NACIÓN

Catherine Zeta-Jones: en la piel de Griselda Blanco, la reina de la cocaína

Una nueva película revive a la mujer que inundó de cocaína a Miami a principios de la década del ochenta. ¿Quién fue La Madrina y por qué su imagen se ha resucitado como símbolo de la narcocultura?

23 de enero de 2018
| Foto: SEMANA

A pocos metros de la tumba de Pablo Escobar queda la lápida de la ‘Madrina’, en el cementerio Jardines Montesacro de Itagüí. Allí  descansa Griselda Blanco, la reina de la cocaína. La colombiana que fue dueña del negocio en Miami antes de que llegara Pablo Escobar a ponerse la corona del mafioso más recordado por la historia. A Blanco le gustaban los negocios oscuros y la sangre, sobre todo la de sus amantes.

Mató a 250 personas, intentó secuestrar a Jhon F Kennedy Jr., a su perro le puso Hitler y bautizó a su hijo como Michael Corleone. Hasta se salvó de sentarse en la silla eléctrica cuando Donald Warshaw, jefe de la policía de Miami, la acusó de colaborar en las muertes del niño Johnny Castro y los narcotraficantes cubanos Alfredo y Grizel Lorenzo, en 1982.

Ahora la vida de ‘la reina de la cocaína’ llegará al séptimo arte pero se presentará en la pantalla chica. Cocaine Godmother (La madrina de la cocaína) es la película para televisión que se estrenó el pasado fin de semana.

Y la actriz que asumió el reto de ponerse en la piel de tan cruel personaje es nada más ni nada menos que Catherine Zeta-Jones. Lo que ha hecho que la serie se lleve una lluvia de críticas debido a que los espectadores esperaban ver a Griselda Blanco interpretada por una actriz latina.

Sin embargo, la actriz galesa salió a defenderse. “Han pasado tres años desde que me obsesioné con la historia de esta mujer. Vi este documental Cocaine Cowboys y, aunque no aparecía Griselda, sí estos narcos hombres que la reverenciaban y le temían”, dijo Zeta-Jones, quien con este ha interpretado tres papeles de mujeres latinas.

La reina de la cocaína

Dicen que la vida de Grisela Blanco es tan increíble que cualquier guionista moriría por llevarla cualquier cantidad de veces a la televisión o al cine. Se refería a sí misma como ‘la Madrina’, inspiración que sacó de la famosa película de Francis Ford Coppola.

El exnarcotraficante y luego colaborador de la justicia en Estados Unidos Max Mermelstein escribió un capítulo entero dedicado a la ‘Madrina’ en su libro ‘El hombre que hizo llover coca‘. Y el reportero estadounidense Richard Smitten escribió una novela sobre las aventuras de esta particular mujer que se titula: ‘La Viuda Negra, una reina de la coca sedienta de sangre. Primero se apareaba... luego mataba‘.

Mermelstein la conoció personalmente y dice que “Eran sus ojos los que la traicionaban. Siempre se veían fríos, helados, más fríos que los de Rafa cuando se le antojaba matar. Pero podía ser tan encantadora como mortal”, afirmó hace muchos años Mermelstein.

Fue una samaria de familia muy pobre, y a sus 12 llegó a vivir a Medellín. Cuando su vida se juntó con la de José Darío Trujillo cambió para siempre. Lo convirtió en su esposo y este le mostró a su cónyuge el oscuro mundo de la mafia. Trujillo murió en Estados Unidos en 1970 debido a una cirrosis hepática, y desde entonces Griselda Blanco dibujó su camino con cocaína, sangre y sexo. “Cuando Griselda ya era la reina de la coca, Escobar apenas andaba montado sobre el lomo de una motico Lambretta, tratando de conseguir un kilo de coca para mandarlo hacia el norte”, escribió el periodista Jose Guarnizo en su libro ‘La patrona de Pablo Escobar, vida y muerte de Griselda Blanco’.

Dice Popeye en un video de su canal que “nadie sabe quién la mandó a matar”. Y como cuenta, el 3 de septiembre de 2012, saliendo de la carnicería Cardiso, a Grisela Blanco le dispararon hasta que su cuerpo dejó de funcionar y se desplomó en el andén.

Lo que dejó

Después de que Griselda regresó de los Estados Unidos por pagar una condena de 20 años vivió como una persona de la tercera edad que se movía por Medellín en un discreto Mazda 3 de color negro.

Dicen que tenía cuentas bancarias y que podía hacer muchas de las actividades cotidianas. Por primera vez en el 2015 el Estado colombiano tramitó un proceso de extinción de dominio de bienes que le pertenecieron a la ‘Viuda Negra‘. Eran cuatro viviendas en el Poblado en Medellín, que costaban 9.000’000.000 COP en ese entonces, y que estaban al momento del proceso a nombre de sus hijos Michael Corleone y Dixon Darío Trujillo Blanco.

Y aunque seguro sus propiedades eran muchas más, en sus últimos años de vida se quejaba de que no tenía plata. Hasta insistía en vender una pintura donde aparecía ella con sus hijos. Incluso en vida Grasiela Blanco supo que hasta terminaría entrando a ese mundo de la industria cultural.

La Viuda Negra hecha producto

No solo su vida ha pasado por novelas, reportajes o simples notas anecdóticas. Su rostro en la ficción se ha visto en las pantallas. Ahora, después de la adaptación a la televisión titulada ‘La Viuda Negra’ del libro de Jose Guarnizo y el documental ‘Cocaine Cowboys’ llega esta cinta cuya protagonista viene de un papel de diva y aterriza en la cabeza de la temida mujer.

La película empieza cuando la narcotraficante celebra su cumpleaños número 17 y decide partir hacia los Estados Unidos con el objetivo de convertirse en una oscura mafiosa. Años después gozaría y presumiría de sus extravagancias como un anillo que lució Eva Perón, sus trescientos pares de zapatos o su vajilla que tiempo atrás había usado la reina Isabel II.

Su hijo más famoso fue Michael Corleone, quien heredó ese gusto por presumir el dinero. En su cuenta verificada de Facebook el hijo de la ‘Madrina’ recuerda a su madre con una fotografía. Los comentarios, todos en inglés, rezan por la memoria de la mujer que se convirtió en un mito y hasta la acercan a sus vidas invocándola como ‘la Reina’.

Corleone promociona la película de su madre con un post de Catherine Zeta-Jones, y no solo eso. Así como su madre tenía idea de que su imagen valdría en el futuro, Corleone ha usado la imagen de Griselda para vender pipas para fumar marihuana, líquido para cigarrillos electrónicos, pocillos para el café y hasta postea su rostro hecho grafiti en una pared de Miami.

Pero ahora Corleone se dedica a su empresa de camisetas, bautizada como ‘Pure Blanco’ (en honor a la cocaína y a su madre) y cuyo producto por excelencia llama la atención sobre el resto: una playera con el rostro de la Viuda en distintos colores.