DENUNCIA
Las otras pruebas contra Otálora
Semana.com tuvo acceso a varios chats aportados a un expediente en la Procuraduría, donde queda en evidencia que el acoso a funcionarios de la Defensoría era generalizado.
Con el paso de las horas las cosas en la Defensoría del Pueblo empeoran cada vez más. Después de la renuncia del defensor delegado para los asuntos constitucionales y legales, Luis Manuel Castro, se advierten otras renuncias y movimientos de altos funcionarios que no están de acuerdo con la permanencia de Otálora en la entidad.
Como se sabe, el defensor está en el ojo del huracán por cuenta de denuncias por presuntos acosos laborales y sexuales a su exsecretaria privada Astrid Helena Cristancho y otros funcionarios.
Mientras Otálora toma decisiones en cuanto a si continúa o no en la entidad y se defiende de las acusaciones, en los entes de control siguen apareciendo pruebas sobre el acoso no sólo a Astrid, sino a un sinnúmero de funcionarios.
Esas evidencias están contenidas en un expediente abierto en la Procuraduría a partir de la denuncia que allí interpuso Astrid Helena. Se trata de conversaciones entre ella y otros funcionarios que evidencian que el maltrato y los tratos por parte de Otálora era el pan de cada día.
Los chats en poder de Semana.com revelan que muchos empleados callaron por miedo a no perder su trabajo y otros para que no hubiera represalias en su contra.
Todas son conversaciones previas o inmediatamente posteriores a la renuncia de Cristancho a su cargo de secretaria privada del defensor.
En las conversaciones, que parecen obedecer a un juicioso ejercicio de Cristancho de recolectar pruebas contra Otálora, se destacan las que sostuvo la exsecretaria privada con la exdirectora nacional de la Defensoría, en la que esta última reconoce que también salió por cuenta de las condiciones laborales en la entidad.
En otro chat entre Astrid con un exconductor de Otálora queda en evidencia que además de maltrato a él y al esquema de seguridad, reconoce que como parte de su trabajo tenía que recoger al defensor a altas horas de la noche en fiestas y salidas nocturnas. “A hacer rutas en altas horas de la noche y llevar y recoger mujeres que en realidad no tenían nada que ver con defensorías”, dice el exconductor. A lo que Astrid pregunta:
“¿Cuando el defensor agredía al mayor (de seguridad), él se defendía? Y el conductor responde: “Nada. Eso la cara de nosotros los conductores y escolta era de asombro”. Astrid vuelve a preguntar: “¿Y siempre era así o era de vez en cuando? Y él responde: “Siempre, con esa cara de terror y de miedo q provoca no se presta ni pa saludarlo ya q nos tokaba sacarlo a las 5am al nogal y al subirse al carro ni saludaba pensaba q uno no era un ser humano y en la tv si es todo un aparente super humanitario” (sic). Ella replica: "Dios. Si eso es así. Cuantos hombres integran el equipo de seguridad de él?", a lo que el conductor responde: "Hummmm unos 11 con 4 conductores desde cuando un sr defensor con todo esos personajes y fuera q agradeciera" (sic).
En el mismo chat ella le pregunta si él iría a la Procuraduría a entregar su testimonio. Él responde: “Pues me daría miedo porque pensaría que tomaría represalias o amenazas contra mí o mi familia. Pero pensándolo bien, sí, iría a atestiguar lo que sea porque es verdad, lo viví en carne propia”.
Al expediente llegó otro chat entre Astrid y una defensora delegada que dice: “Con toda la gente a la que él ha tratado mal y que a ti te consta que lo ha hecho, ¿Tú crees que nadie va hablar?”, dice la delegada.
Astrid: Si a usted la llaman, ¿usted contaría todo? ¿No le da miedo que el tiempo con tanto dinero y tanto poder nos persiga?
Delegada: Por encima de Dios no hay nadie, yo contaría todo. Ten presente que la verdad siempre sale a la luz.
Astrid: Si yo renuncio y se arma un mierdero, ¿usted me apoyaría?
Delegada: Total.
En el expediente hay otra charla de Astrid con otra funcionaria.
Delegada: Dices la verdad de tu historia. Que duro que su trato con el mundo sea así. Es lamentable.
Astrid: Es que yo no he dicho una sola mentira. De acá salía gente llorando.
Delegada: La misma Mafe lloró delante tuyo y de Valdivieso. Es real.
Astrid: Yo lo sé. No me lo tienes que decir. Yo presencié muchas cosas.
Con estas pruebas, la Procuraduría deberá abordar el estudio sobre eventuales fallas disciplinarias y éticas de Otálora, y tomar una decisión frente a su salida del cargo. Lo cierto del caso es que el panorama contra el defensor cada vez es más oscuro.