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Cómo funcionan las cajas de compensación en Colombia: Adriana Guillén, presidenta de Asocajas, responde
En Cartagena se lleva a cabo la versión número 32 del Congreso de Asocajas.
En el segundo día del Congreso de Asocajas, su presidenta, Adriana Guillén, afirmó que se debe reconocer las oportunidades que brindan las cajas de compensación en los territorios diversos, con el propósito de servir a poblaciones más heterogéneas.
Guillén aseguró que en el trascurso de los tres años en los que no se realizó el Congreso debido a la covid-19, el concepto de inclusión se ha convertido en prioridad para las cajas de compensación, con base en tres ejes fundamentales.
El primero es la posibilidad de “vivir como yo quiera”, que hace referencia al desarrollo pleno de la libertad, es decir, la facultad que tienen las personas para “autodeterminarse de acuerdo con el plan de vida que cada uno defina”.
El segundo eje es “vivir bien”, o el acceso a bienes y servicios que no siempre son materiales y permiten ejecutar un plan de vida digna, según Guillén.
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El tercer eje es “vivir sin humillaciones”, un énfasis en el respeto que tiene y merece cada persona.
“Mi llamado es a superar esa mirada un poco infantilizada de que la construcción de esa dignidad depende únicamente de la “sala de máquinas” del Estado. Todos tenemos una cuota de responsabilidad en propiciar oportunidades y condiciones dignas de vida”, aseveró Guillén.
Además, agregó: “Todos apostamos por un país en donde las personas puedan acceder a bienes y servicios que acorten sus brechas. Buscamos caminos para que el 54% de nuestros trabajadores vulnerables cruce la línea y se consolide como clase media. Esto es lo que hacemos [las cajas de compensación] para 21 millones de personas”.
Asimismo, la presidenta de Asocajas manifestó que las cajas de compensación cuentan actualmente con 7,7 millones de trabajadores afiliados cuyos salarios están entre uno y dos millones de pesos, y que por ello dejan de ser prioritarios en la focalización de subsidios y ayudas del Estado. No obstante, Guillén afirmó que esta situación “no garantiza que [esas personas] salgan de las condiciones de pobreza, porque es necesario analizar e involucrar las condiciones de los hogares en su integralidad”.
La presidenta también recalcó el aspecto más importante y menos conocido del Sistema de Compensación Familiar: la redistribución.
“Cinco mil empresas grandes, que equivalen al 0,7 % del total, aportan el 57 % de los recursos de la compensación familiar. Por su parte, 16 mil empresas medianas, que corresponden al 2,4 % del total de empresas cotizantes, aportan el 16 % de la prestación. Al sumar estos dos actores encontramos el 73 % de los aportes al subsidio familiar, que se irrigan en los trabajadores de 661 micro y pequeñas empresas, que corresponden al 97% del total de empresas formales en el país”, indicó Guillén.
Es decir, las grandes empresas subsidian a las micro y pequeñas empresas, las cuales son la gran masa, y lo que significa esto es que sus trabajadores de menores ingresos son quienes reciben más beneficios. “Así funciona la compensación”, afirmó Guillén.
Asimismo, explicó que las cajas de compensación le aportan “al financiamiento de la atención de población vulnerable no formal que se encuentra por fuera de la relación laboral, en los sectores de salud y educación, gracias a los aportes que realizan las empresas”.
Teniendo en cuenta la dinámica de esta redistribución de la compensación, la presidenta de Asocajas considera que mientras el foco del Estado está en las poblaciones vulnerables que son informales (laboralmente hablando), el de las cajas de compensación está en las poblaciones formales que pese a esto último son aún vulnerables.
“La sociedad con la cual soñamos requiere solidaridad y cohesión para avanzar en el camino de cerrar las desigualdades sociales. Nuestra responsabilidad es velar por este paso a la realización de la dignidad: que ser lo que quiero ser, sea posible”, manifestó.