Cundinamarca va a declarar calamidad pública por la fuerte ola invernal

Con el objetivo de poder adelantar inversiones de manera rápida y directa para atender la emergencia invernal que azota a 50 municipios del departamento y que registra el fallecimiento de 7 personas, el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García Bustos, afirmó que este martes se adelantará un Consejo Departamental de Gestión del Riesgo para declarar la calamidad pública.

“Estamos haciendo presencia en todos los municipios afectados con la maquinaria del Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca (ICCU), con gestión de riesgo, con vivienda, con desarrollo social llevando insumos y herramientas inmediatas para afrontar esta emergencia, y he convocado también al Consejo Departamental de Gestión de Riesgo para contemplar la declaratoria calamidad pública y, de esta manera, poder hacer inversiones rápidas y directas sobre infraestructura del departamento que se está afectando como puentes y como guías para poder minimizar los riesgos durante esta emergencia”, explicó García Bustos.

Con respecto a las víctimas que deja esta ola invernal, el mandatario se refirió al más reciente hecho en el municipio de Quebradanegra, en el que dos niñas perdieron la vida: “registramos un hecho lamentable que ha cobrado la vida de 2 menores de edad, de 2 niños, una creciente súbita en el municipio de Quebradanegra y la quebrada Honduras. Cuatro personas fueron arrasadas, el padre y sus 3 niñas, el padre y una de las niñas, lograron sobrevivir y las otras 2 menores lamentablemente fallecieron. En este momento les hacemos acompañamiento psicosocial al padre, a la niña y a sus familiares”, comentó.

Las víctimas mortales fueron identificadas como Solangie y Yurley Tatiana Acosta Hortua de 9 y 12 años correspondientemente.

En declaraciones recogidas por medios nacionales, Álvaro Farfán, miembro de los cuerpos de rescate confirmó que, pese al operativo desplegado y a la voluntad de los uniformados que acudieron al lugar, el hecho terminó en tragedia.

La causa de la creciente súbita que ocasionó esta tragedia se generó a causa de las intensas lluvias que han azotado al centro del país en las últimas semanas, lo que creo un significativo aumento en el caudal del referido afluente hídrico.

Desde las autoridades de gestión del riesgo, y las entidades expertas, como el Ideam, se envió un mensaje de advertencia a los habitantes del centro del país, sobre todo a las zonas rurales, afirmando que la temporada de lluvias continúa, e incluso pueden intensificarse, lo cual podría derivar en nuevos fenómenos naturales, razón por la cual es importante que las autoridades locales adelanten planes de prevención ante riesgos de crecientes de fuentes hídricas; como ríos y quebradas, al igual que desprendimientos y deslizamientos de tierra.

En su más reciente boletín, el Instituto de Hidrología y Meteorología, Ideam, prendió las alarmas en el departamento de Cundinamarca, advirtiendo aumento en los caudales de los ríos Villeta, Tobia, Guaguaqui, Moras y Las Cañas, y las quebradas Amarilla, La Negra, La Chorrera, Agua Clara, La Papaya, Retama y Furatena.

Lo anterior, a su vez se deriva en mensajes especiales a las autoridades y pobladores de los municipios de Villeta, Nimaima, San Francisco, Útica, La Vega, Sasaima, Tobia, Pacho, Villagómez y Yacopí, para que se implementen los planes y medidas necesarias para mitigar eventuales riesgos que desencadenan en tragedias como la que hoy enluta al departamento.

Producto de estas fuertes lluvias, la Gobernación de Cundinamarca ya había declarado la alerta roja desde el pasado 28 de febrero.

Para minimizar el impacto, se han puesto grupos de atención especializada que, mediante el uso de drones, realizan monitoreos en las zonas que están catalogadas por ser de alto riesgo.

En la búsqueda de evitar cualquier accidente y garantizar la seguridad de los habitantes de Cundinamarca, se recomienda seguir las medidas necesarias de gestión de riesgo y sistemas de alerta temprana, se aconseja evitar conducir con altas lluvias, resguardarse en casas o refugios y evitar actividades cerca a los afluentes hídricos que están en crecimiento del cauce.