Nación
Coronel de la Policía, capturado por narcotráfico, era el encargado de evitar que cocaína camuflada en pulpas de fruta fuera detectada
El funcionario es requerido en extradición por una Corte de los Estados Unidos para que responda por delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Por delitos relacionados con el tráfico de drogas fue capturado en las últimas horas un coronel en retiro de la Policía. El oficial es requerido en extradición por los Estados Unidos por hacer parte de una compleja red que traficaba droga camuflada en pulpas de fruta.
Heriberto Cardozo Cortés, quien fue reseñado con el alias del Coronel, es -según varias pruebas documentales y testimoniales- el encargado de mover sus influencias con el fin de evitar que la droga fuera retenida en los puertos de Santa Marta y Cartagena, principalmente.
En la investigación se determinó que, utilizando su conocimiento, el oficial en retiro de la Policía Nacional se encargaba de mover la cocaína proveniente del Valle del Cauca y Cauca para que ingresara, sin problema alguno, en los puertos, y así ser embarcada en diferentes contenedores de fruta congelada sin que fuera detectada.
En el mismo operativo que se adelantó en Cali y Bogotá, según indicó la Dijín de la Policía, fueron detenidos Fabián Alberto Agredo Hoyos, alias Licenciado, y Álvaro José Becerra López, alias Corbata. En su contra, existe una petición por parte de la Corte del Distrito Sur de La Florida, Estados Unidos, para que respondan por el tráfico de varios kilos de cocaína.
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Organización criminal
Recientemente, SEMANA reveló la forma en que delinquía una estructura criminal encargada del tráfico de drogas camuflada en café, yuca y abono orgánico. Los cargamentos eran enviados a México, España, Bélgica y Países Bajos.
SEMANA reveló las evidencias y el modus operandi de esta organización conformada en 2017 por Juan Camilo Castrillón Gil, conocido con los alias de Juan o Cero, un joven, de apenas 29 años, que logró poner sobre las cuerdas a los puestos de control en los puertos de Colombia y Europa, ya que aplicando nuevas tecnologías y químicos logró que la droga fuera imperceptible hasta para los más experimentados caninos antidrogas y las cada vez más precisas pruebas de laboratorio.
La organización contaba en sus filas con el soldado profesional Juan Eudes Zorrilla Velásquez, quien era el encargado de mover influencias para obtener información privilegiada sobre la suerte de los cargamentos incautados. La Fiscalía presentó una serie de elementos materiales probatorios que demuestran que alias Juan buscaba al soldado para hablar de actividades abiertamente criminales.
Prueba de esto fue lo que ocurrió el 13 de junio de 2022, cuando 74.5 kilos de cocaína fueron incautados en el puerto de Barranquilla gracias al olfato de un perro antinarcótico que detectó un olor extraño en uno de los contenedores que transportaban carbón vegetal. De manera directa, Juan, quien fue capturado en el megaoperativo adelantado a mediados de junio— le manifiesta la necesidad de buscar a un “duro” de la Marina con el fin de reversar esa incautación y liberar la mercancía.
Debido a su posición y el hecho de que estaba dentro del Ejército, el soldado era el encargado —en medio de la división de funciones de la organización— de buscar enlaces en las autoridades como la Armada, la Policía y la misma Fiscalía para sobornar a agentes y funcionarios y así “corromper y buscar beneficios” para que les devolvieran los estupefacientes ya confiscados.
Los cargos contra el militar son más graves, puesto que varios testigos y las claras pruebas documentales lo vinculan con el asesinato de José Alejandro Parra Urrego, uno de los principales socios de la organización y cuyo cuerpo sin vida apareció flotando en la quebrada del sector de Santa Helena, en la capital antioqueña, el 13 de noviembre de 2020 en un supuesto ajuste de cuentas.
Las interceptaciones telefónicas con las que cuenta la Unidad Especializada contra el Narcotráfico señalan que el mismo jefe de la banda lo contactó directamente para “borrar las huellas de todos” pues estaban en la ropa de Parra —como era conocido—.
En la conversación, en la que se deja ver la sangre fría con la que actuaban, intentan justificar el crimen al considerar que estaba actuando en contra de los intereses colectivos. Juan asegura al soldado que es la persona idónea para el trabajo por “el rango que usted tiene, ya se le pone a la orden”.