Con machete y botella: denuncian batalla campal en playas de Santa Verónica, Atlántico

Conmoción y preocupación han generado las imágenes difundidas a través de las redes sociales que evidencian una batalla campal ocurrida en las playas de Santa Verónica, ubicadas en el municipio de Juan de Acosta, en el departamento del Atlántico.

El video muestra el violento enfrentamiento entre varias personas, quienes arremeten con machetes, botellas, palos y sillas, generando destrozos en uno de los restaurantes de la playa. El incidente, que tuvo lugar el domingo, 2 de julio, dejó a varios heridos y puso en riesgo la integridad de quienes se encontraban en el lugar.

Ante estos hechos lamentables, las autoridades locales han expresado su preocupación por la inseguridad y la falta de tolerancia que se ha evidenciado en las diferentes playas del departamento del Atlántico. El secretario del Concejo Municipal de Juan de Acosta, Alex Ferrer, lamentó la falta de educación de algunos turistas que, en lugar de disfrutar de un momento de esparcimiento, se ven involucrados en situaciones violentas y poco ejemplares.

Hasta el momento, no se ha reportado la detención de ninguna persona relacionada con estos incidentes. Las autoridades se encuentran investigando lo sucedido para identificar a los responsables y tomar las medidas correspondientes. La prioridad es garantizar la seguridad de los ciudadanos y preservar la tranquilidad en los lugares turísticos de la región.

La situación vivida en las playas de Santa Verónica ha generado una serie de interrogantes sobre las posibles causas que desencadenaron esta violenta riña. Es fundamental que las autoridades y la comunidad trabajen en conjunto para prevenir y evitar este tipo de episodios en el futuro. Asimismo, se espera que se refuercen las medidas de seguridad en las zonas turísticas para proteger a los visitantes y garantizar su bienestar.

La difusión de este video ha generado un llamado de atención a la ciudadanía en general, invitándolos a reflexionar sobre la importancia de mantener una convivencia pacífica y respetuosa. La violencia y la intolerancia no pueden tener cabida en nuestros espacios de recreación y esparcimiento. Es responsabilidad de todos contribuir a la construcción de una sociedad en la que prime el respeto y la armonía.

Con esto queda claro que los incidentes ocurridos en las playas de Santa Verónica han generado preocupación y consternación en la comunidad. Es necesario que las autoridades tomen acciones contundentes para prevenir y sancionar este tipo de comportamientos violentos.

Además, se hace un llamado a la ciudadanía a fomentar una cultura de paz y respeto en todos los espacios públicos, especialmente en aquellos destinados al turismo y la recreación, ya que solo así se podrá disfrutar de un ambiente seguro y placentero para todos.

Una problemática que crece

Este hecho se suma a denuncias anteriores. El pasado domingo, 18 de junio, en el marco de la celebración del Día del Padre, familias enteran llegaron a las recién inauguradas playas de Sabanilla, en Puerto Colombia, Atlántico.

Estando allí, una familia contó en un video, publicado en TikTok, cómo fue su experiencia. El video, que ya cuenta con más de 150.000 reproducciones, fue publicado en la cuenta de ‘Somos Costeños’, dando a conocer los precios y la experiencia de ir a las nuevas playas del departamento. Hay que tener en cuenta, que las instalaciones de los restaurantes que hoy operan allí, fueron construidas e impulsadas por la Gobernación del Atlántico.

Las denuncias, que han sido enviadas a la Gobernación, indican que los turistas y bañistas que han llegado hasta el sitio, sienten que los precios por platos sobrepasan los de un restaurante común y corriente (que no esté en la playa).

Uno de los ejemplos, que aparecen en el clip difundido por redes sociales, es la carta de uno de los establecimientos, donde se ve que el precio de una picada mixta es de 75.000 pesos.

Otras de las inconformidades expresadas por el creador de contenido, es el costo de las carpas o el servicio, que oscilan entre 40.000 y 80.000 pesos colombianos.