacional anticorrupción en Colombia, le mintieron al país y le están mintiendo al papa Francisco.

SEMANA: Uribe también estaba en México hablando sobre la importancia de la corrupción…

C. L.: Nadie pone la cara en el país, engañaron a la ciudadanía. Una vez más el uribismo vuelve y nos hace trampa. Primero fue Uribe, que votó a favor de la consulta anticorrupción y después la saboteó y dijo abiertamente toda suerte de mentiras para que la gente no votara y lo derrotamos, casi cuatro millones de sus electores sí votaron la consulta; y ahora el engaño viene por parte del presidente Duque que votó la consulta y dijo que radicaría los proyectos con mensaje de urgencia y no cumplió. Engañaron y mintieron dos veces.

SEMANA: Usted habla de una contrarreforma, explíquenos de qué se trata.

C. L.: Son esencialmente cuatro temas. Primero, la reforma política está hecha para acabar con la ciudadanía independiente y los movimientos alternativos en Colombia. Sube el umbral, es decir, que le hace más difícil a los partidos o movimientos ciudadanos competir en cualquier corporación pública, especialmente en los consejos, están pasando el umbral de medio cociente a cociente y medio –lo están triplicando-. Mira, Colombia Justa y Libre, Polo, Verdes, los nuevos movimientos ciudadanos que surjan olvídense que van a tener una curul en el concejo. Los van a borrar de las corporaciones públicas locales.

SEMANA: ¿Cuál es el segundo?

C. L.: Segundo, se plantea el transfuguismo que es lo que le sirve a la clase política corrupta, para permitirle a los congresistas actuales que se puedan mudar de partido otra vez como si fuera mudarse de camisa para pasarse al lado de los que ganaron, ósea del uribismo, o permitámosle que con el 25 por ciento de los congresistas del partido que si quieren formen un partido nuevo. Eso nos va a provocar una explosión de partidos, según denunció la MOE si con solo el 25 por ciento de todos los partidos aprovechan la norma de transfuguismo vamos a pasar de 15 o 20 a 80 partidos, como teníamos hace 20 años. Un despelote absoluto.

SEMANA: ¿Y los últimos?

C. L.: Tercero, no aprobaron financiación pública de campañas, de manera que seguirán los contratistas privados comprando a los candidatos. Cuarto, aprobaron un Consejo Nacional Electoral peor que el que tenemos, era difícil encontrar uno peor: un CNE de tres miembros, con lo cual los movimientos alternativos no volverán a tener un cupo nunca, dándole autonomía presupuestal, más plata y más poderes a un organismo igual de corrompido, de politizado, pero con más poder. El adorno para decir que esa reforma política sirve es decir que están eliminando el voto preferencial, sin ni siquiera tener la garantía de que pueda haber consultas internas democráticas para escoger candidatos.

"Nos hundieron la reforma anticorrupción y están sacando la reforma corrupta para los corruptos por los corruptos"

SEMANA: ¿Qué piensa de ampliar y unificar los periodos de los alcaldes y gobernadores?

C. L.: Eso es para unificar la maquinaria. La gran victoria de Luis Carlos Galán después de 20 años fue separar las elecciones y que hubiera consultas previas en los partidos. Lo mató la mafia y sus competidores políticos y hoy 25 años después quieren retroceder. Lo que va a haber es bolígrafo para armar listas únicas. Ese alargue de periodos además es una grosería, es de pura banana republic, entre el uribismo y el vargasllerismo están volviendo a Colombia como la Venezuela de Chávez: se toman los organismos electorales, los de justicia, dejan de hacer elecciones y ponen las reglas para que solo ellos ganen y nadie les pueda competir.

SEMANA: También plantean una segunda vuelta para Bogotá, ¿le parece estrategia?

C. L.: Quieren segunda vuelta solo en Bogotá, no les preocupa la gobernabilidad de ninguna otra ciudad. Dicen que ha habido un problema de gobernabilidad, el señor Peñalosa no ha tenido ninguno, tiene una bancada que le ha aprobado todo, hasta cosas absolutamente ilegales, inconstitucionales, para destruir la reserva Van der Hammen y para hacer un metro que es más bien un medio metro, para poder seguir haciendo Transmilenios como locos. Todo eso lo han aprobado con estudios, sin estudios, con plata sin plata. Por eso, segunda vuelta quiere decir unificar las maquinarias para ver si logran detener el crecimiento del voto independiente en Bogotá y el varias ciudades del país.

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SEMANA: Desde que empezó el debate por ampliación de periodos se ha dicho que esto tiene nombre propio: Enrique Peñalosa, ¿está de acuerdo?

C. L.: No tengo la menor duda. Este es un proyecto de Cambio Radical, es decir, de Germán Vargas que fue el que perdió aplastantemente las pasadas elecciones, entonces como las perdió no quiere competir en elecciones. Es promovido por la esposa de Germán Vargas. Lo presenta en el Congreso un congresista de Germán Vargas, cuyo concepto de constitucionalidad –que es una vulgaridad, que cualquiera que se llame abogado diga que reformar el poder en beneficio de quienes están hoy en el poder no es inconstitucional-. Además, ¿quién es el abogado que está diciendo eso? El sobrino de Eduardo Montealegre que trabaja con la esposa de Germán Vargas en Asocapitales y el abogado que salvó a Peñalosa de que prosperara la revocatoria. Todo en familia. Entonces es: el abogado de Peñalosa, para que lo beneficie a él y a los Char en Barranquilla y a los otros alcaldes y gobernadores que tiene hoy corrupción radical, y que seguramente no va a volver a tener porque es tal el desprestigio que tiene hoy el partido y Germán Vargas que les queda muy difícil volver a ganar. Esa vulgaridad tiene el aval tácito del presidente Duque y su ministra del Interior que no la han condenado. Vienen sin asco, con todo el cinismo a pasar ese tipo de reformas.

SEMANA: ¿Cree que le tienen miedo a que las nuevas fuerzas políticas suban al poder?

C. L.: Es una señal clara, la ciudadanía libre tiene hoy las mayorías en Colombia y está dispuesta a votar por el cambio y a castigar en las urnas a quien no lo haga. ¿Cuál es la respuesta del uribismo, el vargasllerismo y el presidente Duque? Engavetar los proyectos anticorrupción por los que votaron 12 millones de ciudadanos libre, dejarlos de últimos en el trámite. Modificar las reglas a favor del que está en el poder es de república bananera, eso fue lo que hizo Chávez en Venezuela, lo que hacen los correas en Ecuador, es exactamente lo que está haciendo Duque en Colombia. El gobierno aquí está jugando doble, por un lado pone la carita sobre todo a nivel internacional diciendo que está haciendo un pacto anticorrupción y aquí el Ministerio del Interior lo que hace es dejar que se engaveten. No ha visto usted una declaración ni de Duque ni de su ministra condenando que se pretendan cambiar las reglas de juego a favor de los mandatarios actuales. Calladitos, dicen: ‘eso es autonomía del Congreso, si lo quieren sacar adelante el gobierno tiene que ser respetuoso’. ¿Respetuoso de qué, de volver a Colombia una república bananera, ese va a ser su legado en la historia política del país, cambiar las reglas de juego para que le aprueben sus proyectos?

SEMANA: ¿Esa es una forma del Gobierno para congraciarse con los congresistas y con los partidos políticos?

C. L.: Esa es la nueva mermelada. No solo es dar cupos indicativos, sino además de eso es cambiar las reglas de juego en favor de los mandatarios actuales. ¿Para qué? Porque la mayoría de esos alcaldes y gobernadores son de esos partidos tradicionales que perdieron la consulta anticorrupción. Y si competimos en el 2019 van a volver a ser de ellos, competir a nivel local es dificilísimo, tal vez perderán una que otra alcaldía, pero la inmensa mayoría será de los mismos. Ni aún así van a hacer elecciones.

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SEMANA: ¿Qué opina de la reforma a la Justicia que está andando en el Congreso?

C. L.: No sirve de nada, no tiene tribunal de aforados, dejan el Consejo Nacional de la Judicatura prácticamente como está, no están ampliando el acceso a la Justicia para los ciudadanos de la mitad del país que no tienen. En cambio sí metieron en la propuesta de reforma a la Justicia que el presidente nombre al fiscal, para tener Fiscalía del bolsillo, lo sacaron en primer debate, pero no tengan la menor duda que lo único que le interesa al gobierno y a sus bancadas en la reforma –todo lo demás es adorno- es por quedarse con la Fiscalía a dedo.

SEMANA: Llevamos apenas dos meses del gobierno de Duque, ¿cómo ve los siguientes años que le quedan en la Casa de Nariño?

C. L.: Por el desayuno se sabe cómo va a ser el almuerzo, reza el dicho popular. Mucha gente, cuando yo era senadora y pedí el aval para la consulta anticorrupción para que pudiéramos votar me dijo que no le creyera a Álvaro Uribe, que se iba a voltear. Yo les respondí que teníamos que ser constructivos, algo en este país nos tiene que unir, y por eso hice de buena gana un acuerdo con ellos y al final los hechos le dieron la razón a quienes tenían la preocupación. Nos engañó y se fue en contra de la consulta después de elecciones, cuando ya había ganado y no le convenía. Después mucha gente me dijo: ‘no le dé esa gabela a Duque, a él no le importa la agenda anticorrupción’. Les dije que tenía que ser un propósito de país, si no logramos que la derrota de la clase política corrupta nos una entonces qué lo puede hacer.

SEMANA: ¿Ya decidió si se va a lanzar a la Alcaldía de Bogotá o a la presidencia?

C. L.: Llevo meses dando la misma respuesta a qué voy a hacer con mi vida. Primero qué voy a hacer es irrelevante para la discusión que estamos teniendo, aquí lo grave es que nos están hundiendo los proyectos en nuestras narices y con la complicidad del gobierno. Pero les vuelvo a repetir. Yo terminado mi periodo en el Senado, que fue en julio, dije que me iba a dedicar a sacar la consulta anticorrupción adelante, ya lo hice, estoy en la veeduría ciudadana anticorrupción y estoy felizmente dedicada a terminar mi tesis de doctorado. Esa es mi prioridad, a mí me gusta la academia y quiero volver en algún momento de mi vida y para eso necesito el doctorado. De manera que de aquí a febrero solo me verán en dos cosas: o encerrada en una biblioteca escribiendo mi tesis o cada mes acompañando a la veeduría a presentar el informe sobre cómo va la consulta. Cuando termine sé que tengo que tomar una decisión sobre mi futuro político, en ese momento lo haré.

SEMANA: En Fusagasugá ganó el No al fracking, sin embargo la corte dijo que el subsuelo es de la nación y que por tanto los efectos de la consulta podrían limitarse, ¿qué piensa al respecto?

C. L.: Es un abuso del Consejo de Estado haber suspendido la consulta popular ambiental en San Bernardo, Cundinamarca, no hay ninguna norma que pueda desconocer la norma constitucional que le permite a la ciudadanía hacer consultas populares. Y ellos habían cumplido los mismos requisitos para la convocatoria que en Fusagasugá, y no la hicieron por un abuso de poder. El mecanismo sigue vigente en Colombia, y la ciudadanía lo puede seguir usando, lo que está en discusión es qué alcance pueden tener. Eso que lo discutan las autoridades, pero no pueden impedirle a la gente que haga consultas. Quiero lamentar que la Corte Constitucional le diga a los ciudadanos que ellos no son parte de Colombia porque no son dueños del subsuelo. Que ellos que son los beneficiados o afectados directos de lo que se hace o no en un territorio no pueden opinar. Eso es fruto de un lobby de las empresas mineras, petroleras y del gobierno nacional en contra de la ciudadanía. Como pasó en Fusagasugá y va a seguir pasando en el país la ciudadanía se va a seguir organizando para defender su agua, y cuenten con mi respaldo personal como ciudadana y el de la Alianza Verde, nosotros vamos a seguir del lado de la gente en cada territorio.

SEMANA: Otra decisión reciente de la corte fue la de no limitar el tiempo en el que las mujeres pueden abortar bajo las tres causales, pero le solicitó al Congreso que regulara el aborto, ¿qué puede salir de ahí?

C. L.: Lo que acaba de hacer la corte es respetar su propia jurisprudencia y respetar lo que ya ordenó la Constitución que es el derecho a decidir de la mujer sobre su cuerpo y vida, y a que se mantengan las tres causales en las que puede interrumpir su embarazo. La buena noticia es que la corte no las echó para atrás, la mala es que aunque constitucionalmente es comprensible es que le dijo al Congreso: usted decida. Pero lo que puede pasar en este Congreso cada vez más de derecha, en donde cada vez más se instrumentalizan política y electoralmente las visiones religiosas de un sector de la población es que eche para atrás el derecho de las mujeres de decidir sobre su cuerpo, cuando lo que deberíamos es avanzar. El mundo ha avanzado en permitirle hasta la semana 14 a cualquier mujer en condición de embarazo si decida si continúa o no con él, como una opción de vida, si quiere ser madre en este momento, si es una decisión consciente o no. De manera que hay que estar vigilantes de nuevo por los derechos de las mujeres.

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