POLÍTICA

Consulta Anticorrupción: Claudia López, ¿el motivo de discordia?

El uribismo prefiere respaldar los proyectos contra la corrupción presentados por el gobierno de Iván Duque, que salir a las urnas y votar por la iniciativa promovida por la exsenadora de la Alianza Verde. ¿Traicionarán la palabra empeñada?

10 de agosto de 2018
El nombre de Claudia López parece ser el que incomoda al uribismo. | Foto: Fotomontaje Semana

El pasado 7 de agosto, cuando Iván Duque se posesionó como presidente de la república, el uribismo celebró con júbilo que en su discurso no hubiera mencionado una sola palabra sobre la consulta anticorrupción, uno de los compromisos que había suscrito cuando era candidato a la presidencia. Por el contrario, el mandatario aprovechó para anunciar que entre los primeros proyectos de ley que su gobierno presentaría en el Congreso, tres correspondían a iniciativas para combatir la corrupción.

“Endureceremos las penas para los corruptos y les aplicaremos que no gocen de casa por cárcel ni reducción de penas. Vamos a sancionar severamente a empresas, dueños y gestores que corrompan funcionarios, prohibiendo su contratación con el Estado. Vamos a promover los pliegos tipo en todos los contratos de las entidades estatales, limitar a no más de tres períodos la presencia en cuerpos colegiados de elección popular, hacer imprescriptibles los delitos contra la administración pública y hacer de la publicación de la declaración de renta de todos los funcionarios un deber constitucional”, dijo Duque. “Hoy, con agrado y motivación, presento ante el país y el Congreso este paquete anticorrupción porque la defensa de la ética pública es de todos y juntos tenemos que lograrlo”.

Tan pronto terminó la ceremonia de posesión, la senadora Angélica Lozano (Alianza Verde) subió a la tarima y le preguntó a Duque si apoyaría la consulta, de la que ella es promotora. El presidente -confesó Lozano- le respondió con un “habla con la ministra del Interior”.

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Poco después de la ceremonia, Álvaro Uribe y los demás parlamentarios del Centro Democrático celebraron su regreso al poder. Una periodista de Noticias Uno logró infiltrarse en la celebración y grabó el momento en el que el expresidente Uribe manifestó: “Siquiera el presidente Duque no se metió con la Consulta Anticorrupción”. Luego se escuchó la afirmación “¡eso ya no se necesita!”.

En esa misma reunión, María del Rosario Guerra cuestionó la forma como Angélica Lozano abordó al presidente Duque para recordarle su compromiso con la Consulta. “¿Ustedes pueden creer lo que hizo Angélica de subirse donde Iván cuando iba bajando a saludar a los militares y decirle que se comprometa con la Consulta Anticorrupción?”, afirmó.

Tras conocerse este video, Uribe tuvo que fijar su posición en público y el pasado miércoles aseguró que consideraba más conveniente apoyar los proyectos anticorrupción del gobierno Duque que la consulta, a pesar de que el presidente en San Andrés, en su segundo día de mandato, le dijo sí a la iniciativa promovida por la exsenadora Claudia López.

Sin embargo, el nombre de Claudia López parece ser el que incomoda al uribismo.

Una vieja disputa

El 2 de octubre de 2017, Uribe viajó a la Comuna 13 de Medellín para celebrar la victoria del No en el plebiscito por la paz del 2016. La campaña política calentaba motores y en su discurso se fue lanza en ristre contra Claudia López, en aquel entonces precandidata presidencial. “La doctora Claudia López y el exalcalde Sergio Fajardo vienen a Medellín a decir que luchan contra la corrupción, pero no dicen que apoyaron al Gobierno corrupto de Juan Manuel Santos”, dijo ese día.

Como Claudia fue quien lideró la recolección de las casi 4 millones de firmas que respaldaron la consulta anticorrupción, el uribismo parecía ser el mayor opositor de la iniciativa. La entonces senadora de la Alianza Verde se había convertido en una de las voces más críticas de Uribe en el Congreso, incluso en el célebre debate de Iván Cepeda en 2014, había llamado al senador del Centro Democrático “sanguijuela de alcantarilla”, cuando se marchó del recinto para no responder a las acusaciones, y en cambio ir a la Corte Suprema a denunciar al congresista del Polo.

Sin embargo, como la consulta anticorrupción llegó al Senado en plena contienda política, el uribismo se abstuvo de votarla en contra. Decirle “no” a esta iniciativa en plena campaña hubiera significado un castigo en las urnas por parte del electorado. La solución salomónica fue aplazar el debate sobre la viabilidad de la consulta hasta después de la primera vuelta.

Y así pasó. Iván Duque y Gustavo Petro fueron los candidatos que clasificaron a la segunda vuelta, y Claudia López, que había sido la fórmula vicepresidencial de Sergio Fajardo, volvió con la consulta al Senado para que los partidos políticos que habían decidido apoyarla, pero una vez pasadas las elecciones, cumplieran su palabra.

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El 5 de junio, el uribismo parecía echar para atrás el acuerdo, hasta que tuvo que ser Uribe el que condujo al Centro Democrático a honrar su compromiso.

“Voy a votar porque he sido honorable. He administrado el patrimonio público con decencia, con austeridad y sin desgreño. (…) voto acatando la instrucción de Iván Duque, ese joven que combina firmeza y decencia, ajeno a la politiquería (...) Anuncio mi voto positivo para honrar la palabra ante el pueblo colombiano”, dijo Uribe, que en ese momento también pensaba en que una posición en contra afectaría a su candidato Iván Duque, en la recta final de las elecciones.

Por eso sorprende el cambio de postura del jefe del Centro Democrático. Una vez posesionado Duque, Uribe prefirió apoyar los proyectos anticorrupción presentados por el gobierno que darle el sí a la que sin duda es una apuesta política de una de sus más fuertes contradictoras.

La misma actitud que han asumido otros referentes de la bancada oficialista, que vieron en el discurso de Duque la posibilidad de apartarse de la consulta de Claudia López, pero manteniendo su compromiso para combatir la corrupción.

El factor Macías

Ernesto Macías, presidente del Congreso, dos días después de haber pronunciado su cuestionado discurso en la posesión presidencial, fue protagonista de otra controversia al manifestar su rechazo a la consulta, a pesar de que el gobierno había manifestado su respaldo.

“La consulta no es lo que el país necesita. Se va a invertir una gran cantidad de dinero, 350.000 millones, en unos temas que ya están en la ley y la Constitución (...)”, dijo Macías en conferencia de prensa, donde también aseguró que esa iniciativa tenía como objetivo buscar “nombre y bulla”, al señalar intereses políticos por parte de sus promotores.

Macías, que recalcó que la lucha contra la corrupción no es una “cuestión de banderas políticas”, también ha protagonizado duros enfrentamientos con Claudia López.

Una de las salidas más cuestionadas de Macías se produjo en julio del 2015, cuando en su cuenta de Twitter publicó: “Que la senadora CLopez se preocupe por los calzoncillos de ella y deje que nosotros sabremos qué hacer con el Centro Democrático”.

A finales de julio, la exsenadora Claudia López recordó ese episodio en una entrevista con María Jimena Duzán en Semana en Vivo, donde definió a Macías como un “patán, machista, agresivo y mentiroso”, y entre otros adjetivos, como “sectario y vulgar”.


Macías no guardó silencio en cuanto a comentarios sobre López se refiere. En medio de un debate, manifestó que la senadora no tenía autoridad moral para hablar de anticorrupción, por no haber renunciado a su curul del Senado para hacer campaña por la vicepresidencia. “Si bien no es ilegal, sí es inmoral, antiético, que con el sueldo del Estado haga campaña política”, agregó. Abanderar una consulta anticorrupción, en palabras de Macías, a López “le queda grande”.

En consecuencia, el dilema no es menor para los uribistas. No apoyar la consulta sería visto con una traición a la palabra empeñada. Apoyarla sería respaldar a una de sus mayores contradictoras.  

Frente a esto, la senadora Claudia López asegura que, más allá de si el motivo de la discordia en la consulta anticorrupción es ella o no, la única manera de obligar al Congreso para que apruebe los proyectos que Duque presentó y lo que va en la consulta, es lograr más de 12 millones 140 mil votos. “Lo único que garantiza que los dos proyectos del presidente, que han sido hundidos en el pasado, y los otros seis que están en la consulta, sean aprobados en el Congreso, es la votación”, dice. La senadora  también advierte que desde 1994 este tipo de iniciativas se han presentado más de 15 veces sin ningún éxito.

A esto agrega que, al menos seis de las propuestas que hacen parte de la iniciativa anticorrupción no las radicó Duque. “Ni eliminar el beneficio de casa por cárcel para corruptos, ni volver a contratar a los contratistas corruptos, ni eliminar la mermelada, obligar a que haya audiencias públicas con la ciudadanía para priorizar el presupuesto, ni la rendición de cuentas de los congresistas, entre otros”.  Esos temas quedaron por fuera de las propuestas del presidente.

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¿Qué dice el gobierno?

En medio del rifirrafe entre partidos, que les impide empuñar la misma bandera, la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, en entrevista con RCN Radio, aclaró que los proyectos de ley radicados y la Consulta Anticorrupción son dos escenarios complementarios. “Aprobada la consulta hay que llegar de igual manera al Congreso con un paquete de proyectos de reformas constitucionales y de leyes”, señaló.
Gutiérrez indicó que saldrán a votar y de ahí habrá que mirar qué es lo que sigue. La oportunidad la aprovechó para aclarar que a pesar de que el Centro Democrático era el partido de Iván Duque, las dinámicas del Congreso y del gobierno son diferentes.

La consulta está convocada para el próximo 26 de agosto. Ese día se sabrá si el uribismo acompañó la iniciativa, o prefirió darle la espalda a Claudia López.