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Colombia está de luto: así masacraron a los siete policías en el Huila con explosivos y en una emboscada traicionera, ¿quiénes son los asesinos?
El país se estremece con la despiadada masacre de siete policías en el corregimiento de San Luis, en Huila. ¿Quién está detrás de este atentado terrorista? ¿Es un sabotaje a la paz total, como dijo el presidente Petro?
Las imágenes eran desgarradoras. Un video, tomado por las primeras personas que llegaron al lugar, muestra escenas dantescas. Los cuerpos de tres policías fallecidos yacen en el piso, llenos de sangre. Dos más están dentro del carro. Y uno sigue sentado en la parte de atrás de la camioneta, totalmente desgonzado, también está muerto.
Sobre este camino destapado, y en la mitad de la exuberante vegetación, se alcanzan a identificar las pertenencias de las víctimas. Un morral negro, por un lado; unos tenis, un canguro, por el otro. “¿Qué suena?”, se pregunta uno de los que está grabando. “Un celular que repica”, le contesta otro. Una llamada perdida, que jamás será devuelta.
Siete muertos. Y siete familias que hoy lloran a sus seres queridos. La primera masacre que vive la Policía en el Gobierno de Gustavo Petro. Una infamia. “Un atentado a la paz”, como lo definió el mismo presidente en el trino que puso tras conocer el vil asesinato de los siete policías. En esa emboscada, ocurrida en la vereda Corozal, en el corregimiento de San Luis, cerca de Neiva, siete vidas se apagaron.
Allí mismo fallecieron el intendente Wilson Jair Cuéllar Losada, de 42 años, quien deja tres hijos huérfanos; el intendente Luis Alberto Sabi Gutiérrez, de 37 años, con dos hijos y un hijastro; el patrullero Duverney Carreño Rodríguez, de 42 años, también con dos hijos; el patrullero John Fredy Vargas Bautista, con un hijo y un hijastro. Y los auxiliares de Policía Endes Santiago, de apenas 18 años; Andrés Mauricio Pascuas Figueroa, de 19 años, y Cristian Ricardo Cubillos Borbón, de 20 años.
Al cierre de esta edición, se supo que Gustavo Alberto Ezquivel Rojas sobrevivió, pero se encuentra bajo pronóstico reservado. La explosión fue tan fuerte que la vegetación que había caído de lado y lado de la vía también estaba tendida en el piso, al lado de los cuerpos. Lo que se sabe hasta el momento es que la emboscada se había hecho con artefactos explosivos que detonaron al pasar el vehículo. Sucedió a las 2:30 de la tarde. La responsabilidad se atribuía en primera instancia a la columna Dagoberto Ramos, de las disidencias de las Farc, que opera en la zona.
Se trata de una organización criminal que, según información de inteligencia, cuenta con cerca de 1.000 hombres y forma parte del Comando Organizador de Occidente de las disidencias que nunca participaron en la negociación de paz.
“Los uniformados habían partido en horas de la mañana desde el Comando de la Policía Metropolitana de Neiva y se desplazaban en una patrulla hacia el corregimiento de San Luis, cuando a la altura de la vereda Corozal fueron víctimas de la activación de un artefacto explosivo”, informó la Policía en un comunicado, publicado muy tarde en la noche del viernes.
El dolor que se vivía ese día en la institución era desgarrador. Se trata del peor atentado contra la Policía desde el que se registró contra la Escuela de Cadetes General Santander, en el que murieron 22 de sus miembros y más de 100 quedaron heridos. Ese ataque terrorista fue perpetrado por la guerrilla del ELN, el 17 de enero de 2019.
El regreso del terror generó un estruendo. El director general de la Policía Nacional, general Henry Sanabria, tuvo que enfrentar la tragedia apenas una semana después de posesionarse y en medio de la tensión que aún se siente por la barrida histórica que se vivió en la Policía tras el triunfo del presidente Petro que dejó a 21 generales en retiro.
Junto con la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín) y la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol), en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, viajaron al lugar de los hechos para comenzar la investigación. En las primeras horas, tras el atentado, el presidente Gustavo Petro apenas puso un trino.
Los hechos no solo enlutan al Gobierno, sino que ponen de presente que en el camino a la negociación de la llamada paz total se pueden perder muchas vidas. “Rechazo contundentemente el ataque con explosivos donde murieron siete policías en San Luis, Huila. Solidaridad con sus familias. Estos hechos expresan un claro saboteo a la paz total. He pedido a las autoridades desplazarse al territorio para asumir la investigación”, trinó el presidente Petro.
Un mensaje similar publicó en su cuenta el ministro de Defensa, Iván Velásquez: “Rechazo el aleve atentado cometido en la tarde de hoy contra uniformados de la Policía… Las Fuerzas Armadas deben responder con contundencia a este ataque a la paz”, señaló. Representantes del Ejecutivo también llegaron a Neiva en la noche del viernes.
La masacre evidencia el polvorín que se vive en las regiones del país. En esta zona, por ejemplo, operan el frente Ismael Ruíz, que también tiene injerencia en el departamento del Tolima, y la columna móvil Dagoberto Ramos, que amedrenta con su terror al Cauca. El nombre de este último se deriva de uno de los líderes más sangrientos del frente sexto de las Farc, que dirigió las tomas más catastróficas contra este departamento.
De comprobarse la autoría de estos grupos en el atentado, el debate alrededor de la paz total tomaría otro rumbo. Como dijo el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, “este tipo de acciones no contribuyen a la paz que tanto deseamos los colombianos, por el contrario, entorpecen el ejercicio de diálogo que viene proponiendo el Gobierno nacional”.
La Fiscalía General de la Nación desplegó un operativo para lograr “la mayor concentración de elementos materiales probatorios y evidencia física que permitan esclarecer en el menor tiempo posible lo ocurrido”. Fueron designados tres fiscales especializados, un líder investigador, seis investigadores de apoyo, dos expertos antiexplosivos, un balístico, un topógrafo, un arquitecto, dos fotógrafos, un líder técnico, un criminalístico y cuatro analistas.
Todo el equipo viajó al lugar del atentado. La Dirección del Instituto Nacional de Medicina Legal, por su parte, también dispuso de un equipo de expertos forenses que comenzaron rápidamente a explorar las señales que pudieron quedar en los cuerpos de las víctimas.
El viernes en la noche, el presidente Gustavo Petro lideró desde Neiva un Puesto de Mando Unificado. Allí, además de la cúpula de la Policía y de las Fuerzas Armadas, estaban los ministros del Interior, Alfonso Prada, y de Defensa, Iván Velásquez. También viajó a la zona un equipo de la Fiscalía General de la Nación. Al cierre de esta edición, la reunión no había culminado y, por lo tanto, el pronunciamiento del primer mandatario sobre los graves hechos ocurridos quedó pospuesto para el sábado. Colombia está de luto.