¿Cómo lograron sobrevivir los cuatro niños que estuvieron más de un mes perdidos en la selva?

Las Fuerzas Militares de Colombia bautizaron el plan de búsqueda como “Operación Esperanza”, para dar con los cuatro niños que se encontraban desaparecidos en las selvas de Caquetá y Guaviare, tras el lamentable accidente del 1.° de mayo, en donde una avioneta se estrelló en esta zona del sur del país.

Los menores viajaban junto a su madre, un líder indígena y el piloto de la aeronave. Los cadáveres de los tres adultos fueron localizados por las fuerzas colombianas tras el accidente, que no hallaron rastro de los niños.

Después de un mes, los cuatro menores lograron sobrevivir gracias a los cuidados y conocimientos de la selva de la menor de 13 años, quien es la mayor del grupo y logró orientarlos. Así lo confirmó el presidente Gustavo Petro.

Lesly, Soleiny, Tien Noriel y Cristin Neriman tuvieron el milagro de sobrevivir, gracias a las enseñanzas indígenas de la niña de 13 años, que de esta manera ayudó a los tres niños, uno de ellos de 1 año, el otro de 4 y el último de 9. Según el profesor del grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad de La Rioja y experto en supervivencia, Sergio Villeta, aseguró: “ellos son de allí, son indígenas, y esto lo han aprendido desde pequeños”.

Al respecto, los abuelos le informaron al Instituto de Bienestar Familiar que: “En un poblado de estas características, con la edad de la mayor no eres adulto, pero sí bastante responsable. No es como un niño urbanito español, que no está acostumbrado al medio; ellos tienen muchos más conocimientos y recursos que nosotros en la ciudad”.

También detallaron que los menores pertenecen a la etnia uitoto y vivían en otra selva del país, donde pasaban la mayor parte del tiempo, allí eran “conocedores de qué comer y cómo vivir”.

La selva está rodeada de plantas y frutos y según los hallazgos que encontró la Policía había restos mordidos en los alrededores de la avioneta. Así fue la manera como los niños lograron sobrevivir por todo ese tiempo.

El experto en sobrevivencia y autor de hazañas en condiciones extremas, Carlos Vico, mencionó: “Si estuvieran cerca de un río, podrían acceder a pesca, pero el hecho de cazar o coger cualquier tipo de animal es muy complicado”.

La niña de 13 años tomó en cuenta los conocimientos que aprendió junto a los indígenas y pudo diferenciar lo que se podía comer y lo que no. Aunque las carencias alimenticias, explica Vico, pudo haberles provocado “mareos, calambres, afectación a la zona de los riñones si tenían poco que beber e incluso problemas respiratorios por la humedad de la selva”.

De acuerdo con el experto, los menores, al no estar comiendo adecuadamente durante un período largo, les habrá acarreado “pérdida de peso y falta de energía”.

Por otra parte, y más allá de los problemas para acceder a la comida en mitad de la selva, los cuatro niños tuvieron que haber enfrentado las duras condiciones del lugar. El experto indicó: “No hay bajas temperaturas, están siempre entre 18 y 25 grados. Esto va ayuda a que no tengan hipotermia y no gasten más energía de la cuenta. Lo malo es que está lloviendo cada día y, aunque esto les permite recolectar agua y beberla, eso implica que están mojados constantemente, incluso cuando llega la noche”.

También, hay que tener en cuenta que los grandes depredadores viven allí, como anacondas y jaguares. Además, insectos venenosos. Por más que estén acostumbrados por su cultura, es imposible dejar de dormir y es ahí cuando pasa de desapercibido si pasó algo por ahí, concluyó Vico.