NACIÓN

Golpe al contrabando de gasolina, el coletazo de la crisis de Ecuador en Colombia

La eliminación del subsidio al combustible que detonó las movilizaciones en el país vecino desestimula el paso de gasolina extranjera a departamentos como Nariño y Putumayo. Allí no solo se vendía a precios más bajos sino que se destinaba al narcotráfico y la minería ilegal.

11 de octubre de 2019
Contrabando de gasolina. Imagen de referencia. | Foto: Archivo SEMANA

Ecuador vivió una semana de protestas sociales que causaron muertos, heridos y una crisis profunda para el gobierno de Lenín Moreno. Entre los detonantes de las manifestaciones hay una que sobresale: la eliminación del subsidio a la gasolina. El presidente tomó esa decisión en el marco de los ajustes hechos por sugerencias del Fondo Monetario Internacional. Las arcas del país, dice el gobierno, no soportan el subsidio y deben reducir el gasto público. Y entre las razones detrás de ese problema hay una que alcanza a Colombia. El contrabando del combustible en la frontera

El costo de un galón de gasolina en Ecuador ronda la mitad y hasta la tercera parte del precio en Colombia. Esa diferencia se convirtió en una oportunidad de negocio ilegal. El ministerio de Economía y Finanzas de ese país calculó que anualmente se pueden perder alrededor de 114 millones de galones por contrabando, que en ese país representan pérdidas sobre los 200 millones de dólares. Y parte de ese botín sale para Perú y Colombia.

Por su parte, en Colombia, la Policía Fiscal y Aduanera calcula que entra más de un millón de galones diarios de contrabando. La mayoría de estos por la frontera con Venezuela, pero también por la ecuatoriana, en pasos como los ríos Putumayo y San Miguel, pero también en Ipiales. El año pasado, en ese municipio nariñense, se decomisaron 35.000 galones de combustible que llegan a costar 200 millones de pesos.

El ministerio de Economía y Finanzas de ese país calculó que anualmente se pueden perder alrededor de 114 millones de galones por contrabando, que en ese país representan pérdidas sobre los 200 millones de dólares.

La estrategia básica para contrabandear el combustible es cargar a tope en Ecuador los vehículos livianos, algunos incluso con un segundo tanque instalado, pasar la frontera, extraer la gasolina y revenderla. También, en Ipiales, hay parqueaderos acondicionados desde donde los pimpineros despachan el combustible ilegal. Un estudio de la alcaldía de ese municipio estimó que, solo allí, unas 400 personas estarían dedicadas a ese negocio.

El contrabando de combustible en el suroccidente del país también alimenta otras rentas criminales, como el narcotráfico y la minería ilegal. En Tumaco, el mayor enclave cocalero del mundo, por ejemplo, son constantes las incautaciones de gasolina de contrabando que se usa para transportar cocaína y también para preparar el alcaloide en los chongos y los laboratorios.

En enero pasado, por ejemplo, la Armada Nacional detuvo una embarcación en el mar, en el sector de Majagual. Tras hombres iban a bordo, custodiando 815 galones de gasolina que venía de Ecuador que, según las indagaciones, se destinarían al procesamiento de la droga.

Justamente, autoridades de departamentos como Nariño y Putumayo esperan que con la eliminación del subsidio al combustible en Ecuador, la misma decisión que generó la gran movilización de esta semana, se equilibren los precios en ambos lados de la frontera y se desestimule la cadena del contrabando en el suroccidente del país.