NACIÓN
La desmedida ambición de Nicaragua sobre el mar de Colombia
Semana.com le explica en tres mapas lo que quiere ganar el país centroamericano con sus nuevas demandas en la Corte Internacional de la Haya
El pleito entre Colombia y Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya tiene en vilo el país desde hace más de una década. Después de un largo litigio, en el 2012 esa corte emitió su sentencia en la que determinó que la delimitación marítima entre ambos países no seguiría siendo el meridiano 82, acordada en el tratado Esguerra-Bárcenas en 1928. La noticia tuvo un enorme impacto político en el país y generó una gran controversia. ¿Por qué el tema no quedó ahí y volvió a La Haya?
Con la nueva delimitación Colombia perdió una buena parte de su territorio marítimo. Aunque la opinión pública rechazó la decisión, en la comunidad internacional el fallo fue considerado en su momento salomónico, pues concedió pretensiones a ambas partes. A Colombia le reconoció la soberanía que tenía sobre el territorio insular, es decir, sobre San Andrés y Providencia y sus cayos. Nicaragua ganó 75.000 kilómetros de mar, pero perdió sus aspiraciones sobre 350 millas de plataforma continental. La corte le reconoció 200.
Ninguno de los dos países quedó contento. Un año después del fallo Nicaragua mostró sus cartas y dejó claro que va por todo. Así, demandó dos veces a Colombia ante la Haya nuevamente. En la primera demanda el país centroamericano solicita a la Corte delimitar la frontera marítima de modo que se le reconozca mucho más allá de las 200 millas náuticas que había ganado en el fallo del 2012. En la segunda busca que la Corte declare que Colombia ha violado los derechos marítimos que Nicaragua ganó en ese mismo fallo. Como se sabe, el gobierno del presidente Santos ha insistido en que se necesita un tratado negociado por ambos países para establecer una nueva frontera y no solamente el fallo, como cree Nicaragua.
Por estas dos demandas, Colombia ha buscado salirse del Pacto de Bogotá, que es el que reconoce la competencia del Tribunal de la Haya. El país no quiere volver a arriesgarse a un litigio en ese tribunal. Por eso, la decisión de este jueves es un gran revés, pues la Corte reconoció que sí tenía competencia para analizar esas nuevas peticiones de Nicaragua. El presidente Santos anunció que no comparecerá ante la Haya, sin embargo, no explicó que ese alto tribunal puede decidir sin su presencia.
En este nuevo escenario, Colombia queda en un panorama internacional muy complejo. Por un lado, el país pide que Naciones Unidas, a través de su Consejo de Seguridad, verifique el proceso de paz. Por el otro, rechaza la competencia de la corte internacional, insignia de ese mismo organismo. Como según las normas de esa corte, el proceso puede seguir así una de las partes no asista para defenderse, lo más seguro es que el debate de La Haya pueda durar muchos años y traer muchos dolores de cabeza.