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Daniel García Arizabaleta: de aliado político de Óscar Iván Zuluaga a testigo estrella en su contra; esta es la historia de la prueba reina
En los escándalos que ha vivido el país, pocas veces hay una prueba tan contundente como las grabaciones que tiene Daniel García Arizabaleta, en las que Óscar Iván Zuluaga acepta que sabía de la plata de Odebrecht en su campaña. ¿Quién es él y por qué lo grabó?
Daniel García Arizabaleta sabía que estaba asegurando su futuro jurídico cuando decidió grabar a Óscar Iván Zuluaga. Pese a que era considerado “familia”, como le dijo el excandidato en esas conversaciones, el exdirector del Invías sentía pasos de animal grande, pues estaba seguro de que lo iban a traicionar y al final sería el único que pagaría por el ingreso de dineros de Odebrecht a la campaña presidencial del candidato del uribismo en 2014. Grabar era su seguro de vida, en uno de sus peores momentos y en medio de la más absoluta desconfianza. Para ese entonces ya era claro que sus problemas con la justicia eran enormes. El escándalo de Odebrecht había estallado.
García Arizabaleta le había prestado algunos servicios a Odebrecht, y los recibos de pago muy rápido llegaron a la Fiscalía. Ya en la campaña de 2014 su conexión con los brasileños le sirvió a Zuluaga para obtener millonarios recursos de la ya reconocida multinacional del soborno.
Dos de las grabaciones que le entregó a la Fiscalía se convirtieron en la prueba reina que permitió llamar a imputación de cargos a Zuluaga y a su hijo David. Lo que entregó García es tan contundente que un juez le avaló el principio de oportunidad, con inmunidad total. Es decir, sus procesos penales quedaron suspendidos a cambio de ser el testigo estrella contra el excandidato presidencial. García Arizabaleta era uno de los hombres del corazón de Zuluaga en su campaña a la Casa de Nariño. Fue testigo de primera mano de cómo el entonces candidato se acercó a Odebrecht para recibir millonarios aportes en medio de la contienda. Durante siete años lo negó y aún hoy no reconoce su responsabilidad. El exdirector del Invías tuvo el impulso de grabar a Zuluaga cuando el abogado Jaime Granados lo responsabilizó públicamente de lo que hubiese podido ocurrir con Odebrecht en la campaña.
García Arizabaleta “valoró esa manifestación como una amenaza, porque ese abogado es una persona muy influyente en la Rama Judicial, motivo por el que decidió grabar dos conversaciones que sostuvo con Óscar Iván Zuluaga que evidencian que el candidato a la presidencia conocía del pago al publicista Duda Mendonça con dinero proveniente de Odebrecht”, según el documento del principio de oportunidad conocido por SEMANA.
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En 2022, la Fiscalía decidió imputarle cargos a García Arizabaleta. En ese momento aspiraba al Congreso por el Centro Democrático. Su partido le pidió la renuncia y, de inmediato, él activó el plan de defensa y decidió colaborar con la Justicia.
Con el principio de oportunidad se comprometió a ser “testigo directo del conocimiento que tenía el indiciado (Óscar Iván Zuluaga) que a su campaña política por la presidencia para el periodo 2014-2018 ingresaron dineros –representados en servicios– de la multinacional Odebrecht”. En el acta de compromiso con la Fiscalía también se puede leer: “En efecto, el señor Daniel García Arizabaleta, en el marco de colaboración, se compromete a declarar que el candidato Zuluaga lo abordó para solicitarle su intermediación para que se comunicara con directivos en Colombia de la empresa Odebrecht, con el propósito de que esa compañía, en nombre de la campaña presidencial, terminara de cancelar un dinero que se le adeudaba a Duda Mendonça por concepto de servicios de publicidad. Dinero que fue pagado por Odebrecht con pleno conocimiento del candidato Zuluaga, quien, además, a sabiendas, no lo reportó al Consejo Nacional Electoral en el informe de ingresos y gastos de la campaña 2014-2018”.
El exdirector del Invías dijo que, después de ganar la primera vuelta frente al presidente-candidato Juan Manuel Santos, pactó con Eleuberto Martorelli, presidente de Odebrecht en Colombia, que la firma internacional pagaría los servicios del publicista Duda Mendonça para la recta final de la campaña.
En su colaboración con la Fiscalía, García Arizabaleta le dio una estocada a Zuluaga al entregar los audios que grabó después de reunirse en privado con él cuando ya había estallado el escándalo. Esas pruebas fueron aportadas por el exdirector del Invías el pasado 3 de febrero. SEMANA conoció que él ya le habría hecho saber a los fiscales que tiene en su poder más comunicaciones. ¿Las entregará? ¿Las judicializará?
“Anexó a su testimonio dos grabaciones de las conversaciones entre el postulado y el indiciado Zuluaga que soportan los hechos”, dice el principio de oportunidad. García Arizabaleta también se comprometió a devolver los 360 millones de pesos que recibió de Odebrecht.
El testigo hizo otra grave denuncia. Dijo que fue contactado por personas del movimiento político que acompañó la campaña de Zuluaga y por el propio excandidato. Le pidieron que rindiera una declaración jurada “orientada a demostrar el desconocimiento acerca del ingreso de dinero de la empresa Odebrecht a la campaña”, según se lee en el principio de oportunidad.
García Arizabaleta, quien hoy cuenta con inmunidad total, reconoció ante los investigadores su responsabilidad frente a los hechos que rodearon la campaña de Zuluaga. El principio de oportunidad señala: “Indicó el aspirante que dada su cercanía con el señor Martorelli se convirtió en la persona que facilitaba los encuentros con Óscar Iván Zuluaga, al punto que recogía a Martorelli y lo llevaba al apartamento de este último, al menos en dos o tres oportunidades”.
Esa negociación de García Arizabaleta con la Justicia es hoy el principal blanco de la defensa de Zuluaga. La semana pasada, su abogado, David Espinosa, interpuso una tutela buscando tumbar este acuerdo. Aseguró que viola el debido proceso del excandidato y que, “ante la dificultad para derribar la presunción de inocencia del doctor Zuluaga, se optó por dar un principio de oportunidad a un ciudadano para que declarara sobre hechos distintos a los que involucran su responsabilidad penal”.
En ese sentido, recuerdan que hubo una resolución de un fiscal ante la Corte Suprema que en el pasado había dicho que “el material de prueba recaudado hasta el momento no ha permitido establecer la presunta responsabilidad penal de otras personas en los hechos investigados, diferente a los ciudadanos Óscar Iván Zuluaga y David Zuluaga Martínez”.
En la tutela, sin embargo, reconocen que García “era estratégico para los intereses de la multinacional Odebrecht, empresa de nacionalidad brasileña que tenía intereses en ejecutar su objeto social en Colombia, donde la calidad del director del Invías era fundamental”.
La tutela se convierte en una especie de pataleo judicial de Zuluaga y su equipo de defensa. No hay nada que hacer. Los audios que hoy revela SEMANA son irrefutables y se convirtieron en una confesión de Zuluaga, con su propia voz.
Para García Arizabaleta, el Centro Democrático era su casa. El arquitecto valluno había llegado a las toldas de Álvaro Uribe en esas épocas en que nadie creía que ganaría. Y desde esa campaña se había ganado la simpatía del exmandatario. Ya como presidente, Uribe le dio la oportunidad de ser director de Coldeportes y luego del Invías.
García Arizabaleta terminó sancionado por la Procuraduría por modificar el manual para acceder al cargo en Coldeportes. Lo mismo hizo en el Invías, en donde incluyó en los requisitos para esa posición ser graduado arquitecto. Por esta razón, el Ministerio Público lo destituyó e inhabilitó por 12 años en 2009.
Cuando García Arizabaleta prenda este ventilador en un eventual juicio contra Zuluaga, quizás el país se entere de muchas más cosas. Por ahora, en medio de su colaboración con la Justicia, vive en Miami de una manera modesta. Los fiscales aseguran que ha cumplido con todo lo que prometió. Después de diez años, García Arizabaleta, solitario, sin confiar en nadie, sintiéndose traicionado y con temor de ir a la cárcel a pagar por unos delitos que no cometió solo, decidió contar la verdad.