SALUD
Investigación: Los otros pacientes que denuncian al médico Urazán...y la que sale en su defensa
A raíz de la muerte de Ana Bolena Carvajal luego de una liposucción, el debate sobre estas operaciones estéticas volvió a ser parte del escenario nacional. Víctimas de malos resultados claman justicia y exactitud en la regulación de este tipo de intervenciones.
La semana pasada, Colombia se vio consternada por una trágica e inesperada noticia. Una mujer de 32 años falleció en Armenia horas después de haberse realizado una liposucción. Y fue entonces cuando se volvió a hablar de la urgencia regular los procedimientos de cirugía estética en el país.
Ana Bolena: la joven que perdió la vida luego de pasar por el quirófano la semana pasada
Ana Bolena Carvajal Pulido era una tuitera reconocida de 32 años. Ingeniera agroindustrial de profesión y amante de los animales, tomó la decisión de realizarse una liposucción y de implantarse unas prótesis.
Como contó Angélica Carvajal (la hermana de Ana Bolena) a La W, la familia se mantuvo al margen en la medida en que esa la decisión de operarse era una decisión propia. “Nosotros, la familia, nunca supimos nada, realmente nosotros no quisimos meternos en eso porque era decisión de ella”, afirmó. La intervención se realizó el 14 de febrero en la Clínica Del Parque, en la ciudad de Armenia.
La ingeniera contrató directamente al médico Ricardo Urazán para los procedimientos quirúrgicos. Como relataron familiares al medio regional Crónica del Quindío, lo contactó porque había sido recomendado por “una persona de confianza. Ahora nos damos cuenta que el señor no está certificado”, indicaron.
Julián Laverde, un médico de Armenia, fue el encargado de realizar una serie de exámenes a Ana Bolena y, según Angélica, estuvo presente al momento de realizar la cirugía.
Según comunicado de la Secretaría de Salud del Quindío, a Ana Bolena se le realizó la cirugía en el centro hospitalario a las 4:05 p.m. de ese jueves, y su egreso fue a las 8:00 de la noche.
En contexto: La prematura y trágica muerte de Ana Carvajal tras una cirugía plástica
Angélica estaba esperando a Ana Bolena en la clínica. Cuando iban saliendo del centro asistencial, en compañía de una enfermera, Ana se desmayó. “Ella salió muy dopada, se desmayó cuando salió del carro, se le dijo a la enfermera que la dejara internada, pero dijo que ‘así salen todas’”, expresaron familiares a Crónica del Quindío.
Confiados en lo que el cuerpo médico les decía, arrancaron para su casa. Pero al llegar a la finca Ana Bolena se descompensó y se desmayó otra vez. Después de eso, fueron al Hospital del Sur. Pero los esfuerzos por salvarla fueron en vano:a las 10:33 pm llegó sin signos vitales por un paro cardiaco.
El día del entierro de la tuitera, Urazán y Laverde se presentaron y tuvieron una reunión privada con la familia. “Se apareció allá y nos dijo: primero que todo, nosotros con La W tenemos una pelea casada porque hay un proceso legal y todo. No es cierto que sean 30 personas las que me hayan denunciado, no es cierto que nosotros estemos actuando fuera de lo legal”, narró Angélica a la emisora.
Adicionalmente, les dijeron que “por protocolo médico si la cirugía duró dos horas, a ella hay que dejarla en observación cuatro horas. Pero realmente a mi hermana no la dejaron en observación tanto tiempo, a ella la sacaron antes. Le dieron de alta antes. De hecho yo creo que la clínica quería era quitarse el problema porque la vieron muy mal”, contó Angélica.
En sus palabras, Julián Laverde afirmó también en ese momento que “ellos claramente entran a un quirófano pensando que todo va a salir bien y no entran con la intención de asesinar a nadie. Y eso uno lo cree, porque pues una persona tan cercana cómo va a querer que a uno se le muera la hermanita o la hija”.
Desde entonces, ni la clínica ni ninguno de los médicos se han contactado con la familia Carvajal Pulido. “No sabemos porqué los médicos escogieron esa clínica”, señaló Angélica a SEMANA.
- La Clínica Del Parque, en Armenia
Conforme a los registros de la Secretaría de Salud del Quindío, la Clínica Del Parque se encuentra habilitada para realizar cirugías plásticas. Cada cierto tiempo, la secretaría debe realizar visitas de habilitación para que las clínicas que se hacen llamar como "de cirugía plástica", en efecto, puedan prestar ese servicio. Como explica Juliana Osorio, líder del grupo de habilitación de esta secretaría, "la dirección territorial tiene cuatro años para visitar el 100 por ciento de los prestadores habilitados. Entonces en teoría, las visitas deberían ser cada cuatro años, pero hace algunos años el ministerio y la superintendencia nos mandan la priorización de las visitas que debemos hacer".
¿Qué requisitos debe tener una clínica para estar "habilitada" en este tipo de servicios? Los requisitos generales para todo prestador de servicios de salud están establecidos en la Resolución 2003 de 2014 y de acuerdo al servicio que brinde cada institución la norma establece las especificaciones correspondientes. En el caso concreto de lugares como la Clínica Del Parque, además de contar con lo necesario para servicio quirúrgico, "ellos debían contar el recurso humano idóneo y que tuvieran las autorizaciones otorgadas por el ente competente para ejercer la profesión o la ocupación", señala Osorio.
Estándares generales de la Resolución 2003 de 2014 (*) |
|
Recurso humano |
Verifica que el talento humano sea competente e idóneo. Lo debe verificar la institución a la hora de contratar. |
Infraestructura |
Señala cómo deben ser las condiciones locativas, el permiso de vertimientos, y debe cumplir con la Resolución 4445 de 1996. |
Dotación |
Se encarga de la parte de equipos biomédicos, verificar la existencia del respectivo cronograma de mantenimiento, preventivos y correctivos, de calibraciones. |
Medicamentos y dispositivos médicos |
Que el verificador tenga toda la parte de selección, de adquisición, de compra, de conservación de todos los medicamentos y dispositivos médicos que se utilicen en la institución. |
Procesos prioritarios |
Guías y protocolos, todo lo que se debe tener documentado y protocolizado para los servicios que se van a prestar. Con toda la evidencia científica. |
Historias clínicas |
Dice cómo se debe manejar la historia clínica, cómo es la parte de la conservación de acuerdo a las normas estipuladas para ello. |
Interdependencia |
Señala qué otros servicios se deben tener contratados o habilitados dentro de la misma infraestructura o por fuera para garantizar la prestación de los servicios que yo estoy habilitando. |
(*) Explicación de Juliana Osorio, líder del grupo de habilitación de la Secretaría de Salud del Quindío)
"Desde el 2014 toda institución prestadora de servicios de salud que se quiera habilitar primero debe tener el aval de la dirección territorial. Así, ninguna empieza a funcionar sin que la secretaría de salud lo autorice", explica Osorio. Además, cada año por órdenes del ministerio, todos los prestadores se deben autoevaluar. En caso de no cumplir con las condiciones "la institución se debe abstener de prestar los servicios", indica Osorio. "Si no cumplían con alguno, debían haber cerrado los servicios", agrega.
Desde el pasado martes en la mañana y hasta entrada la tarde del viernes la secretaría, por la muerte de Ana Bolena, estuvo realizando visitas en la institución con el fin de verificar si cumple o no con los estándares para prestar servicios de cirugía. El día miércoles, la entidad ordenó el sellamiento de quirófanos para la práctica de cirugía estética de la clínica como una medida provisional. Se espera que a inicios de la próxima semana se den a conocer las decisiones de la secretaría por lo encontrado durante las visitas de la semana.
No es la primera vez que la Clínica Del Parque es destino de la Secretaría de Salud. El pasado mes de julio se realizó una visita por quejas de un grupo de personas que manifestó a través de correo electrónico que "allá operaba un médico general (distinto a Ricardo Urazán) que no era cirujano plástico", con el fin de realizar una verificación de talento humano de los profesionales. "No encontramos ninguna evidencia porque ellos no nos daban números de pacientes, ni documentos. Fuimos a verificar las hojas de vida y a pedir algunas historias clínicas aleatorias. Pedimos la hoja de vida del médico. Pero no encontramos en ninguna historia clínica que operara como cirujano plástico", explica Osorio.
En video: Lo que se sabe de la muerte de @AnaBoicot
- El médico que operó a Ana Bolena: Ricardo Urazán
No fue sino hasta que Ana Bolena falleció que su familia se enteró de los señalamientos que existían contra Ricardo Urazán.
En el Registro Único Nacional del Talento Humano en Salud (ReTHUS), en el cual aparecen los profesionales de la salud en Colombia con los estudios en áreas asistenciales con los que cuentan, puede observarse que Ricardo Urazán solamente es médico y que puede ejercer desde el 1 de julio de 1997.
Adicionalmente, una persona -que solicitó permanecer en el anonimato- que se operó con Urazán y cuyo cuerpo quedó con secuelas graves brindó a SEMANA documentos como la respuesta de la Universidad Nacional sobre el título profesional que recibió Urazán de esa institución: título cirujano, graduado el 21 de julio de 1995.
Dentro de la investigación que está desarrollando la Secretaría de Salud del Quindío, el Colegio Médico Colombiano informó que no hay ninguna solicitud de Ricardo Urazán de registrarse como cirujano plástico.
Uno de los puntos que llamó la atención a la familia de Ana Bolena es que haya viajado hasta Armenia, alquilado un quirófano y realizado la intervención en una clínica de la que él no es miembro del cuerpo médico. Desde el 2015, una vez un profesional en medicina se inscribe en el colegio médico puede ejercer en todo el territorio nacional. Ya no debe registrar su título en las direcciones territoriales.
Sin embargo el alquilar quirófanos “es una figura que para el Sistema Único de Habilitación no existe. El artículo 8 de la Resolución 2003 me dice que el que habilita el servicio es el responsable del cumplimiento de la totalidad de los estándares, independientemente de que para cumplir tenga que concurrir a diferentes personas o a otras instituciones”, explica Juliana Osorio. “El que habilita el servicio en este caso (la clínica Mediservicios Clínica Del Parque) es la que debía garantizar que su talento humano fuera idóneo y cumpliera con todo lo exigido para ejercer su ocupación o su profesión. Un médico de otro lado puede llegar a hacer cirugía en una clínica, pero tendría que haber un contrato de prestación de servicios profesionales directamente entre quien habilita el servicio, que es la Clínica Del Parque y el especialista o el profesional”, señala Osorio.
Ricardo Urazán tiene una clínica en Bogotá, ubicada en el sector de La Castellana, en el norte de la ciudad. En un oficio de la Secretaría Distrital de Salud, de hace algunos años, puede observarse que por un radicado en el que se manifiestan presuntas irregularidades en la prestación de los servicios de este lugar, la entidad realizó visita. Por los hallazgos encontrados por la entidad decide remitir “al prestador a investigación administrativa”, en la medida en que Urazán no cuenta con especialización en Cirugía Plástica y estética. En otro documento de hace un tiempo al que SEMANA tuvo acceso se notifica que el Tribunal de Ética Médica de Bogotá le abrió investigación ético-disciplinaria.
Lo más leído
A lo que se dedican ahora los familiares de Ana Bolena es a recoger “nuestras pruebas, nuestra evidencia documental, estamos mandando derechos de petición, a la clínica, a los médicos que nos pasen toda la historia médica de ella, todo lo que se le hizo antes, durante y después”, cuenta Angélica, su hermana. “Estamos hablando con nuestros abogados, nos están asesorando, pero por ahora no hay ningún avance, porque en Colombia todo eso tiene unas demoras mientras procesan todo”, agregó. Una vez recopilado el suficiente material probatorio, el paso a seguir será que la fiscalía solicite una audiencia de imputación de cargos.
“Huellas imborrables”: la vida después de una fallida cirugía estética
“Mi madre tenía 71 años, era pensionada de la Caja Nacional. Fue auxiliar de enfermería por un poco de años”, cuenta Leonardo Vargas. Su madre, la señora Alba Nohora Villegas, tuvo cuatro hijos y dio a luz a través de cirugía de cesárea. “No era obesa pero sí tenía sus gorditos, normales de los embarazos en su juventud. Tenía hipertensión y un dolor en la rodilla”, narra.
La señora Alba le decía a su hijo Leonardo que ni subía ni bajaba de peso. “Ella quería darse una mejor calidad de vida. Un día acompañó a una amiga, María Teresa Mora, que es enfermera, a esta clínica (la de Ricardo Urazán). Se iba a hacer unos procedimientos”, comenta Vargas. Allí tuvo contacto por primera vez con el doctor Urazán.
“Mi mamá inicialmente quería hacerse una liposucción y el médico le dijo ‘tú siendo una enfermera, ¿por qué en tantos años no te habías hecho esa operación?’. Y la convenció de hacerse una lipectomía”, indica Vargas. La operaron el 29 de octubre del 2018.
“Ese día la llevó mi hermano, la acompañó a la cirugía. Mi hermano no sabía que iba para una clínica estética, incluso ese día discutió con el doctor porque cómo le iba a hacer una cirugía estética a mi mamá. El médico lo calmó. En conclusión, lo convenció también, le dio tranquilidad”, relata Vargas, quien recogió a su madre al día siguiente de la intervención. La recomendación era echarse gelatina sin sabor.
“La llevé hasta la casa y a partir de ahí comenzó el karma de mi madre con dolores permanentes en la espalda. Se colocaba sus fajas y eso era una tortura. No podía dormir, a los ocho días se le reventaron esos puntos”, recuerda.
Tuvo dos citas de control donde siempre la revisaba otro médico, una señora. Por ello, la señora Alba exigió que la atendiera Urazán. El 19 de noviembre por fin lo volvió a ver. Le haría una segunda intervención, le pondría puntos. “Ella confiaba mucho en ese médico, se confió mucho de él”, dice Vargas.
Ese día le colocaron anestesia, ejecutaron el procedimiento y salió para la casa. “Iba todavía como anestesiada, sin dolor. Esa noche pasó en la casa y al otro día falleció a las 6:30 am”, expresa Vargas, quien no se encontraba en Colombia, pues estaba en el viaje de celebración de los 15 años de su hija, un crucero que habían planeado desde hacía seis meses. “Lastimosamente, mi mamá se me murió en los días en que yo no estaba, casi ni me pueden avisar. Me enteré cuatro días después. Eso fue tremendo”, indica.
El día anterior al segundo procedimiento doña Alba ya estaba mal. “Había escupido sangre. ¿Por qué un médico que ve a una señora con esos síntomas no la manda para urgencias?”, cuestiona Vargas. “Si mi mamá hubiera ido a la EPS estaría viva ahorita”, asegura. La señora Alba falleció de trombos en pulmones y piernas. “A mi mamá le hicieron lipectomia y fuera de eso le chuzaron las piernas, lo que quiere decir que le sacaron sangre de las piernas, de los brazos. Uno dice ¡este señor qué protocolo tiene para poder pasar a cirugía una señora de 70 años!”, exclama Vargas.
La familia mediante un derecho de petición solicitó la historia clínica y todo el detalle quirúrgico. “Una amiga mía me dijo que ese detalle quirúrgico está incompleto, mi mamá siendo hipertensa no se sabe qué anestesia le colocaron porque no dice la clase de anestesia. Hay mucha cosita, mucha inconsistencia”, afirma Vargas.
“En los papeles se ve que en la sala de cirugía firma el doctor Ricardo Urazán y otra doctora Tatiana Martínez”, indica Vargas.
Según Vargas, Urazán le habría dicho que la muerte fue una coincidencia “porque tenía problemas de salud”, continúa. “Era hipertensa, ¿pero qué problemas de salud? ¡No era obesa, pesaba 70 kilos!”, afirma indignado Vargas. Por el procedimiento la señora Alba canceló seis millones cien mil pesos en efectivo, pues no le fue permitido realizar consignaciones. También adquirió una póliza de seguro de salud integral en caso de complicaciones, por un valor de 250 mil pesos.
La familia interpuso una denuncia en la Fiscalía. “He ido unas cuatro veces a averiguar por el caso, pero como todo en Colombia eso ahí está estancado”, dice Vargas.
Julia (**) también fue paciente de Ricardo Urazán. Agradece vivir, poder caminar. “Yo quedé en precarias condiciones, con secuelas permanentes”, indica. “Revivir eso no es fácil”, dice respirando profundo.
Hace un par de años Julia tenía el seno izquierdo más grande que el derecho, y empezó a presentar molestias en el hombro y la espalda. “En mi EPS me dijeron que ese proceso era estético y yo como boba dije ‘no, pues voy a buscar un cirujano que me haga esto’”, cuenta. Por una conocida, terminó en la clínica en La Castellana y se entrevistó con Urazán, quien le dijo que podría hacer el procedimiento, pero además le ofreció una especie de “combo” para intervenir en otras partes de su cuerpo, ambos senos y la zona ambinal.
Julia le dijo que no, que solamente quería la cirugía en su pecho no por vanidad sino por salud “porque yo me quiero, me valoro y me respeto tal como soy”. Sin embargo, como ella señala, terminó creyéndole. “Yo no me imaginé lo que iba a pasar, ni lo que el tipo hacía ni los testimonios que ya había”, afirma.
La cirugía se llevó a cabo un viernes. Al día siguiente la dieron de alta. Salió mareada y con dolor. No sentía su estómago ni los senos y se sentía trastornada. El lunes empezó a inflamarse,a no sentir nada del cuerpo. El dolor crecía y además le dio jaqueca, vómito y mareo. Se comunicó con el médico y le dijo que tomara agua y que caminara. “No me podía ni parar. Yo me paraba y me iba para un lado, me iba de cara”, narra Julia.
“A los cuatro días me empezó a salir una mancha negra en el estómago, abajo del ombligo. Entonces lo llamé (a Urazán) para preguntarle si eso era normal. Me dijo ‘venga a la clínica y miramos qué es’”, recuerda.
Vea también: Pionero en cultura de paciente seguro en cirugía plástica
Al llegar le puso oxígeno en el estómago. El médico se dio cuenta de que había necrosis.”’Tengo que quitarle eso’, me dijo. Yo pensé que me iba a hospitalizar, que me iba a anestesiar. Pero fue y me tiró allá como si yo fuera un perro en una camilla. Cuando me di cuenta, fue que cogió unas tijeras y me cortó la parte”, cuenta Julia. Al levantarse la sangre empezó a correr. La envió para la casa diciéndole, luego de echarle gelatina sin sabor sobre la herida, que se fuera, se acostara, tomara acetaminofén y agua y caminara.
Al poco tiempo mientras lidiaba con el dolor se dio cuenta de que se le empezó a pudrir la piel, los pesones. Y la herida del abdomen no sanaba. “El médico nunca más me volvió a llamar o a escribir, no me volvió a atender. Me cerró las puertas”, cuenta. Fue a la La Castellana para recoger su historia clínica, llegó sangrando. En el lugar le ofrecieron que pasara para que un médico diferente a Urazán la atendiera. Ella se negó. “¿Yo como porqué y para qué tengo que mostrarle mi cuerpo a otra persona, si el que me veía justamente era él? Entonces yo no terminé aceptando nada”, afirma Julia.
Le dijeron que no le podían entregar la historia, que para qué era. “Yo dije ‘pues porque necesito llevarla a mi EPS porque como usted no me prestó los servicios acá, mi EPS gracias a Dios me está atendiendo, pero necesitan mirar el diagnóstico, qué fue lo que me hizo’. Eso duró casi 20 días para que me entregara la historia y eso de mala gana y grosero”, explica.
Julia duró 17 meses prácticamente en cama. Perdió los pezones, el ombligo y parte del abdomen, y quedó con cicatrices. Al día de hoy las heridas no han sanado. La relación con su esposo se ha visto afectada.
“Quedar uno como un mapa, no poderse ver al espejo, sentir temor, miedo y angustia y saber que uno anda con eso para allá y para acá. No es fácil. Son huellas imborrables, ¿no ve que yo soy un ser humano que siente?”, dice Julia con voz quebrantada mientras surgen lágrimas de sus ojos.
La fiscalía tiene conocimiento de los hechos, hay denuncia, pero está en investigación. “Yo quedé con vida, puedo caminar, tengo dificultad para sentarme, hasta para hacer mis necesidades, para bañarme, para cambiarme, pero al menos yo puedo caminar. Los que se fueron, ¿qué? La fiscalía lo sabe, por qué no lo castigan, por qué no le imputan cargos? Qué pasa, yo me pregunto”, indica Julia, que pagó seis millones de pesos en efectivo (más una póliza de seguros) por el procedimiento que le dejó su cuerpo afectado.
- Al doctor Urazán le agradezco la extracción de biopolímeros de mi glúteo: Yina Calderón
A pesar de testimonios como estos, también hay personas que defienden a Ricardo Urazán en la medida en que obtuvieron los resultados esperados luego de las cirugías estéticas que les realizó.
En la página web de su clínica en la capital del país está escrito que Urazán como médico cirujano cuenta con más de 13 años de experiencia, ha asistido a más de 25 congresos científicos, más de 32 mil horas de procedimiento lo respaldan y son más de siete mil sus clientes felices.
Yina Calderón, reconocida por haber participado en el programa “Protagonistas de nuestra tele”, ha sido paciente de Ricardo Urazán. Llegó al consultorio porque “él le alquilaba quirófanos a una doctora que me operaba a mí, pero la doctora tuvo que retirarse de la cirugía plástica porque le dio cáncer de mama”, narra Calderón, quien quiere realizarse una cirugía de nariz. Y visitó la clínica de Urazán.
“El doctor Ricardo Urazán me hizo la nariz, los pómulos, el mentón, los senos y, lo más importante para mí, la extracción de biopolímeros -que casi me matan-”, cuenta Calderón, quien indica que Ricardo Rugeles trabaja de la mano de Urazán. “A mí me encantaba la clínica porque yo la conocía. Ahí han operado a muchísimas conocidas mías. Antes de eso siempre iba Secretaría de Salud día por medio, él cuenta con todos los registros y por eso me dio seguridad. Yo conozco muchísimos médicos, demasiados médicos de garaje, de todo conozco, pero este señor me pareció muy profesional y por eso decidí operarme”, agrega.
El 4 de junio de 2018 Calderón compartió en su perfil de Instagram un video que le envió con anterioridad a Urazán. En él muestra una bola de gran tamaño en su espalda y describe un enorme dolor en su glúteo. Según narra en la publicación, Urazán le dijo que le habían inyectado biopolímeros y era necesario realizar lo más pronto posible la extracción de los mismos, pues su cuerpo los estaba rechazando.
“¿Sabes que le agradezco? La extracción de biopolímeros porque yo pensé que mi cola iba a quedar desfigurada, y ellos cuidaron muy bien la estética de mi glúteo. Después yo me hice la resonancia y me encuentro bien de salud, no volví a tener ese producto, salió de mi cuerpo en un 90%”, expresa Calderón.
Luz Mery Perdomo, la madre de Yina Calderón, también se operó con Ricardo Urazán. “Llegué a donde el doctor porque él operó a mi hija y le fue super bien, y también ha operado a muchas amigas”, dice Perdomo, que se realizó liposucción, lipectomía, lipoinyección y pexia. Decidió que fueran las manos de Urazán las que le realizaran estos procedimientos porque “él ha operado a bastante gente conocida y la ha dejado súper bien”.
Luego de la cirugía no hubo complicaciones. En el caso de la lipectomía, por ejemplo, la cicatrización fue perfecta. Y Urazán ha operado a más mujeres de esta familia que han quedado satisfechas con los resultados.
SEMANA intentó contactarse con Ricardo Urazán en más de una ocasión, pero no fue posible. Estas páginas están abiertas si a bien considera dar su versión de los hechos.
Puede interesarle: "Solo tengo dos reclamaciones de 8.000 cirugías realizadas": Carlos Ramos Corena
Regulación de la cirugía estética: un punto pendiente en la agenda del ordenamiento jurídico colombiano
La periodista Lorena Beltrán es activista por la reglamentación segura de la cirugía estética en Colombia.
Su lucha ha sido ardua. En 2016 inició la campaña #CirugíaSeguraYA tras haber sufrido una lesión en una reducción de senos. La operó el doctor Francisco Sales Puccini y los resultados fueron “pésimos”.“Uno de mis pezones empezó a tornarse color negro, tenía un seno más grande que el otro, y cicatrices que no eran las normales de este tipo de cirugías”, señala. Por ello, en 2015 aceptó que Sales Puccini le realizara una intervención de corrección, pero “el resultado fue aún peor”. Investigó y descubrió que un grupo de más de 40 médicos convalidaban cursos en el extranjero como especialidades médicas.
Al año siguiente, con #CirugíaSeguraYA Beltrán inició una movilización ciudadana digital, “que logró que el entonces ministro de salud, Alejandro Gaviria, creara una mesa con participación de la academia y las víctimas, para presentar un proyecto de ley que ponga freno a los abusos de estos médicos inescrupulosos. Lamentablemente el proyecto se hundió por la negligencia del Congreso de la República”, narra. Ya han sido cuatro los proyectos sobre regulación de este tema que se han caído en el Capitolio.
El concejal de Medellín Bernardo Guerra ha priorizado en su agenda la persecución a falsos cirujanos plásticos. Según el cabildante, en el país hay más de 200 médicos que realizan cirugías estéticas de manera clandestina. “Esto se ha vuelto un problema de salud pública”, señala Guerra, adicionando que en Medellín durante los últimos cinco años ha habido 50 muertes por esta razón.
A quienes se dedican a operar sin los permisos ni los estudios, Guerra los denomina las ‘bacrim de batas blancas’. Según él, tienen el mismo modus operandi: médicos sin los títulos correspondientes forman clínicas de cirugía estética y se hacen publicidad mediante redes sociales captando así a los pacientes. “Esto ha afectado el clúster de la salud en Medellín, le ha hecho daño a la economía en cuanto al turismo en salud”, afirma el concejal.
“La gente está muy mal informada y se deja influir por la publicidad. Ahora las redes sociales que están influyendo tanto entonces no importa quién sea, si la persona tiene más seguidores eso le hace pensar a los pacientes que esos son los buenos y no se fijan en su trayectoria profesional”, indica Diego Valencia Lucumí, presidente del Sindicato de Cirujanos Plásticos de Colombia.
Para Valencia, además de la responsabilidad del Estado por la regulación “ambigua, vaga y muy poco clara” que hay en este tema, también hay un problema de ética médica de por medio. Esto Valencia lo denomina como intrusismo médico: “médicos de otra especialidad o sin especialidad que se meten a hacer, en este caso, cirugía plástica. Por eso nos agremiamos para que se haga una ley o resolución por parte del ministerio donde se habilite solamente a las personas que han estudiado medicina y que han hecho la especialización de cuatro o cinco años para realizar sus procedimientos”, señala el médico. “Así se minimiza el riesgo de complicaciones”, añade.
El Sindicato propone que el gobierno empiece por regular la lipoescultura “porque es la cirugía que más están haciendo los médicos que se consideran, digamos, piratas. Si el gobierno la regula, que solamente la puedan hacer quienes tienen preparación, cirujanos plásticos, habilitados con todos sus papeles en regla en una institución de educación superior, podríamos empezar a ponerle control al problema y evitar todas las muertes y todos los problemas que se pueden presentar (refiriéndose a distintas secuelas).
Como este profesional en medicina señala, quien realiza una cirugía estética debe estar estar preparado para las complicaciones que se puedan presentar en las tres etapas de los procedimientos: fase anestésica, en la operación y al despertar al paciente.
“La recomendación más importante para quienes están pensando en realizarse una cirugía estética es que, primero, tengan claro qué es lo que se quieren hacer y, segundo, que verifiquen con quién se van a hacer el procedimiento. Muchas veces las personas buscan economía y lo más probable es que terminen ganándose un problema”, indica Valencia.
(**) Nombre modificado.