Lo que le piden exministros de Santos a Duque para enfrentar el coronavirus

En cuestión de días, la llegada del coronavirus al país ha desatado una serie de dinámicas de todo orden que antes parecían impensables. Entre esas, se evidencia una sensación de unidad y de consenso en el mundo político que, viniendo de la polarización tan profunda de apenas unas semanas, se convierte en un hecho positivo en medio de la tormenta.

Hoy las páginas de los medios tanto nacionales como internacionales están plagadas de malas noticias. Sin embargo, entre los conteos de muertos, de contagios y de los análisis de los impactos económicos de la pandemia, muchos han dejado de lado las diferencias para aportar ideas que contribuyan a la solución de la crisis. En las últimas horas, los miembros del centro de pensamiento Laboratorio por la Igualdad y el Desarrollo Sostenible, entre cuyos integrantes hay varios exministros del gobierno de Juan Manuel Santos, le dirigieron una carta al presidente Iván Duque en esa dirección.

Los firmantes del texto le plantean al jefe del Estado una serie de medidas económicas de fondo para que el Estado se anticipe y esté preparado para los meses difíciles que se vienen. En este grupo se encuentran hombres y mujeres que desde distintos escenarios han sido contradictores de las tesis del actual Gobierno como los exministros Juan Fernando Cristo, Yesid Reyes, Lucho Garzón, Griselda Restrepo y Almilkar Acosta. También firman columnistas como Laura Gil, Mauricio Cabrera y Gabriel Vallejo.

Este grupo de personas, que componen el “tanque de pensamiento” y que en su mayoría han sido contradictores del uribismo, se sentaron a pensar en cuáles serían los mecanismos de impacto que deben ser adoptados por el Gobierno para evitar que una situación, de por sí ya muy compleja, pueda salirse de cauce y genere un estallido social.

En la carta, que fue enviada este martes en la tarde al presidente Duque, le piden que deje de lado ciertas consideraciones macroeconómicas, como la regla fiscal, pues según ellos el país debe tomar la mentalidad de una economía de guerra que requiere cierta flexibilidad en las variables que habían sido establecidas antes de la llegada del virus. Aunque en la Casa de Nariño han anunciado un sinnúmero de medidas para aliviar la situación de los más vulnerables y la estabilidad del empresariado, quienes firman la carta consideran que los 15 billones de los que se ha hablado hasta ahora no van a resultar suficientes.

Para este grupo de ciudadanos es claro que el impacto de la pandemia va a ser tan fuerte que será necesario destinar el 5 por ciento del PIB (unos 50 billones de pesos) para garantizar la estabilidad económica y social del país en los días por venir.

Según los exministros, exfuncionarios y periodistas que decidieron dirigirse al presidente, ha llegado la hora de, como se dice coloquialmente, “romper la alcancía”.

Afirman que se debe proteger el empleo buscando que el Estado llegue a asumir el costo de hasta el 75 por ciento de la nómina de las empresas para aquellos empleados que ganen hasta dos salarios mínimos. Así mismo, plantean que es prudente restringir las importaciones para que se proteja el mercado de la producción local. En la carta, los firmantes también le sugieren al presidente que amplíe la cobertura de Familias en Acción y de otros programas de atención para que estos abarquen a toda la población en situación de pobreza, a las víctimas del conflicto y a los desplazados.

Finalmente, otra de las medidas expuestas busca que el Estado les garantice un ingreso a los trabajadores independientes o informales, que hoy componen cerca de la mitad de la economía laboral.

Se trata de un paquete de medidas de choque que, debe decirse, requeriría de un esfuerzo sin precedentes de las arcas del Estado. Si bien no es claro que el Gobierno esté en capacidad de cumplir con todo lo planteado, no deja de ser un hecho positivo que antiguos contradictores políticos estén pensando en soluciones conjuntas, sin consideraciones de partido ni de ideología, para buscar que Colombia salga bien librada del inclemente coronavirus.