corrupción
¿Corrupción en la Liga de Taekwondo de las FF. MM?
Padres de familia, profesores de taekwondo y hasta suboficiales de distintas fuerzas denunciaron aparentes actos de corrupción de un técino jefe y maestro en artes marciales de la Fuerza Aérea.
Lo que es motivo de orgullo para las Fuerzas Armadas, la Liga de Taekwondo que reúne a integrantes de Policía, Ejército, Armada y Fuerza Aérea, terminó, al parecer, contagiada con un mal común en Colombia: la corrupción. Padres de familia, profesores de taekwondo y hasta suboficiales denunciaron que los tumbaron, y no en competencia, sino en el bolsillo.
Dos denuncias en la Fiscalía, una queja ante la Procuraduría y varios oficios en la Fuerza Aérea, firmados por víctimas de estos aparentes actos de corrupción, tienen un protagonista común: un técnico jefe de la Fuerza Aérea que fue coordinador de la Liga de Taekwondo de las Fuerzas Armadas y ahora es directivo de la Federación Colombiana de Taekwondo.
Nocaut a la Fuerza Aérea
Las denuncias expuestas ante el director de la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea dejan como víctima a la misma institución, y como responsable a uno de sus subalternos: el técnico jefe. Son por lo menos diez documentos, de hasta 55 páginas, que relatan en detalle cómo el coordinador de la Liga de Taekwondo de las Fuerzas Militares logró, según la denuncia, sacarles provecho a las inversiones del Ministerio de Defensa, a través del Comando General, para adquirir equipos de entrenamiento y competencia destinados, de manera exclusiva, a militares.
Los documentos en poder de SEMANA describen el negocio instaurado, supuestamente, por este técnico jefe gracias al reconocimiento de la Liga de Taekwondo de las Fuerzas Armadas. “El señor empezó a alquilar estos equipos electrónicos para diferentes eventos de taekwondo externos a la liga, que por cierto eran de uso único de los deportistas militares”, se lee en la denuncia, que ya reposa en la Fiscalía.
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Los equipos que, al parecer, el técnico jefe alquilaba incluyen chalecos y cascos de combate con marcadores digitales, costosos (hasta 20 millones de pesos el de un solo combatiente) e indispensables en competencias. Pocas ligas tienen cómo adquirirlos; por el contrario, en las Fuerzas Armadas desde 2012 se dotaron de toda la tecnología para la práctica del taekwondo.
De acuerdo con la denuncia, el técnico jefe ubicó los equipos en un colegio de la Fuerza Aérea en el sector de Kennedy, en Bogotá, para usarlos en entrenamientos. Sin embargo, terminaron en eventos particulares que eran contratados a través de una empresa cuyo representante legal es un cuñado del suboficial. La prueba del alquiler de los equipos la poseen los subalternos del técnico jefe, que con fotos y declaraciones (ver imágenes) muestran cómo los obligaba a cargarlos y, a pesar de ser miembros activos de la fuerza pública, servir como árbitros de esos eventos. Así, sin invertir un peso, pero sí cobrando, ofrecía el paquete completo: equipos, lugar para eventos, logística y hasta jueces.“Al personal militar que estamos bajo su mando nos daba la orden de trabajar en los eventos. No avisaba con anticipación si uno quería laborar ni si sería remunerado, al final era el personal que cargaba, armaba y desarmaba el evento, en el caso del campeonato”, señala un testimonio.
Los suboficiales e integrantes de la liga también le advirtieron a la Fuerza Aérea que otros elementos, como sudaderas compradas para los deportistas, a pesar de firmar el recibido, nunca los suministraron. Pero los vieron en otros eventos portados por competidores de escuelas particulares. “Hizo firmar el debido recibido, pero deshonrosamente nunca fueron entregadas a los deportistas”, se lee en la denuncia, que soportan con conversaciones de WhatsApp, en las que le exigen al técnico jefe la entrega de los implementos.
Semilleros enterrados
Las denuncias contra el suboficial dejan otras víctimas. Esta vez, niños, adolescentes, padres y profesores de escuelas particulares de taekwondo en Bogotá. Le contaron a SEMANA que confiaron en la entretenida presentación del uniformado con la que les aseguraba que formarían parte de la Liga de Taekwondo de las Fuerzas Armadas, con los privilegios y el reconocimiento que eso significaba.
Los denunciantes cuestionan que un funcionario se acerque a ofrecer servicios, a exigir pagos, membresías y prometa a cambio certificados con logos de la Liga de Taekwondo de las Fuerzas Armadas y nunca cumpla. “Los padres y profesores pagaron, el problema es que cuando participaban de los eventos, aseguraba que no giraban los recursos desde la Fuerza Aérea, y, entonces, los padres debían pagar por los viajes o inscripciones a los campeonatos”, dijo un profesor de taekwondo a SEMANA.
Certificados en veremos
Un grupo de suboficiales de la Fuerza Aérea y de la Policía redactaron, en distintos momentos, pero con un mismo destinatario –un coronel director de la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea–, oficios para alertar sobre la corrupción. Además, exigían la devolución del dinero pagado al técnico jefe con la promesa de recibir certificados de ascenso en los grados de taekwondo, y, un año después, siguen esperando.
Según los afectados, de forma verbal el suboficial les exigió que, para ascender en los grados de combate, debían cancelar un valor en nombre de la Liga de Taekwondo de las Fuerzas Armadas. En los oficios en poder de SEMANA, los uniformados aseguran que pagaron entre 150.000 y un millón de pesos y no recibieron ni el certificado ni les devolvieron el dinero.
“Pagué un millón cien mil pesos por toda la documentación, un valor excesivo en comparación con otras ligas reconocidas del país. Solicité varias veces de manera personal y de forma verbal algún tipo de comprobante de pago, el cual hasta la fecha nunca ha llegado”, se lee en las denuncias que acompañaron con comprobantes de pago y consignaciones.
Torturas y traslados
En los documentos en poder de la Fuerza Aérea y que reposan en la investigación disciplinaria, los suboficiales relatan cómo quienes protestaron por el supuesto alquiler de los equipos de entrenamiento terminaban sometidos a extensas jornadas de trabajo, amenazas de traslados y hasta en ejercicios que algunos calificaron como torturas. “El castigo consistía en poner las manos atrás y cerrar los ojos, posteriormente, el que abriera los ojos era golpeado en su abdomen con puños y patadas”, dicen los denunciantes, suboficiales de la Policía y de la Fuerza Aérea. El castigo era calificado como una prueba de confianza en el “entreno”.
Quienes firman una extensa comunicación a modo de denuncia son, justamente, los expulsados de la Liga de Taekwondo de las Fuerzas Armadas que fueron trasladados a diferentes zonas del país, mientras que el denunciado, el técnico jefe, pasó de coordinador a asesor de la liga.
¿Qué responden?
Desde la Fuerza Aérea confirmaron que hay dos investigaciones en la Fiscalía y una disciplinaria, por esa razón, dicen, no pueden dar detalles. Sin embargo, a preguntas generales como establecer si la Fuerza Aérea autorizó el alquiler de equipos comprados por el Ministerio de Defensa, la respuesta fue la misma: “No nos podemos referir a la investigación”. Con una advertencia: que el técnico jefe vinculado al caso podría demandar esta publicación.
SEMANA se comunicó con el suboficial denunciado y confirmó las investigaciones. En el mismo sentido que la Fuerza Aérea, aseguró que no podía referirse al proceso, pero anticipó que todo lo incluido en las denuncias es falso y espera demostrar su inocencia. La decisión de si hay corrupción o no está sujeta a los fallos judiciales o administrativos de las autoridades competentes, que deberán pronunciarse respecto del sustento de los elementos de juicio aportados en las denuncias y quejas. Por ahora, las víctimas, los combatientes de taekwondo, esperan no sufrir una derrota en esta lucha. Piden a las autoridades que investiguen las presuntas irregularidades.