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“Creí que no sería capaz”, Carlos Paniagua y una historia de éxito con el fútbol femenino
Carlos Paniagua es el único técnico que ha llevado a la selección femenina de fútbol a dos mundiales en diferentes categorías. Está a punto de lograr el paso a las semifinales en la Copa Mundial de la India.
Cada martes, Carlos Paniagua, técnico de la selección Colombia femenina sub-17 y sub-20, le pide a la Virgen que bendiga a sus hijas en el fútbol y el camino que recorre con ellas. Lo hace desde hace cuatro décadas frente a la iglesia Santa Ana, en el Santuario de María Auxiliadora, de Sabaneta, Antioquia. “Trasladé esa fe al grupo y rezamos juntos la oración a la Virgen. Incluso ya se la aprendieron”, dijo Paniagua.
Se siente un papá mundialista y ellas lo reconocen así. Para lograr esa conexión con futbolistas mujeres tan jóvenes, las pilatunas que vivió en su infancia corriendo detrás de un balón han sido claves. “A todas les digo hija, antes del nombre”, reveló.
Fututo, como es conocido, es del barrio La Floresta, el más futbolero de Medellín. Creció en las mismas calles que Francisco Maturana, Carlos Mario Hoyos, Juan José Peláez y Alexis García. De niño jugaba fútbol callejero y quebraba los vidrios de doña Ana. “Siempre tenía miedo de que saliera doña Ana y nos pillara. Un día ella simplemente me señaló y dijo ‘eso fue ese Fututo’”. Desde ahí le quedó el apodo para toda la vida.
Los juegos de niños quedaron atrás y Paniagua hizo del balompié su profesión. Inició su carrera en la rama aficionada con las selecciones Antioquia en el torneo de reservas con el Independiente Medellín y debutó en el profesionalismo en 1985 con Julio Comesaña como entrenador. Sin embargo, una delicada lesión de rodilla lo obligó a salirse de las canchas y vivir el fútbol de otra manera, desde la raya.
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Se dedicó a estudiar Tecnología Deportiva y entrenaba a clubes aficionados de su ciudad hasta llegar al Atlético Bucaramanga y al Itagüí F. C. como el hombre de confianza de Carlos Mario Hoyos. Juntos hicieron historia en el equipo leopardo llevándolo a su única participación en una Copa Libertadores.“Me lo llevé porque era muy estudioso, entregado. Se capacitó y vi su potencial. Desde siempre ha mostrado respeto a la profesión en las categorías”, contó Carlos Mario.
Tiempo después, asumió como técnico en propiedad tanto de los antioqueños como de los santandereanos. Con los paisas estuvo muy cerca de conseguir el ascenso. Al no obtener grandes resultados, se fue a capacitar en Argentina y regresó para entrenar las selecciones de su departamento con jugadores como David Ospina, Camilo Zúñiga, Dorlan Pabón, Juan Fernando Quintero, Stefan Medina, Felipe Aguilar, Sebastián Pérez y John Córdoba.
Formar a grandes ídolos lo puso en el radar de la Federación Colombiana de Fútbol, que lo llamó para asistir a Harold Rivera y después a Carlos ‘Piscis’ Restrepo en la sub-15 y sub-20. “Demostró lo bueno que es desde siempre. Tuvo paciencia para llegar donde está. Es un estratega y gran ser humano, tiene un don de gente único”, dijo Rivera.
Tras la representación en el Sudamericano de Ecuador sub-20 con la selección masculina, llegó un despido. El dolor solo duró mientras viajó a Medellín, pues en suelo paisa Marco Roldán lo invitó a hacerse cargo del proyecto femenino de Envigado, asistió a Felipe Taborda en el Mundial de Costa Rica sub-17 y dirigió al Medellín, alcanzando el subcampeonato y la clasificación a la Libertadores con ellas.
“Tenía una posibilidad de ir al fútbol de Honduras con Piscis, pero mi familia me pidió estar más tiempo en casa. Decidí aceptar y fue un desafío pasar del fútbol masculino al femenino. Lo asumí, pero en principio fue difícil”, recordó Paniagua.
El 3 de diciembre de 2021 lo nombraron técnico de las selecciones femeninas sub-17 y sub-20 y en menos de un año logró el oro en los Juegos Bolivarianos, el segundo lugar en cada uno de los Sudamericanos y la respectiva clasificación a los mundiales.
Además, los cuartos de final en la copa del mundo de Costa Rica y está muy cerca de llegar a las semifinales en la India con un equipo en el que Linda Caicedo es la capitana. “Estoy al frente de mujeres berracas y comprometidas. Ellas no se quejan de nada, entienden todo más rápido. Aprendí del manejo del grupo femenino y a entenderlas”.
Sin pensarlo, Paniagua está haciendo historia con el equipo femenino y aún puede llegar mucho más lejos con este grupo de jugadoras que están poniendo en lo alto el nombre de Colombia.