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“Colombia podría sufrir de escasez de alimentos”: ONU lanza dura advertencia por el fenómeno de El Niño

Las épocas de sequía después de junio podrán afectar seriamente los cultivos.

29 de mayo de 2023
El periodo de sequía para el segundo semestre del año afectaría la cosecha. | Foto: .

El planeta está experimentando los efectos del fenómeno de El Niño, el cual corresponde al calentamiento del océano Pacífico en la zona ecuatorial, evento que altera completamente la temperatura y condiciones ambientales de los países de la región de Centro y Sudamérica.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), se refirieron sobre las grandes consecuencias que acarreará Colombia por el fenómeno de El Niño.

Los pronósticos de precipitaciones indican que, al igual que las últimas semanas, desde junio a agosto las lluvias aumentarán considerablemente, por lo que la temperatura decrecerá significativamente. En ese contexto, para el periodo de junio a noviembre, el país puede experimentan puntos críticos de hambre.

Lluvia
El fenómeno de El Niño es uno de los factores que ha aumentado las precipitaciones a nivel nacional. Foto Guillermo Torres Reina / Semana | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

“Es probable que las condiciones secas en este periodo afecten la cosecha principal de maíz en etapas críticas para el rendimiento de los cultivos, con efectos adversos en la producción”, advierte el informe frente al eventual escenario que tendrá el país para el segundo semestre del año.

El periodo correspondiente a agosto y octubre, se espera que haya una sequía persistente, lo cual afectará a las cosechas de alimentos, en especial el de fríjol. La proyección es que la disminución de cosechas de granos básicos puede repercutir negativamente en las reservas de alimentos para consumo y venta, aumentando la dependencia del mercado de los pequeños agricultores en Centroamérica.

Por otro lado, la investigación también señala que Colombia se encuentra bajo una estrecha vigilancia, dado que el 30 % de la población general enfrentó altos niveles de inseguridad alimentaria entre octubre y noviembre del año pasado, por lo que están observando con detenimiento esta situación como se presenta en un periodo de sequía aguda. Además, 1.3 millones de migrantes experimentaron esta misma situación, haciendo parte del 52 % de este tipo de población en el territorio.

El fríjol: Uno de los alimentos más desfavorecidos por la sequía. | Foto: PIXABAY

El estudio no solo tomó en cuenta a Colombia, sino que también se refirió sobre otros países. Por ejemplo, en el caso de Honduras, el informe señaló que alrededor de 2.6 millones de personas enfrentaron inseguridad alimentaria durante la temporada de escasez de junio a agosto del año pasado, siento una cifra ligeramente inferior al 2021 pero igual que preocupante.

Con respecto a Guatemala, la investigación señaló que el número de ciudadanos que tuvieron una crisis de inseguridad alimentaria aguda entre octubre de 2022 y febrero de 2023, correspondió al 19 % de la población total del país.

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Los factores externos (como la inflación), posibilitan con más creces afectar la producción y venta de alimentos por sequía. | Foto: Getty Images/iStockphoto

El estudio hace énfasis en varios países, no solo en Colombia, para poner sobre la mesa la magnitud de los efectos que conlleva el fenómeno de El Niño en los países, teniendo en cuenta los periodos de hambre de años anteriores. Aparte de ello, factores comunes externos (como la inflación) intensifican el posible panorama de inseguridad alimenticia para la próxima sequia.

Entre todos los países analizados, uno que genera principal preocupación es Venezuela. El informe señala que “la situación requiere atención a pesar de la falta de datos comparables recientes. La evidencia disponible apunta hacia una relativa estabilización de la situación económica desde 2021, luego de siete años de recesión económica, aunque se espera que la inflación se mantenga muy alta en un 400 por ciento en 2023.

“Los probables desafíos económicos continuos, la alta inflación y los posibles impactos adversos de las condiciones climáticas secas de junio a noviembre, así como el conflicto requieren un estrecho seguimiento de la situación”, indica el informe.