TURISMO

El aviturismo alza vuelo

Se estima que hay un mercado objetivo de 6,24 millones de personas que viajan por el mundo para practicarlo. Es un pilar para el desarrollo económico y la conservación de aves, pero aún falta apoyo.

4 de mayo de 2019
Expertos y aficionados se reúnen en el Global Big Day para observar aves. Foto: ProColombia.

Sus plumas de color de amarillo, azul y rojo no pasan inadvertidas. Sobresalen entre las ramas de los árboles en la reserva Lagos de Menegua, en Puerto López, Meta. Allí, la candelita plomiza aguarda tranquila mientras, asombrados y en silencio, los amantes de las aves la observan y con sus cámaras registran su belleza.

Pájaros como el Myioborus Miniatus, nombre científico de la candelita, forman parte de las más de 1.920 especies registradas en el país y que podrán ver este sábado los participantes en el Campeonato Mundial de Observación de Aves, también conocido como Global Big Day, en el que participan más de 170 países.

Durante el evento anual, que comenzó en 2015, expertos y aficionados salen a recorrer bosques, parques y reservas para registrar la mayor cantidad de aves posibles en un solo día. Colombia viene de ser campeón dos años consecutivos. Tanto en 2017 como en 2018 quedó con el título al registrar 1.487 y 1.548 especies, respectivamente, en la plataforma eBird, creada por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos. Esta institución fundó este campeonato que busca visibilizar la importancia de conservar las aves y su hábitat.

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Solo el año pasado en esta actividad participaron 4.030 personas, distribuidas en 738 rutas, que cubrían la mayor parte de los ecosistemas de la nación, según Parques Nacionales Naturales.

Colombia está catalogada como el país con mayor diversidad de especies de aves en el mundo. Cuenta con 79 endémicas, 197 migratorias y 193 casi únicas en el territorio nacional. El potencial de aviturismo es grande, y poco a poco ha ido tomando alas tras mejorar en infraestructura y seguridad.

Hace algunos años, el país estaba fuera del radar debido a los problemas de orden público. Afectaban justo en las zonas donde actualmente hay un mayor desarrollo de este modelo de negocio, es decir, Cauca, Nariño, Antioquia, Valle, Eje Cafetero, Meta y la Sierra Nevada de Santa Marta.

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“Estamos aprovechando este hecho no solo para atraer avistadores de aves, sino para hacer énfasis en promover el turismo de naturaleza y aventura, un producto de moda en el mundo y en el que el país, gracias a su biodiversidad, tiene una ventaja competitiva extraordinaria”, indica Flavia Santoro, presidenta de ProColombia.

Y no es para menos. Según el último estudio realizado por Promperú, entidad de promoción del país vecino, hay un mercado objetivo de 6,24 millones de observadores de aves en el mundo, capaces de viajar a destinos fuera de sus países de origen para realizar esta actividad. En Estados Unidos hay alrededor de 18 millones de avistadores de aves, mientras que en Reino Unido cerca de 3 millones de personas mayores de 15 años hacen avistamiento regular u ocasionalmente al año.

Aún no hay datos oficiales sobre el número de ‘pajareros’ que llegan a Colombia. Pero ProColombia calcula que gastan entre 1.800 y 4.000 dólares,en promedio, en un plan de estadía de 10 a 15 días.

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Carlos Mario Wagner, director de la Feria Internacional de las Aves- Birdfair, asegura que este tipo de turismo ha venido creciendo en el país, al punto que cada vez más operadores nacionales e internacionales ofrecen esta clase de servicios. Para Wagner es claro que el aviturismo puede constituirse en una buena estrategia  para conservar las aves y sus hábitats, así como en una herramienta clave para dinamizar la economía rural, si se hace de manera responsable y sostenible. “Falta más apoyo estatal y privado, al igual que infraestructura de servicios y guías bilingües especializados en aves para ser más competitivos a nivel internacional. En este aspecto países como Perú y Ecuador nos llevan ventaja”, recalca.

El experto considera que los colombianos deben conocer más su riqueza en avifauna y empezar a consumir los servicios que ofrece el mercado local.

A esta problemática hay que sumarle otra. Según el Libro rojo de aves de Colombia, en el país existen 140 especies en alguna categoría de amenaza: 17 en peligro crítico, 56 en peligro y 67 en vulnerabilidad Además, 28 especies están consideradas casi amenazadas y una ya está extinta.

Luis Miguel Rengifo, investigador principal de este estudio, afirma que la amenaza más grande para las aves es la pérdida de su hábitat por factores como la deforestación, la expansión agrícola y ganadera, la minería, los cultivos ilícitos y la destrucción de los humedales. “La cacería, el comercio ilegal, la introducción de especies invasoras y la contaminación son otros factores determinantes”, dice Rengifo. Informa que en las zonas del Pacífico nariñense, la región del Darién, la Sierra Nevada de Santa Marta y San Andrés se concentra el mayor número de aves amenazadas.

A pesar de los problemas y los retos, Colombia tiene un gran potencial en este negocio que se convierte en uno de los bastiones para que el turismo alce vuelo.