NARIÑO
Colombia - Ecuador: una frontera acechada por el coronavirus
Los 586 kilómetros de paso fronterizo entre Colombia y Ecuador son hoy un enorme desafío para el país. La covid-19 tiene desbordada la capacidad sanitaria del vecino país y muchos han optado por buscar refugio en suelo colombiano.
Una de las primeras preocupaciones del Gobierno cuando se anunció la llegada del coronavirus fue la porosa y extensa frontera con Venezuela. Sin embargo, hoy –un mes después– la principal preocupación está en el suroccidente: en los límites con Ecuador.
En menos de un mes, el virus rebasó la capacidad sanitaria del vecino país. En la provincia de Guayas, epicentro de contagios, la gente muere en sus casas. Los hospitales no alcanzan para albergar a las personas contagiadas. En Guayaquil hay un desfile de cadáveres dejados en la calle.
La crisis ha generado un éxodo masivo hacia Colombia. Los migrantes tienen 37 pasos irregulares que conectan con varios municipios de Nariño. Decenas de ecuatorianos buscan huir de la enfermedad; otros, llegan a suelo colombiano por vía marítima. Tumaco se ha convertido en el municipio receptor de colombo-ecuatorianos residentes en Esmeraldas y San Lorenzo.
De esas ciudades ecuatorianas llegó el primer positivo a Tumaco. Una adulta mayor portadora del virus evadió los controles fronterizos y viajó al costero municipio, sobre el Pacífico, para participar de un entierro. La mujer contagió a su nieto de escasos seis meses, quien ahora se debate entre la vida y la muerte en Pasto, capital de Nariño, la ciudad más cercana con Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
De los 64 municipios que tiene Nariño, menos de la mitad cuentan con UCI. En el departamento hay 121 camas con respiradores asistidos y el 90 por ciento están ocupadas por pacientes con otras sintomatologías. Jhon Rojas, gobernador de Nariño, cree que si el Gobierno nacional no actúa rápido el departamento se convertirá en un foco de covid-19. Asegura que entonces de nada habrán valido los aislamientos preventivos y el cierre de aeropuertos.
Él mismo fue testigo de cómo ciudadanos ecuatorianos y venezolanos (procedentes de Perú) pasan descaradamente por trochas y ríos tras el cierre del puente Rumichaca, en Ipiales. El Ejército desplegó varias unidades en sectores donde hay carretera, pero ante el desborde de viajeros las autoridades se quedan cortas.
Rojas pide aumento en pie de fuerza, patrullajes ininterrumpidos por cielo, tierra y agua, así como un grupo especial de médicos para tomar la temperatura de quienes sean detenidos. “Hoy estamos asustados porque estamos al filo del cañón”, dice.
El contrabando es otro de los agravantes del problema. Con un dólar saltando entre 4.000 y 4.100 pesos se incrementó la presencia de compradores ecuatorianos en suelo colombiano, aprovechan su economía dolarizada para adquirir productos a buen precio y revenderlos en el interior del país.
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En Llorente, corregimiento de Tumaco, las calles –a pesar de la cuarentena– están atiborradas de compradores. Lujosas camionetas transportan carne, víveres y pescado hacia el río Mira para después ir a zona rural de San Lorenzo, territorio ecuatoriano.
De ese río y otros afluentes de la región han sido rescatados más de 150 ciudadanos venezolanos arrastrados por la corriente. Quieren llegar desesperadamente a su país tras huir de la situación en Ecuador y Perú. La mayoría de ellos vienen desde Lima y en su trayecto terrestre hacen escala algunos días en Guayaquil.
El doctor Víctor Manuel Álvarez, presidente del colegio médico de Pichincha, Ecuador, explica que el virus “ya está entre la comunidad” y seguramente la mayoría de personas de la provincia de Guayas, así como la ciudad de Guayaquil, ya están contagiadas. “Muchos son asintomáticos y otros presentan complicaciones respiratorias. A estos últimos, hoy no tenemos cómo atenderlos. Esta situación desbordó la capacidad médica. Hay una curva excesiva”.
Los alcaldes de Nariño también se unieron al clamor del gobernador Rojas para que el Gobierno vire sus ojos hacia el sur, donde el coronavirus parece que llegará con fuerza.