NACIÓN
El país registra la segunda muerte de un sacerdote por coronavirus
Se trata del padre Francisco Miguel Portillo Reyes, quien estuvo al servicio de la diócesis de Apartadó por más de 35 años. Su deceso se produjo en Medellín en donde se encontraba desde hacía varios días en cuidados intensivos, pues también presentaba otras patologías.
Francisco Miguel Portillo Reyes, nació el 2 de abril de 1946 en San Pelayo - Córdoba, se ordenó sacerdote de la Iglesia católica en 1983 y estuvo por más de 35 años sirviendo a varios municipios de la región de Urabá.
Francisco Miguel Portillo en los años 80 - Cortesía: familia Portillo
El pasado 18 de abril fue diagnosticado con covid-19, y este lunes 27 murió en la Clínica León XIII de Medellín por un paro cardiaco, convirtiéndose en la quinta víctima mortal de coronavirus en el departamento de Antioquia.
Hugo Alberto Torres Marín, obispo de la diócesis de Apartadó confirmó el deceso del sacerdote y dijo que el padre Portillo venía teniendo complicaciones de salud, “el año pasado comenzó a sufrir de las vistas, el problema del azúcar también le hizo mucho efecto”, señaló Torres Marín.
Agregó además que el mismo día de su muerte, los médicos habían dado un parte de tranquilidad y señales de que estaba mejorando, sin embargo, dos horas después sufrió el paro que acabó con su vida.
Portillo Reyes fue párroco en los municipios de Turbo y San Pedro de Urabá. En Turbo fundó la parroquia Santo Ecce Homo, en donde los feligreses aun lo recuerdan como su sacerdote eterno.
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El padre Francisco Portillo en sus inicios - Cortesía: familia Portillo
Las exequias del religioso se realizaron el mismo lunes en la ciudad de Medellín, con pocos asistentes.
Su sobrino Lorenzo Portillo dijo a SEMANA que es un momento muy difícil para la familia, “la preocupación surgió desde que empezamos a escuchar que varias personas en la Minorista se estaban contagiando con el covid y uno de los señores que vive en la casa con mi tío (el sacerdote), iba a ese lugar (La Minorista)”, precisamente las autoridades de salud trabajan para tratar de establecer si esa fue la causa real del contagio. Su familiar agrega que hubo mucha incertidumbre, sobre todo cuando se puso más grave y le descubrieron una falla cardiaca.
Lo más triste, segun su sobrino fue que nunca pudieron hacerle acompañamiento sino enterarse de acuerdo a las instrucciones que se daban desde la clínica:
“Los últimos días fueron prometedores, nos dijeron que ya se estaba empezando a recuperar pese a que todavía estaba en el coma inducido y el lunes nos dieron la noticia, ha sido muy triste. Era un ser muy querido por todos, tengo mucho que agradecerle a mi tío, significa mucho para mí y me acompañó en muchos momentos difíciles y fuertes de mi vida”, agrega Lorenzo.
Cortesía: familia Portillo
De acuerdo con el joven, a la misa solo pudieron asistir diez personas, “no todos los familiares, no todos los hermanos, porque los Portillo Reyes somos una familia muy grande, es muy triste”, agrega que esperan que pase la contingencia para poder reunirse y poder despedirlo “como se merece”.