Nación

Condena I Le lanzó agua caliente a su madrastra porque se le tomó dos cervezas

La Fiscalía logró una condena contra el hombre responsable de atacar a su madrastra en el departamento de Boyacá.

15 de febrero de 2022
. | Foto: Archivo SEMANA

El caso ocurrió en el municipio de de Cucaita, departamento de Boyacá, el 03 de abril de 2021. Ese día el ahora condenado, que fue identificado como José Mauricio Luis Herrera, estaba celebrando con algunos amigos en la casa que compartía con su madrastra, víctima luego de una agresión.

El hombre, en medio de su festejo, le pidió el favor a su madrastra de traer una canasta de cerveza para continuar la celebración, el sitio donde debían comprarla estaba algo retirado, de ahí que el mandado tardó más de lo esperado, situación que impaciento al victimario. El afán por continuar con la bebida le enervó la sangre y lo puso de mal humor.

Cuando la mujer, cansada de llevar la canasta de cerveza, llegó a la casa se encontró con la impaciencia de su hijastro quien además estaba pasado de licor y esperaba refrescar con la misma cerveza, pero un hecho exaltó de peor forma al agresor.

En la canasta faltaban dos botellas de cerveza y esto provocó una violenta reacción en contra de su madrastra. Con golpes e insultos la agredió de forma repetida mientras le recriminaba por las dos botellas que le faltaban a su canasta de cerveza. “La acusación indica que la mujer al volver con el encargo, el agresor la emprende a golpes e insultos, al percatarse que faltaban dos botellas de la bebida”, dijo la Fiscalía.

Además de los golpes, llegaron insultos, amenazas y todo tipo de improperios que la mujer debió soportar hasta que se atrevió a denunciar y considerar que las agresiones debían ser investigadas por la justicia. “Ejerció violencia sobre esta mujer, pegándole, profiriendo insultos, intimidándola y amenazándola”, sostiene la acusación.

Minutos después de la agresión, el hijastro, calmado y satisfecho de cerveza, trata de disculparse ofreciendo una botella a la mujer, que al rechazarla se convirtió en una nueva agresión. Más insultos, golpes y además le lanzó en las piernas una olla con agua caliente que la mujer alistaba para bañarse.

“Sin embargo, el agresor para calmar los ánimos le ofreció una cerveza, pero ella lo rechazó, entonces de nuevo la insulta con groserías y le lanzó a las piernas un caldero de agua caliente que ella había puesto a calentar para bañarse. Tras la gravedad de las heridas a la mujer le dieron 20 días de incapacidad”, explicó la Fiscalía.

Casi un año después de llevar un proceso, de insistir ante un juez en la necesidad de castigar la conducta del agresor, la justicia habló y lo condenó. Tres años y seis meses de cárcel fue la pena impuesta por el juez en Boyacá y por el delito de lesiones personales agravadas en concurso homogéneo y sucesivo.

Lo que no se entiende es por qué la Fiscalía no imputó el delito de violencia intrafamiliar, si tal como se relatan los hechos es claro que hubo un acto de agresión en el marco o núcleo familiar y así, no solo la pena hubiese sido más gravosa, sino que habría perdido beneficios judiciales como la libertad.

“El juez por su parte al emitir la sentencia, le concedió la suspensión de la ejecución de la pena privativa de la libertad, por un periodo de prueba de cuatro años, con el compromiso de buen comportamiento familiar”, advirtió el ente acusador.

Tal cual como se lee, el juez lo dejó en libertad, en la misma casa donde agredió a su madrastra, con la condición de que se “portara bien”. En otras palabras, dejó expuesta a la víctima a nuevas agresiones cuando ella pedía ser protegida por la justicia.