Continúa la expectativa por paradero de periodista francés

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, exigió el martes la liberación de un periodista francés que al parecer está en poder de las guerrilla, en tanto que las FARC no han hecho aún un pronunciamiento público respecto a la situación del comunicador.

Colombia y la comunidad internacional "exigen que ese periodista sea entregado rápidamente para que vuelva al seno de su familia... y pueda seguir cumpliendo con su deber de informar la realidad", dijo a los reporteros el ministro Pinzón, en Barranquilla.
 
En igual sentido se pronunció el vicepresidente, Angelino Garzón, quien, aparte de exigir la liberación de Roméo Langlois, aseguró a la prensa que "la retención de cualquier periodista, en cualquier parte del mundo, es una clara violación de la libertad de expresión, que es un principio universal de los derechos humanos".

En tanto, en los portales en internet en los que el grupo guerrillero suele publicar sus informaciones, hasta el mediodía del martes, no contenían ningún comunicado refiriéndose al aparente secuestro del corresponsal de guerra francés Roméo Langlois.
 
Después de que las autoridades aseguraron que un periodista francés está en poder de la guerrilla, las FARC no han hecho aún un pronunciamiento público respecto de la situación del comunicador.
Las autoridades militares insistieron el martes que en la zona donde cayó Langlois no hay operaciones militares "en este momento", según el general Gabriel Rey, comandante de la Aviación del Ejército.

Langlois, quien está radicado en Colombia desde hace más de una década, habría sido hecho rehén el sábado cuando hacía un reportaje sobre la lucha antidrogas y acompañó a una unidad del Ejército y de la Policía a la destrucción de laboratorios de procesamiento de cocaína en la zona de la Unión Peneya, municipio de La Montañita, en el departamento de Caquetá.

Rey agregó que, al igual que lo dijo la víspera el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, un eventual operativo de rescate se daría luego de consultar con los familiares de Langlois y al gobierno de París.

Rey dijo desconocer la veracidad de un presunto comunicado de las FARC en el que supuestamente dicen tener en su poder a Langlois, de 35 años.

No obstante, a un grupo de periodistas que se encuentra en la ciudad de Florencia le fue leído el martes un comunicado, por parte de una supuesta guerrillera de las FARC, en el que sostiene que en efecto el grupo ilegal tiene al periodista.
 
"El Frente XV informa a la opinión pública que el periodista francés, uniformado de militar y capturado en pleno combate, está en nuestras manos y es prisionero de guerra", dice la comunicación.

El lunes, el presidente Juan Manuel Santos dijo que el gobierno tenía "muy claros indicios" de que el periodista estaba en manos de esa guerrilla.

"Libérenlo lo más rápido posible porque además la responsabilidad en este momento de que cualquier cosa que le suceda a este periodista es de responsabilidad absoluta y total de las FARC", indicó el mandatario.

El congresista Iván Cepeda, quien en el pasado ha participado en operativos para liberar rehenes, comentó telefónicamente que aunque no está confirmado si Langlois está en poder de las FARC, "lo que se requiere es que si la guerrilla lo tiene lo libere cuanto antes (y) que si está herido reciba también cuanto antes la atención médica".

Cepeda dijo que esperaba que la situación de Langlois se solucionará en las primeras horas.

En medio de esos operativos en que resultó desaparecido el francés hubo combates con las FARC que dejaron tres militares y un policía muertos, otros seis uniformados resultaron heridos y 17 ilesos, según ha dicho el ministerio de Defensa. Soldados narraron posteriormente que Langlois resultó herido de bala en su brazo izquierdo.

Según los testimonios de que el ministro de Defensa recibió de militares que participaron en el operativo, después de resultar herido en un brazo, Langlois se habría despojado de un chaleco antibalas y un casco y corrió identificándose como civil hacia el lado donde estaban los guerrilleros.
 
AP