POLÍTICA

“Cualquier reforma a la Policía se debe hacer con conocimiento y con la ayuda de la institución": Daniel Mejía

El exsecretario de seguridad en la alcaldía de Enrique Peñalosa y experto en seguridad se refirió a la posible reforma a la Policía que se ha propuesto. Dijo que está de acuerdo, pero que tal como se ha planteado desde algunos sectores sería más grave que no hacerla.

18 de septiembre de 2020
Daniel Mejía
Daniel Mejía, exsecretario de seguridad de Bogotá habla sobre la reforma policial. | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

Desde la semana pasada, cuando la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, planteó la reforma a la Policía, se han escuchado argumentos a favor y en contra de estas modificaciones. En general todos están de acuerdo en que debe haber cambios, pero hay diferencias sobre cuáles deberían ser. El mismo presidente Iván Duque habló de una “transformación”.

Sin embargo, son varios los que consideran que desde algunos sectores se está aprovechando la coyuntura para buscar acabar con la institución y que se está utilizando el momento para sacar réditos políticos.

¿Qué tan real y necesaria es una reforma a la Policía? ¿Las iniciativas que ya se han propuesto realmente resolverán los problemas de la institución?

Daniel Mejía, uno de los expertos más reconocidos en asuntos de seguridad en Colombia y quien se desempeñó como secretario de seguridad durante la alcaldía de Enrique Peñalosa, le dijo a SEMANA que no se puede caer en oportunismos porque podrían ser contraproducentes.

“Cualquier intento de reforma policial no debería hacerse al calor de los hechos que todos hemos repudiado, como el asesinato del abogado Javier Ordóñez, y los otros casos de abuso policial que no son para nada justificables. Los responsables tienen que responder”, aseguró Mejía, quien coordinó en su momento la intervención del Bronx y trabajó en equipo con la Policía Metropolitana.

Sobre la reforma a la Policía, Mejía considera que las propuestas que pretenden quitarle herramientas a los uniformados no contribuyen a una verdadera transformación de la institución.

“Quitarle herramientas y el uso legítimo de las armas letales y no letales en nada ayuda. Esto puede terminar en unos problemas mucho más delicados para el país”, dice.

Para el exsecretario de seguridad de Bogotá, se debería pensar más bien en los protocolos policiales, una mejor formación y mejores procesos de incorporación de los patrulleros y de los oficiales que ingresan a la Policía.

Mejía cuestiona que los hechos recientes hayan sido capitalizados por algunos políticos y dice que la única intención de ellos es acabar con las instituciones legítimas del Estado, lo cual es muy delicado.

“Por ejemplo los ataques permanentes de la alcaldesa a la Policía, casi que justificando los actos de vandalismo, poco ayudan", señala Mejía.

En una eventual reforma uno de los papeles clave será el del Congreso y se habla de cuatro proyectos de reforma. Uno de ellos es el del representante Inti Asprilla, que busca regular el uso de la fuerza por parte de los uniformados y restringir el uso de armas de fuego y otras herramientas que puedan causar daño, como la pistola taser o las escopetas del Esmad.

Otra propuesta es la de la representante María José Pizarro y el senador Iván Cepeda. Proponen reducir el uso de la fuerza por parte de Esmad durante manifestaciones y protestas. “Lo que se quiere es prevención y capacitación para que el uso de la fuerza solo deba darse cuando no exista ninguna otra opción, es decir de manera extraordinaria”, dice la representante.

Una tercera idea es la de la representante Katherine Miranda, que pretende capacitar en el uso de la fuerza y convivencia ciudadana a los policías en materia de derechos humanos, perspectiva de género, cultura ciudadana, principios para el uso de la fuerza, entre otros.

También se presentó otra reforma impulsada por la Procuraduría a partir de los hechos ded la semana pasada y la reunión del procurador Fernando Carrillo con Iván Duque y Claudia López.

Políticamente la única que tiene posibilidades reales de ser aprobada impulsada desde el Congreso es la de Miranda. Una de las razones es que Alejandro Chacón, representante del Partido Liberal, es el coordinador ponente. Políticamente Chacón tiene las alianzas para lograrlo. El hecho de haber sido presidente de la Cámara el pasado periodo legislativo y tener suficiente experiencia en el Capitolio le da cierta ventaja para impulsar reformas.

Otro factor para que este proyecto pueda ser aprobado es que no busca reducir el uso de la fuerza sino capacitar a los uniformados, lo cual concuerda con lo planteado con Mejía, por lo que podría tener el apoyo de otros sectores.

Esta semana en el Congreso hubo un debate de control político al ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, por los violentos disturbios de los últimos días.

El representante David Racero, de la Lista de la Decencia, reveló haber sufrido abusos por parte de uniformados cuando tenía 17 años. Contó que fue detenido en un CAI durante varias horas luego de participar de una protesta y que durante ese tiempo fue insultado, humillado y golpeado por los patrulleros.

Racero dijo que la reforma debe involucrar a los mismos policías y a la institución. “Esa reforma no se puede hacer a espaldas ni en contra del establecimiento de la Policía. No es contra ustedes: comandantes, oficiales, generales, patrulleros, intendentes; es más, debe ser con ustedes que se debe hacer esa reforma a la Policía como se merece el país”.

Daniel Mejía considera que la reforma debe ser articulada y coordinada con la Policía, con personas que conozcan el tema del servicio, los procesos de incorporación, el relacionamiento de la entidad con el poder ejecutivo a nivel nacional y local. Señala que tiene que ser a partir de lo que le convenga al país y no que busque acabar con la institución.

Mejía es enfático en que lo peor que puede pasar es que el debate se politice en torno a la función constitucional que la Policía cumple.