Nación
Colombian Center, el edificio de la Federación de Cafeteros en Nueva York que genera polémica por su mala administración. La Contraloría le puso la lupa
La infraestructura fue comprada hace 60 años y está ubicada en exclusivo sector de Manhattan. Vale 30 millones de dólares y genera pérdidas.
Uno de los bienes más representativos de la Federación Nacional de Cafeteros en el mundo es un edificio de la entidad, ubicado en la ciudad de Nueva York, en el exclusivo sector de Manhattan, conocido como el Colombian Center. La infraestructura, que sería una de las joyas de la corona del gremio, se ha convertido en un inmueble que no representa ningún ingreso importante y, por el contrario, año tras año, estaría acumulando pérdidas.
El asunto resultó tan delicado que la Contraloría puso la lupa y, durante semanas, un equipo de la entidad se dio a la tarea de realizar una exhaustiva auditoría para determinar qué estaba pasando con este predio, que pese a estar arrendado y ubicado en un exclusivo sector, se había convertido en una carga para la Federación. El informe, de 97 páginas, plantea 15 hallazgos de carácter administrativo y fiscal, pero sin implicaciones penales.
Una conclusión reveladora para la Contraloría del análisis realizado, según la información que le fue entregada en diferentes respuestas a solicitudes y comunicación de observaciones, es que el déficit acumulado entre 2018-2022 ascendería a 5.168 millones de pesos. Con un lío de fondo, aunque fue adquirido hace casi 60 años, su propiedad está en manos del Gobierno y no de la Federación.
SEMANA revela los detalles del informe final de esta auditoría a la vigencia 2018 a 2022, de la pasada administración, antes de que llegara su nuevo gerente, Germán Bahamón, quien incluso en oficio enviado al Ministerio de Hacienda, el pasado 8 de septiembre, pidió hacer los trámites correspondientes para que este bien y otro ubicado en la ciudad de Tokio, capital de Japón, se trasladen a nombre del Fondo Nacional del Café, administrado por la Federación Nacional de Cafeteros, y así poder gestionar de manera eficiente este activo.
Lo más leído
Para la Contraloría, es claro que pese a ser un inmueble ubicado en una de las zonas más prestigiosas del planeta, su manejo deja serias dudas y lo califica como deficitario.
La conclusión es clara y advierte que el manejo administrativo ha sido “inadecuado”. En primer lugar, porque el bien debería estar a nombre de la Fondo Nacional del Café, que es el dinero de los cafeteros. Pero, además, que no está claro el monto total de la administración. “Los gastos asociados a la operación del edifico superan los ingresos devengados por la ocupación del inmueble, generando un presupuesto deficitario”, señaló.
Hay un tema en el que hace énfasis el informe, y es el arrendamiento de los pisos 3 y 4 del edificio a una empresa llamada Sucafina, sobre lo cual la auditoria señaló que se “permitió que un tercero explotara económicamente los pisos antes aludidos, correspondientes al inmueble de propiedad del Fondo Nacional del Café, sin que se obtuviera provecho o beneficio económico”.
Esto, señala el documento, “derivó en un menoscabo de los recursos públicos en cuantía de 316,057 dólares, correspondientes a los valores pagados, por Sucafina entre 2018 a agosto de 2021, y que nunca ingresaron a las cuentas del Fondo Nacional del Café en calidad de propietario del Inmueble”.
Y es que resulta inexplicable que un bien que costó casi un millón de dólares, hace ya casi 60 años, y que según un avalúo de 2016 su valor rodea los 30 millones de dólares, no genere ni un peso de ingresos y, por el contrario, deje pérdidas.
Uno de los argumentos para que este edificio genere las extrañas pérdidas, es que “el monto de las contribuciones de ocupación (arriendos) se ha mantenido por años sin incrementarse, lo que no se compadece con el valor de los gastos asociados a la operación del edificio, toda vez que estos se incrementan cada año, por ejemplo, por efecto de la inflación. Este es el factor que más contribuye al déficit presupuestal”, señala el informe de auditoría de la Contraloría.
Agregan que existe incertidumbre frente a los conceptos que se engloban en la noción “administración” del inmueble y advierte que prácticamente el Fondo Nacional del Café ha estado “subsidiando con recursos parafiscales a los ocupantes del inmueble, cuyas cuotas de ocupación pagadas por estos (arriendos), no compensan los gastos de mantenimiento del edificio”. Es decir que pese a estar arrendado, van a pérdida.
Señala la auditoria que “la Federación Nacional de Cafeteros, como administradora del Fondo Nacional del Café, no determinó y controló la totalidad de los ingresos, costos y gastos que demandaba la operación del inmueble”.
También llama la atención que ni siquiera está registrada la propiedad de este edificio, por eso la Contraloría reclama por la pasividad en las gestiones al señalar que, “la Federación Nacional de Cafeteros manifiesta que ha realizado un total de 11 comunicaciones sobre la titularidad del edificio de New York, remitidas a la Cancillería entre los años 2019 hasta la fecha (…) las acciones enunciadas no han sido efectivas, por cuanto se realizaron con la entidad que no es competente para concretar el traspaso de la titularidad del inmueble. Han transcurrido 14 años y no se ha logrado la titulación del inmueble a nombre del Fondo Nacional del Café”.
SEMANA consultó en la Federación Nacional de Cafeteros, su gerente Germán Bahamón señaló que “como Federación hemos solicitado al Gobierno nacional apoyar la normalización de la titularidad de los bienes de Nueva York y Tokio, para que la Federación pueda gestionar de manera eficiente estos activos”. Algo que resulta necesario, pues el predio fue comprado con dinero del Fondo Nacional del Café, que es básicamente dinero de los caficultores agremiados.
Desde la Federación señalaron que para Bahamón, elegido como cabeza de la Federación de Cafeteros el 27 de abril de este año, es una prioridad que el edificio Colombian Center, que figura a nombre del Gobierno de Colombia, pase a la Federación para garantizar su administración y gestionar de manera eficiente este activo. Agregó que sus prioridades en la presidencia de la entidad son la austeridad, la industrialización del café y la asociatividad para los cafeteros.