NARCOTRÁFICO
El capo que murió en 'paz'
El excapo del Cartel de Cali Phanor Arizabaleta Arzayús murió a sus 78 años como consecuencia de un infarto. Un juez le había otorgado la libertad condicional.
"El que a hierro mata, a hierro muere". Esa es una de las tantas frases célebres dentro del mundo de la mafia. De hecho, entre los mismos narcotraficantes es común oír argumentos donde sentencian que sus vidas de lujos y poder "es una carrera de solo cinco años".
Dicho en otras palabras, hasta los propios capos reconocen que el final de sus vidas será una muerte violenta y, en el mejor de los casos, los últimos días la pasarán en una celda. Pero esa cruda realidad dentro del mundo de la mafia parece tener excepciones y así lo acaba de demostrar el narcotraficante Phanor Arizabaleta Arzayús.
Arizabaleta acaba de morir a sus 78 años de edad, de un paro cardiorrespiratorio por cuenta de un quebranto de salud, en la comodidad de una clínica y acompañado por sus seres queridos. Lo normal para esta clase de personajes es morir producto de un atentado criminal de sus enemigos o que resulten dados de baja por las autoridades en medio de una redada para capturarlos.
El caso de Arizabaleta fue la excepción a la regla. Ese dramático pero sereno final de uno de los narcotraficantes colombianos sucedió este domingo en la clínica Imbanaco de Cali, donde llevaba hospitalizado una semana por cuenta de un problema respiratorio crónico que lo mantuvo algunos días en la unidad de cuidados intensivos. Un infarto puso fin a su mítica historia dentro del mundo de la mafia.
El excapo llegó a la capital del Valle luego de recuperar su libertad el pasado 28 de marzo cuando un juez de Ibagué le concedió una medida condicional dentro de un proceso por secuestro extorsivo y que le mereció una condena de 28 años de cárcel, pero que él logró reducir gracias a su buen comportamiento y trabajo social.
Como se recordará, Arizabaleta hizo parte de la estructura del temido Cartel de Cali que lideraban los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, ambos presos y condenados en Estados Unidos.
Phanor llegó a ese cartel de la mano de otro poderoso narcotraficante: Éllmer Herrera Buitrago, más conocido como ‘Pacho Herrera‘. Bajo su sombra fue ascendiendo dentro de la organización hasta convertirse en su mano derecha y luego fueron socios.
Sólo en enero 15 de 1997 Arizabaleta apareció en los informes de inteligencia de la DEA como un narcotraficante y desde entonces sus reseñas estaban ligadas a la estructura de ‘Pacho Herrera‘.
Una vez identificado como narcotraficante y aparecer designado en la temida Lista Clinton, el que fue considerado como el quinto capo del Cartel de Cali empezó su huida de las autoridades norteamericanas.
Pero su casería duró hasta ei 2010, cuando fue capturado y extraditado a Estados Unidos bajo los cargos de tráfico de cocaína; gracias a que colaboró con la justicia de ese país la condena fue de apenas cuatro años, y eso sumado a las rebajas le permitió regresar al país en el 2012. Es decir, sólo pagó dos años de prisión en EE. UU.
Y en Colombia debió enfrentar el proceso por secuestro extorsivo que lo tuvo tras las rejas hasta marzo pasado, cuando un juez le otorgó el beneficio de libertad condicional.
Irónicamente, disfrutó esa libertad muy poco porque casi de inmediato su salud le sacó una cuenta de cobro que lo condenó a postrarse en una cama de una clínica de Cali. Así murió en paz uno de los narcotraficantes más temidos de Colombia.