NACIÓN
Cadáver de posible caso de covid, paseado por las calles de Quibdó
Violando las recomendaciones de bioseguridad, los familiares de un joven de 25 años retiraron su cuerpo del hospital en donde falleció.
Desde lejos una persona graba el momento. Un hombre de camiseta amarrilla, ayudado por dos mujeres jóvenes, vestidas de luto, arrastran un ataúd y lo empujan hasta que logran llegar a la puerta principal del hospital.
El vigilante del centro asistencial se pasea, pero en ningún momento interviene, no ayuda a sacar el cuerpo, pero tampoco lo impide. El hombre de amarillo se devuelve hasta donde está el coche fúnebre, una ambulancia y hombres vestidos con trajes blancos de seguridad. Desde afuera lanza insultos, al parecer, al personal médico y exaltado se retira a donde los familiares del difunto.
En un comunicado del 01 de mayo, el Hospital ESE Ismael Roldan Valencia, se pronunció sobre el caso y narró lo siguiente:
“Siendo las 11 de la mañana llega a nuestra institución paciente de 25 años de edad masculino el cual es traído por un familiar al servicio de urgencias, por deterioro clínico patología de base diabetes mellitus tipo 1, quienes manifiestan que el paciente se encuentra muy mal y no responde “está dormido”. Posterior a realizar examen físico se encuentra paciente en muy malas condiciones, letárgico, pálido, sudoroso, con dificultad respiratoria, inestabilidad hemodinámica. Se inicia manejo inicial y estabilización del paciente por personal asistencial de la ESE Ismael Roldan Valencia, con todo el protocolo de seguridad que implica y se procede a realizar traslado primario a nivel de mayor complejidad”.
De acuerdo con el Hospital ESE Ismael Roldan Valencia, el paciente vuto que ser trasladado al Hospital San Francisco de Asís debido a su estado de gravedad. En ese centro asistencial es en donde, precisamente, les deben 5 meses de sueldo al personal médico. No obstante, el paciente no alcanzó a llegar al centro de salud, murió durante el traslado.
“Debido a la condición actual del paciente, en el transcurso de su traslado, paciente entra en paro cardiorrespiratorio el cual es asistido por médico y enfermera auxiliar tratante con maniobras básicas del RCP, el cual no sale de su asistolia ni da muestras de signos vitales, al llegar a ESE departamental Hospital San Francisco de Asís se baja cadáver de paciente en la entrada y se reconfirma por medios electrónicos la ausencia de signos vitales, se le informa al familiar de su deceso”.
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El Hospital ESE Ismael Roldan Valencia, continúa narrando los hechos, y asegura que debido a la enfermedad de base “diabetes mellitus (DM tipo1) siendo esta una comorbilidad en el diagnóstico de covid-19 y demás hallazgos encontrados en el examen físico se postula como sospechoso de dicha patología considerada como pandemia mundial, motivo por el cual se activa protocolo de atención.”
Y asegura qué una vez les informaron a los familiares “ellos deciden llevarse el féretro violando los protocolos de bioseguridad.”
La escena continua por las calles atestadas de personas, mientras, en medio de lamentos, arrastran el ataúd y uno de los dolientes con la mano le abre camino al cortejo fúnebre y reclaman por la muerte del joven.
Según el último informe del Ministerio de Salud, el departamento del Chocó ya registra 13 casos confirmados de covid-19, entre ellos un fallecimiento. Al incremento de casos se le suma la crisis hospitalaria que enfrenta este departamento. Cuenta con tan solo 27 unidades de ciudados intensivos para atender 544.764 habitantes. Los casos de corrupción, el olvido estatal y la pobreza han llevado a protestas en las calles y en la cárcel Anayancí.
La realidad de la desprotección ante la emergencia está en otros sitios del territorio departamental. En Riosucio han denunciado la muerte de 6 bebés y un adulto indígena, fallecimientos, posiblemente asociados la covid-19, pues la mayoría de los niños presentaban síntomas relacionados la enfermedad.
En las últimas horas, el Gobierno designó a Jefferson Mena Sánchez como gobernador (e) del Chocó. Mena Sánchez fue nombrado ante la suspensión de Ariel Ávila ordenada por la Procuraduría, al encontrar irregulares en un contrato por más de 2.000 millones de pesos.
Una fuente, que solicitó el anonimato, expresó: “Hoy el Chocó vive entre la corrupción, los grupos armados y el olvido estatal. Pareciera que la frase: ‘invertir en el Chocó, es perfumar un bollo, caló en el gobierno nacional. Por otro lado, la actitud de la familia del difunto, es una clara expresión de rebeldía a la falta de institucionalidad en esa Colombia profunda".