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Lo bueno, lo malo y lo feo del tratado de repatriación de presos que firmó Duque con China

Las familias de 217 colombianos presos en el país asiático llevan años clamando por un acuerdo. En su viaje a Pekín el presidente logró concretar un mecanismo de devolución de condenados pero solo por razones humanitarias. Aunque no es para echar voladores, significa un avance importante.

31 de julio de 2019
| Foto: Foto: Presidencia de la República

Solo tres colombianos condenados en China por narcotráfico han logrado volver a pisar su patria. Son, literalmente, tres sobrevivientes del feroz sistema judicial de ese país que regularmente impone pena de muerte a quien porte drogas, aún en mínima cantidad, y excepcionalmente la cadena perpetua.

Hoy hay 217 nacionales confinados en las prisiones chinas cuyas condiciones infrahumanas son simplemente pavorosas. Las familias de estos colombianos llevan más de un lustro suplicando al gobierno que se pacte algún acuerdo de cooperación judicial para que se les permita purgar sus condenas en Colombia. Pero el sistema chino es hermético y severo como pocos en el mundo, al punto que ni la alta diplomacia puede provocar una rendija: los tres únicos colombianos repatriados eran reos diagnosticados con enfermedades terminales.

En video: El ramo chino de Duque que molestó al uribismo

Por eso es muy significativo el anuncio del presidente Iván Duque quien de regreso de un viaje oficial a la República Popular China, trae bajo el brazo –entre otros resultados– un tratado de repatriación. El presiente dijo se trataba de un “avance importante” en materia de cooperación judicial, y explicó que el acuerdo permitirá que los ciudadanos condenados de ambas nacionalidades, colombianos y chinos, puedan ser trasladados para cumplir las penas en sus países de origen. Eso sí, advirtió, que siempre que se den “razones humanitarias” y el cumplimiento de varios requisitos legales.

“Creo que es un avance importante, porque permite la repatriación de presos, obviamente teniendo consideraciones de carácter humanitario. Tenemos personas que están castigadas, que han recibido condenas de la justicia de la República Popular China por delitos como el narcotráfico. Lo que nosotros buscamos, a través de la repatriación, es que puedan cumplir sus penas en territorio colombiano”, precisó el presidente Duque.

En China hay 80 detenidos así: 54 de ellos en Guangzhou, 18 en Pekín y 8 en Shanghai. Si se incluye a Hong Kong, que es un territorio autónomo, el total de colombianos en territorio chino es de 217.

En el mismo sentido el Canciller Carlos Holmes Trujillo –segundo abordo en la comitiva oficial que visitó China– recalcó que se trata de un mecanismo para que los condenados de una y otra nacionalidad puedan pagar las condenas en sus respectivos países. Respecto a los requisitos Trujillo explicó “son que la pena exista en uno y otro país, y que el delito por el cual se fue condenado exista en uno y otro país”.

Ver: La modelo colombiana que podría ser repatriada desde la China

Ahora habrá que aguardar a que el gobierno presente ante el Congreso de la República el texto del acuerdo para conocer los detalles y su alcance. Pero lo que hasta ahora deja claro Duque es que las razones humanitarias será una variable clave a la hora de evaluar las eventuales repatriaciones que se solicitarán en virtud del tratado. Y ese aspecto preocupa a las familias de los condenados en China.

Diana Patricia Pérez es una de las voceras de las 217 familias colombianas con algún allegado preso en China. Estas familias temen que el tratado sea solo una “formalización” del ruego humanitario con que se lograron las únicas tres repatriaciones permitidas por ese país.

“Por supuesto el tratado es importante. De ahora en adelante esperamos que el proceso sea mucho más ágil y que nos ayuden más al momento de pedir las repatriaciones de nuestros familiares”, dice. Pero agrega que “Esperamos que el gobierno haya podido negociar algo nuevo en el tratado. Por ejemplo, repatriación de colombianos que ya tengan varios años en prisión para que puedan venir a pagar su condena acá. Es decir, esperamos un tratado no sólo por razones humanitarias pues de alguna forma, con grandes dificultades, eso ya se había logrado”.

De acuerdo al ministerio de Justicia de Colombia las razones humanitarias que serán tenidas en cuenta en el nuevo tratado son: enfermedad grave de la persona condenada, de los padres, hijos o esposa o compañero permanente; edad avanzada de la persona condenada a partir de los 65 años y estado de invalidez del interno. Para que el tratado binacional entre en vigencia debe ser avalado por la Corte Constitucional instancia a la que irá una vez sea aprobado por el Congreso.

De acuerdo con la Dirección de Asuntos Internacionales del Minjusticia hoy hay 80 detenidos en China así: 54 de ellos en Guangzhou, 18 en Pekín y 8 en Shanghai. Si se incluye a Hong Kong, que es un territorio autónomo, el total de colombianos en territorio chino es de 217.

Sin embargo, solo a aquellos 80 detenidos les aplica el tratado, pues Hong Kong tiene un marco jurídico diferente y con este se ha logrado la repatriación de 15 nacionales en los últimos años. El hermetismo, casi que absoluto, ha sido respecto de la República Popular China. Solo cuando se conozca el texto del tratado se podrá saber si su férrea postura cedió algo. Entre tanto, en Colombia hay seis ciudadanos chinos condenados por la justicia local.

En video: El viacrucis de los colombianos condenados en China

Otro aspecto clave a la hora de evaluar el tratado será el que tiene que ver con la homologación de la pena pues una talanquera que por años ha bloqueado la viabilidad de un acuerdo es que en Colombia no existe ni pena de muerte ni cadena perpetua. Cuando los países tienen castigos compatibles en sus respectivos ordenamientos jurídicos la posibilidad de un acuerdo de repatriación es mucho más sencilla. No ocurre eso entre Colombia y China, así que la posibilidad de homologar, conmutar o modificarla depende de Pekín.

A pesar de las complejidades y de que aún falta por conocerse la letra menuda del tratado las familias de los colombianos presos en China reciben la buena nueva con esperanza. “Tenemos fe en que esto nos acerca más a lo que hemos buscado y por lo que hemos trabajado durante más de 6 años; que es volver a tener en Colombia nuestros seres amados”, concluye Diana Pérez. Su padre, Luis Leoncio Pérez, de 58 años, está preso en China desde febrero de 2013. Las autoridades lo capturaron cuando entró al país con 1.150 gramos de cocaína. El ochenta por ciento de los colombianos condenados en el país asiático lo son por narcotráfico, es decir, por haber ido como mulas, ya sea bajo engaño o con conocimiento del delito y sus riesgos.

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Eso le significó al papá de Diana la pena de muerte con efectos suspensivos. La sentencia luego le fue conmutada a cadena perpetua. Luis Leoncio pasa sus días en una pequeña celda con otros 17 reos, pero no mantiene comunicación con ninguno porque nadie habla español. Aunque en el penal hay otros colombianos el régimen penitenciario los mantiene aislados.

Hace dos años Diana invirtió todos sus ahorros y fue a visitarlo. Estuvo casi tres semanas allá pero solo pudo verlo en dos ocasiones por 30 minutos, y a través de un cristal. Si efectivamente el tratado se suscribe a las razones humanitarias a don Luis Leoncio, en el mejor de los casos, le faltarían aun siete años para cumplir 65 y poder aspirar ser repatriado para continuar su pena en alguna cárcel de Colombia.