Foros Semana
Comisión de la Verdad escuchó a comunidades de fe víctimas del conflicto armado
Las comunidades de fe han sido víctimas de acciones armadas, que les dejaron pérdidas humanas, materiales y simbólicas. Sin embargo, son un soporte y la única protección de algunas poblaciones en medio del conflicto.
Entre 1982 y 2012, se registraron 589 casos de diferentes formas de victimización de líderes y comunidades de fe en Colombia, según el Centro Nacional de Memoria Histórica.Masacres como la de Bojayá permanecen en la memoria de los colombianos y del padre Antún Ramos, párroco de la iglesia del municipio, quien fue testigo de este doloroso episodio.
El padre recordó la difícil situación atravesada por la población a finales de los noventa y comienzos de los años dos mil por cuenta del enfrentamiento entre guerrillas y paramilitares. Y agregó que este acontecimiento en especial tiene un matiz muy importante: “Se hizo dentro de una iglesia. Allí se profanó un lugar sagrado y muchas vidas humanas”.
Y es que la iglesia, además de ser vista como la casa de Dios, es también reconocida como un refugio para salvaguardar y transformar vidas. Así lo corroboró Ada Rodríguez, hija de los pastores de la iglesia Remanso de Paz en Sincelejo, Sucre, quienes fueron desplazados luego de la masacre de Macayepo, Bolívar, en el año 2000. Esta congregación es la unión de las iglesias desplazadas de la región, y mediante la cual brindaron acompañamiento espiritual, social y oportunidades de educación a las familias.
El relato del líder Pedro Acosta, de la iglesia Cristo Rey en Tierralta, Córdoba, también da cuenta de la solidaridad de su iglesia. En 1995 recibieron más de 60 familias desplazadas en el templo y, a partir de donaciones, compraron un terreno para su relocalización. Así, lograron diez procesos de reubicación para este grupo de personas desplazadas por la violencia de los paramilitares en el nudo de Paramillo.
Este evento, organizado por la Comisión de la Verdad con el apoyo de la Unión Europea y en alianza con Foros Semana, culminó con un mensaje de reconciliación que contribuye a la verdad y la no repetición de estos hechos.