NACIÓN
Cónsul honorario de Austria en Cartagena está vinculado a firma que pactó en 2015 pago de solo 816.000 pesos más IVA, por extenso predio en las Islas del Rosario. Un despropósito
SEMANA obtuvo el contrato en el que la empresa firmó un muy generoso acuerdo de parte del antiguo Incoder que disfruta de uno de los predios más apetecidos del archipiélago.
La feria de contratos que denunció la Agencia Nacional de Tierras y que permitió conocer que particulares pagan cifras ínfimas por grandes extensiones de terrenos en las paradisíacas Islas del Rosario, benefició también a personas vinculadas al mundo diplomático.
El 4 de diciembre de 2015, Hermann Schwyn & CIA S.A., una de las más prestigiosas agencias de aduana del país, firmó el contrato 008 por medio del cual el desaparecido Incoder le asignó en arriendo uno de los predios más grandes del archipiélago.
Se trata del predio denominado Taitao, ubicado en isla grande, corregimiento de Barú, y es uno de los tantos que hoy están en el ojo del huracán por cuenta de la polémica que destapó la Agencia Nacional de Tierras (ANT). Aunque no hace parte de los diez que fueron demandados, sí llaman la atención algunas de las condiciones del contrato.
El acuerdo lo firmaron, en su momento, Francisco José de Castro Vélez, en representación de la empresa, y, Carlos Ignacio Carmona, subgerente de Tierras Rurales, el mismo que suscribió algunos de los contratos demandados por la ANT.
Hermann Schwyn & CIA S.A recibió, según el contrato, “el uso y goce del inmueble de una extensión aproximada de 6.800 metros cuadrados” y llama la atención que, aunque se firmó por ocho años, consigna, en su cláusula séptima, que “la vigencia del mismo está estipulada por los plazos iniciales, sus prórrogas y renovaciones, en el marco de los derechos y obligaciones pactadas”; es decir, dejaría abierta la puerta para que la empresa mantenga la tenencia del predio por más tiempo.
Pero hay dos hechos sorprendentes. El primero de ellos es el costo del arriendo que autorizó el Incoder. Para este caso es de apenas $816.300 mensuales más IVA, con un ajuste anual del 100% del Índice de Precios al Consumidor del año calendario inmediatamente anterior.
Eso significa que, en el momento en el que se pactó el polémico acuerdo, Hermann Schwyn & CIA S.A estaba pagando 120 pesos mensuales por cada metro cuadrado de arriendo en uno de los predios más apetecidos de las Islas del Rosario.
El otro hecho que llama la atención es quién está detrás de la agencia de aduanas. Según el Registro Único Empresarial y Social (RUES), cuando se inscribió la empresa, en 1995, el primer representante legal fue Hermann Schwyn Veya, y el representante legal suplente fue Eric Schwyn Ferrer, quien es el cónsul honorario de Austria en Cartagena.
SEMANA se comunicó con Schwyn Ferrer, para preguntarle por su vinculación con la firma e indagarle si él o Hermann Schwyn son o fueron cónsules honorarios de Austria. Vía WhatsApp aseguró, sin mayores detalles, que “la firma es del señor Schwyn y no es cónsul”.
Sin embargo, en la página de internet de la Embajada de ese país en Bogotá, aparecen consignados su nombre, su dirección, correo electrónico y teléfonos fijo y celular; según esa información, Schwyn Ferrer es uno de los tres cónsules honorarios que tiene Austria en Colombia, al lado de otros dos que atienden en Cali y Medellín.
Igualmente, el empresario aparece como cónsul honorario de Austria en Cartagena, en la base de datos oficial de la Cancillería, en la que se consignan todos los nombres y cargos de las personas que hacen parte de las misiones diplomáticas acreditadas en nuestro país
De hecho, hay pruebas contundentes de que Schwyn Ferrer siempre ha estado muy pendiente del predio que tiene la firma en Islas de Rosario. Tal como consta en un documento oficial en poder de SEMANA, elevó una solicitud ante el Ministerio de Ambiente, en calidad de representante legal de la compañía, para que le autorizaran la reparación de tres estructuras, entre ellas un muelle.
En la práctica, el Incoder le entregó un terreno paradisíaco, por una suma mensual irrisoria, a una firma cuyo directivo está vinculado al mundo diplomático. Si bien se trata de un acuerdo legal, atado a un contrato perfeccionado dentro de las normas vigentes, entonces no deja de ser absurdo por la pequeña cantidad que paga de arriendo.