NACIÓN

Erradicación manual con glifosato: ¿aspirina para un cáncer?

En medio de dudas por su efectividad y del crecimiento vertiginoso de los cultivos ilícitos, el Consejo de Estupefacientes da su bendición a esta estrategia.

13 de diciembre de 2016
| Foto: Archivo SEMANA

En el mes de mayo, cuando ya se temía que el reporte anual de cultivos ilícitos, iba a llegar a las 98.000 hectáreas en Colombia, el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) avaló la erradicación manual con glifosato y condicionó la decisión a la efectividad de dos proyectos pilotos en Chocó y Nariño. También a que la Agencia Nacional de Licencias Ambientales y el Ministerio de Salud establecieran los protocolos en materia de salud y manejo ambiental para garantizar el funcionamiento de la estrategia.

A punto de terminar el año, con 800 hectáreas erradicadas, el CNE acaba de avalar esta iniciativa para que pueda ser implementada en el resto del país. El Ministro de Justicia, Jorge Londoño, y quien preside el CNE, precisó que esta estrategia no viene sola y hace parte de un proyecto “integral” donde se mira el enfoque territorial, presencia del Estado en territorios y se atacan las grandes cadenas del narcotráfico.

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Según el balance que hizo el CNE, los pilotos fueron exitosos, cumplieron con la elaboración del Plan de Manejo Ambiental, los protocolos propuestos y los estándares de salud ocupacional para personas que asperjan. La proyección es que en los próximos dos años se puedan erradicar 50.000 hectáreas de coca, explicó el Ministerio de Justicia.

Sin embargo, sobre la estrategia llueven críticas. Este fue uno de los primeros cuestionamientos de Néstor Humberto Martínez como fiscal general, quien calificó la erradicación manual como un "fracaso" y pidió replantear la posibilidad de reanudar las aspersiones aéreas.  

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Daniel Rico, economista, investigador de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), asegura que es una medida nefasta y en términos de efectividad y cuestiona: “es como aspirina para un cáncer”.

“La estrategia erradicación manual es la más costosa, mas inhumana y menos sostenible que puede tomar el gobierno colombiano, ha costado cientos de víctimas mortales y un millar de heridos y mutilados. Víctimas sin sentido en zonas que prontamente fueron resembradas de coca”, indicó.

Según el Observatorio de Drogas de Colombia, en el 2015 fueron erradicadas manualmente 14.267 hectáreas de coca. Para ese mismo año, el Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de Nacionales Unidas captó una resiembras del %. Las regiones con mayor porcentaje  fueron Putumayo-Caquetá (50 %) y Meta-Guaviare (35 %). 

El Ministerio de Defensa, por su parte, anunció que la meta este año será llegar a 20.000 hectáreas erradicadas manualmente. Sin embargo, para analistas los riesgos en pérdidas humanas siguen siendo una amenaza. Entre el 2005 y el 2014, 107 policías antinarcóticos murieron en emboscas de las guerrillas o víctimas de minas antipersonal.

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En medio de divisiones políticas, los cultivos ilícitos vuelven a encabezar los temas de puntos críticos en el país. Sin embargo, los cuestionamientos se centran en que aún el Estado no desarrolla con contundencia su capacidad en ninguno de los frentes planteados dentro de una estrategia integral para combatir este incremento.