BOGOTÁ

Claudia López fue destacada, junto a otros líderes mundiales, por la revista ‘Time’

La alcaldesa de Bogotá fue seleccionada por la revista estadunidense para participar de un especial titulado ‘El poder de la colaboración’.

26 de enero de 2022
Claudia Lopez
Claudia López, alcaldesa de Bogotá. Foto: Juan Carlos Sierra-Revista Semana. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA PARDO

La mandataria de Bogotá, Claudia López, fue elegida por la revista Time como una de las líderes del mundo en política, salud pública, economía y desarrollo para participar en un especial titulado ‘El poder de la colaboración’.

El objetivo de la publicación fue preguntarles a líderes de cambio global cuál ha sido la colaboración más poderosa en la que han trabajado en sus vidas y la alcaldesa López destacó su trabajo realizado con el Gobierno en el manejo de la pandemia.

La alcaldesa se refirió a la coyuntura de la pandemia como un escenario crucial de aprendizaje, que también ha arrojado enseñanzas y la posibilidad de tender puentes de colaboración por encima de las diferencias.

“La pandemia de covid-19 ha brindado una oportunidad de colaboración. Ha aportado un sentido de urgencia a nuestros esfuerzos para centrarnos en lo que nos une”, detalló la mandataria local.

Entre los personajes seleccionados por la revista Time se encuentran Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional; Tedros Adhanom, director de la Organización Mundial de la Salud; Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático; Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea de competencias digitales, y Masatsugu Asakawa, presidente del Banco Asiático de Desarrollo.

Este es el artículo completo de la alcaldesa Claudia López en la revista ‘Time’

Colombia es un país vibrante y diverso y nuestra ciudad capital, Bogotá, se ha convertido en el hogar de miles de colombianos que se han mudado a la ciudad desde regiones de todo el país. Traen consigo diversidad de etnias, culturas, creencias sociales y políticas, así como habilidades laborales.

Con el 15 % de la población nacional, Bogotá es responsable del 26 % del Producto Interno Bruto del país. Pero a veces se dice que es la ciudad de todos, y también de nadie.

Se percibe que la mayoría de los residentes de Bogotá tienen una mayor afinidad con sus regiones de origen que con la metrópolis que se ha convertido en su nuevo hogar. Pero esta percepción puede verse tanto como un mito como como una realidad. Es un mito porque, cuando se les pregunta, la mayoría de los residentes aman la ciudad que les cambió la vida. Se considera bogotano a toda persona que vive en Bogotá. También es una realidad porque vivir en una gran ciudad como la nuestra tiene sus desafíos. Llegar a acuerdos en toda la ciudad sobre temas estratégicos y de largo plazo puede ser difícil.

Pero esa realidad está cambiando. Y los bogotanos juegan un papel importante.

La pandemia de covid-19 ha brindado otra oportunidad de colaboración. Ha traído un sentido de urgencia a nuestros esfuerzos para centrarnos en lo que nos une. Bogotá triplicó su capacidad de atención hospitalaria durante la pandemia y nuestros esfuerzos de vacunación han llevado protección al 80 % de la población, en un esfuerzo conjunto entre el gobierno nacional y mi oficina. Juntos, hemos logrado esto a pesar de estar en extremos opuestos del espectro ideológico e incluso competidores partidistas.

Las lecciones aprendidas en 2020 y 2021 nos han alentado. Cuando ocurre una emergencia, la rivalidad se vuelve insignificante.

Estas lecciones también son aplicables a nivel nacional. Colombia elegirá un nuevo presidente y un nuevo congreso este año. Las elecciones a menudo exacerban las diferencias.

Gobernar en medio de la mayor crisis multisistémica de la humanidad obliga a ciudadanos, líderes y gobiernos a sopesar la tentación de la polarización frente a la necesidad de promover la acción colectiva para sobrevivir. Liderar en este siglo es tener la sabiduría y el coraje de no sucumbir al primero para garantizar el segundo.

Descuidar este deber sería no solo un fracaso del gobierno, sino también un desastre para nuestra especie.