“¡Para el doctor!” es una frase que se oye con tanta frecuencia en un vallenato, que resulta fácil pensar que esos saludos y dedicatorias son simple agradecimiento. A veces es así, pero en la mayoría de los casos, esas frases surgen tras un pago. El tema no es ningún secreto, y para explicar el tema, entrevistamos a Álvaro Álvarez, más conocido en Olímpica Stereo Valledupar como “Triple A”, quien está al frente del programa Vallenatos de Oro y que también sirve de enlace entre los músicos y quienes quieren ser mencionados en sus canciones.
SEMANA: ¿Cómo funciona este trabajo?
Álvaro Álvarez: Con Diomedes Díaz, que fue con el que más trabaje en cuestión de saludos, se recibía una remuneración y él en agradecimiento con lo que uno hacía pues él le daba a uno un porcentaje. Él me decía “voy a saludar a fulano de tal; eso vale 25 millones de pesos” y de ahí él me daba 3 o 4 millones. Eso no es nuevo en el folclor.
SEMANA: ¿Cuánto tiempo trabajó con Diomedes?
A. A.: Más de 15 años. Yo siempre estaba con Jorge Oñate y con Poncho Zuleta. Eso de cobrar por los saludos era normal en ellos, que eran los tres grandes. En el departamento de la Guajira para nadie es un secreto que tuvo muchos vínculos con la etapa de la marihuana. Ha sido un departamento de contrabando. Ellos conformaron su grupo y en agradecimiento, por ejemplo Poncho nombraba a José Miguel Cotes, ‘Lucky’ Cotes, el gavilán Mayor, Chijo López… los que estaban conectados con el negocio. Los saludaban y ellos les regalaban carros y hasta apartamentos. Después eso fue desapareciendo por las investigaciones y mucha gente se apartó. Más tarde se convirtió en una manera de hacer publicidad para candidatos a alcaldías, al congreso, a cualquier cargo de elección popular. Ellos se veían más beneficiados con un saludo de estos cantantes que con la misma publicidad política de un afiche o de un programa político en alguna emisora.
SEMANA: ¿Quiénes solían comprar estos saludos?
A. A.: En general eran políticos o narcotraficantes y personas de esos negocios. No es un secreto. Una vez en Cali, Jorge Celedón mencionó en un concierto a fulano de tal y dentro del espectáculo estaba otro señor que le preguntó por qué había nombrado a esa persona. Le dijo a Celedón: “no lo vuelvas a hacer; mejor que no porque te buscas problemas”. A raíz de eso Jorgito Celedón es el único cantante que no menciona a nadie en sus trabajos musicales. De La Guajira ya pasamos al interior del país. En todo caso con Diomedes, Poncho y Jorge Oñate siempre se dio la cuestión de la dádiva, de la gratificación porque ayudaron a una persona a llegar a un cargo, por un negocio exitoso o porque hicieron popular a alguien. Se fue regando tanto eso del saludo que ya los políticos, los médicos, etcétera, quieren que los saluden.
Todo el que termina la profesión quiere que lo mencione Silvestre, Peter Manjarrés y Martín Elías, porque es una plataforma para vender su imagen. Con Diomedes se llegó al extremo que las casas disqueras no pagaban como antes el CD o el LP. Antes le pagaban al músico 100 o 200 millones de pesos por la grabación. Eso desapareció debido a la piratería. ¿Qué pasó? Que ellos consiguieron unos amigos que estaban en el congreso, que aspiraban a un cargo de elección popular y les pasaba 15 o 20 millones. De los más mencionados era Emilio Tapia que le daba por debajo de cuerda una remuneración al Cacique. También nombró a Carlos Alberto Medina, como el mejor ortodoncista.
Diomedes también nombraba a su sobrino Daniel Fernando Zabaleta cuando se convirtió en profesional para impulsar su carrera. Diomedes, Poncho y Jorge, a raíz de que la casa disquera ya no pagaba, buscaron su forma de sostener a los músicos y de pagar el estudio de grabación. La piratería obligó a los músicos a que se agarraran de los pudientes, como los grandes contratistas del Estado.
Luis Ángel González, que era un comerciante de Maicao le regalaba novillos, ganado, o carros cargados de whisky. Santa López Sierra ex senador y que está extraditado, también le daba dinero a Diomedes porque tenía aspiraciones políticas
SEMANA: ¿Cuántos saludos podía haber por álbum?
A. A.: En el último trabajo de Diomedes, que fue con el que más plata hizo, alcanzó a ganar 800 millones por saludos. Si se analiza ese disco uno encuentra muchas personalidades que llegaron al congreso, incluso futbolistas como el Tino Asprilla y el Pibe Valderrama. Ellos cuando se retiraron querían seguir siendo famosos, Diomedes les mandó saludos, y ellos le mandaban regalitos de 10 o 15 millones de pesos. Pero hay saludos más caros. Los hijos de Diomedes como Luis Ángel, Diomedes de Jesús y hasta el mismo Martín, Rafael Santos, recogían plata entre sus amigos y pudieron haber llevado 150 o 200 millones de pesos. El mánager de Diomedes, José Sequera, también negociaba.
Todo eso era con orden de Diomedes, no era que uno lo hiciera arbitrariamente. Eso era para pagar a los músicos porque el Cacique empleaba a más de veinte. Él duró más de cuatro meses grabando el álbum y eso tiene un costo. La hora de grabación es carísima y las casas disqueras ya no responden por eso. Diomedes se agarró entonces de los saludos y yo por otro lado le pude haber entregado más de 100 millones de pesos.
El saludo más caro coordinado por mí fue de 30 millones de pesos; por el lado de José Sequera, 40 millones. Nelson Wilches en Santa Marta también estaba autorizado y alcanzó a recoger entre 90 y 100 millones.
SEMANA: ¿Todos los saludos son pagos?
A. A.: No, hay saludos de agradecimiento. Por ejemplo a veces se nombra a Javier Fernández, director de Olímpica Stereo Valledupar que es la emisora más escuchada en Valledupar, en agradecimiento porque promocionaba los lanzamientos de discos. Diomedes también me saludó en más de 8 o 10 canciones. Todos los artistas vallenatos me han saludado en algún momento excepto Beto Zabaleta porque nunca he sido cercano a él.
SEMANA: ¿Cuánto cuesta un saludo de otros artistas?
A. A.: El más caro era Diomedes. El saludo con Silvestre también está en un nivel altísimo. Un saludo para una sola persona con Silvestre puede costar entre 30 y 40 millones. Peter Manjarrés cobra entre 20 y 25 millones. Todo depende de qué tanto está sonando el artista. Ahora los que están de moda son Silvestre y Martín Elías y ellos cobran caro.
SEMANA: ¿Hay más comisionistas de saludos?
A. A.: Sí, hay varias. Está Joaco Guillén que hace el puente con Poncho Zuleta, o Mario Puerta, y hasta los mismos mánagers de los artistas. Como uno trabaja en esto del medio también es la forma de vender la publicidad, porque eso cuesta. Para vender el producto hay que anunciarlo y en la emisora uno publicita, eso es normal.
Eso lo vienen denunciando. La Fiscalía no ha podido abrir la investigación a ningún cantante porque el cantante no es juez ni fiscal. Por ejemplo a Silvestre y a Jean Carlos Centeno los contrató Fritanga pero él no les pagó directamente. Eso fue a través de un tercero o a través de los mánagers de ellos. Quienes tienen que ser responsables son los mánagers que deben saber a quienes les van a cantar; el cantante llega a la tarima.
En cualquier evento público cuando Diomedes se bajaba del escenario le daban plata porque él hacía mención de alguien durante el concierto. La gente le daba 5 o 6 millones para sus desplazamientos o para el whisky. Diomedes salía de los conciertos con plata.