Judicial
Con el cáliz en la mano: ladrones fueron descubiertos cuando intentaban desocupar una iglesia en Bogotá
Fueron descubiertos en flagrancia cuando saqueaban una parroquia en Usaquén.
Un audaz intento de saqueo en la parroquia San Juan Diego norte, ubicada en la carrera 4 A con calle 192, en la localidad de Usaquén, fue frustrado gracias a la rápida acción de la comunidad y la intervención contundente de la Policía Metropolitana de Bogotá.
Los criminales, tras ingresar a la iglesia, comenzaron a despojarla de objetos de valor con la intención de cargarlos en un vehículo para escapar impunemente. Sin embargo, el oportuno llamado de la comunidad alertó a los uniformados del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, quienes llegaron justo cuando dos delincuentes estaban dentro del recinto religioso.
La operación policial reveló que un tercer delincuente se encontraba fuera de la iglesia, coordinando el robo y alertando sobre la presencia de las autoridades. La intervención permitió la recuperación de un cáliz y dos amplificadores de sonido, afectando la cadena delictiva que busca lucrarse a expensas de estos actos criminales en Bogotá.
Los capturados, ahora bajo la custodia de las autoridades competentes, deberán responder por el delito de hurto calificado. Este exitoso operativo demuestra la efectividad de la colaboración ciudadana y la pronta respuesta de la Policía, consolidando un golpe significativo contra la delincuencia en la capital colombiana.
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De otro lado, Jesús Hernán Orjuela, más conocido como el padre Chucho, contó que en dos ocasiones se han metido a la fuerza al templo donde presta su servicio para llevarse todo tipo de artículos, incluso algunos que solo tienen funciones eucarísticas.
“Una moto entró con arma y todos fuimos atrás, porque qué más hacemos. A una de nuestras secretarias la golpearon. Nos robaron dineros, celulares (...) Tenemos que contratar seguridad y estamos pendientes de poder buscar una reacción a esto que está pasando”, relató el sacerdote sobre el último robo, en agosto pasado, en entrevista con el programa La Red, de Caracol Televisión.
Se dice que el monto total de lo hurtado por parte de los dueños de lo ajeno para el templo fue de 15 millones de pesos. Ahora, hay que recordar que meses atrás la misma parroquia también fue víctima de otro robo, todo en medio de los trabajos de adecuación que se adelantan en el templo y que fueron aprovechados por los delincuentes.
En esa ocasión también se metieron los ladrones a robar y se llevaron muchos objetos valiosos, entre los que estaba una de las copas de cáliz que le habían regalado los papás al famoso sacerdote y era traída directamente de Roma, Italia. Sin duda, esta fue una de las pérdidas más significativas para el padre Chucho, no por el valor monetario, sino por lo que significaba sentimentalmente para él.
“No les importa que sea una iglesia, no le tienen miedo ni a Dios ni a nadie. Lo que más me ha dolido fue que me robaron el cáliz, un regalo especial de mis papás para celebrar la Eucaristía; era un sentimiento de gratitud con Dios. Se robaron algo que le pertenece a Dios”, añadió el sacerdote.
En sumatoria, entre los dos robos, han sido más de 60 millones de pesos los que le han desfalcado a la parroquia de Orjuela, que ya está tomando medidas extremas para tratar de generar un cambio en este tema.