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Hombre asesinado en TransMilenio.
Hombre asesinado en TransMilenio. | Foto: Redes sociales

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¿Cómo pueden tomar fotos y no llevarlo a una clínica?, se pregunta la familia del hombre asesinado en TransMilenio

La indolencia de las personas que presenciaron el hecho a plena luz del día aumenta el dolor de la familia de Osvaldo Muñoz Palacios, quien perdió la vida apuñalado en un articulado tratar de impedir que le robaran el celular.

30 de octubre de 2020

En medio de las lágrimas, con evidente y profundo dolor, Luz Mary Muñoz –hermana de Osvaldo Muñoz, el hombre asesinado en TransMilenio– reflexiona en SEMANA Noticias sobre la poca humanidad y la falta de solidaridad de los pasajeros que estaban en el mismo articulado, que pudieron ayudar a salvar la vida de su hermano: “Se desangró, no entiendo por qué si pueden tomar fotos sabiendo que había una clínica a dos cuadras, ¿por qué no lo llevaron?”. Es inexplicable para la familia del hombre que trabajaba en eventos y conciertos, cómo el afán de las redes sociales nubla la empatía.

Al mismo tiempo, entiende que ya no vale la pena hablar de supuestos y, tras el hecho que hoy le desgarra la existencia, clama justicia a la mandataria de Bogotá Claudia López, a quien le exigió que no quede impune esta muerte que dejó a su familia sin la persona que llevaba el sustento diario: “La alcaldesa no me puede abandonar con esto, no sé a cuántas personas más los ladrones le hicieron lo mismo hoy (...) Hay mucha inseguridad”.

“Un ser humano grande, buen hermano y buen trabajador”. Con esa descripción de su ser querido, Luz Mary dio cuenta de lo unidos que eran y el sacrificio que estaba dispuesto a emprender Osvaldo cada día, al punto de ser él quien prefirió arriesgarse a salir en medio de la pandemia para proteger a los demás miembros de su familia del coronavirus, sin importar los riesgos que eso conllevara. “Mi hermano siempre me dijo que no saliéramos, que nos cuidáramos de la pandemia (...) y mire cómo vino a morir”. Incluso, con mucho esfuerzo, el hombre que residía en la localidad de Engativá en el barrio Villa Luz, había comprado dos meses antes el celular por el que recibió las puñaladas mortales: “No quiero que la muerte de mi hermano quede así (...) No entiendo cómo muere en un TransMilenio... tanto se cuidó de covid-19”.

Esa ironía que hoy viven los Muñoz Palacios es proporcional a la decepción que sienten de saber que ningún directivo o representante del Sistema Integrado de Transporte de los bogotanos se ha comunicado con alguno de sus familiares: “Yo sé que TransMilenio no lo atropelló, pero no se han comunicado con nosotros. Ni el sistema, ni la alcaldesa, ni el Distrito”. Incluso Luz Mary recuerda que no le permitieron despedirse de su hermano cuando su cuerpo aún permanecía en el interior del articulado, aunque señaló que entiende los procesos de criminalística. Pero le cuesta creer que tengan que mentirle a los familiares de la víctima, que pretendían tener un momento de intimidad en medio de la tristeza e intentar buscar respuestas: “No me lo dejaron ver, los policías me dijeron que ya se lo habían llevado, pero era mentira, él estaba en el TransMilenio”.

Este 29 de octubre quedará como una fecha imborrable para la familia de Osvaldo, que desde la experiencia que les da la amargura por lo sucedido desean que la seguridad en TransMilenio se refuerce a tal punto que ninguna otra hermana, mamá, esposa o hijos tengan que lamentar la pérdida de una persona preciada: “Se volaron los delincuentes que hicieron esto. Hoy nos tocó a nosotros y es muy duro, pero no quiero que a nadie le pase”.

Ahora para Luz Mary empieza otra dolorosa experiencia, pues mañana a las 10 a. m. deben recoger el cuerpo en Medicina Legal y luego acercarse a la URI, todo sumado a que ella y su familia se enfrentaron a la muerte de su mamá hace poco: “Será muy triste despedir a un ser humano que no fumaba, no tomaba. Él era de su casa al trabajo y si le tocaba laborar 24 horas, lo hacía”.

La familia Muñoz pide ayuda psicológica, acompañamiento profesional, pero, sobre todo, un sustento en dinero. Osvaldo respondía por tres hermanos y el hijo de Luz. Ahora sin él llega la angustia por la situación económica, ya que no saben cómo harán para sustentar los gastos que requieren las exequias.

El ataque fue en la calle 72 con Avenida Caracas, pero fue en la estación Calle 85 (Autopista Norte) donde quedó la vida de un hombre que temía al virus, a la pandemia y que con valentía intentó enfrentar el peor de los males que azota a la capital: la inseguridad.