NACIÓN

"Del Palacio de Justicia falta mucho por destapar": Ana Carrigan

La periodista colombo-irlandesa que escribió 'El Palacio de Justicia: una tragedia colombiana', sigue con la investigación de este caso. Califica de "valiente" la decisión del Tribunal Superior de Bogotá de ratificar la condena de 30 años contra Plazas Vega.

17 de abril de 2012
La toma del Palacio de Justicia se vivió en 1985. | Foto: Archivo Semana.

Ana Carrigan (periodista colombo-irlandesa) nunca le ha perdido la pista al caso del Palacio de Justicia. Por eso publicó en 1993 la primera edición de El Palacio de Justicia: una tragedia colombiana. Y sacó una segunda serie de ejemplares en el 2009. Es que desde cuando conoció la historia en 1985, hasta la fecha, no se ha perdido ni un capítulo.

Aunque vive en Londres no es raro verla en los juzgados especializados en el centro de Bogotá cada vez que hay una diligencia por una de las tragedias más recordadas del país, que terminó con la muerte de 109 personas y la desaparición de otras 11.

Semana.com habló con ella, quien califica de "valiente" la decisión del Tribunal Superior de Bogotá de ratificar la condena de 30 años contra el coronel (r) Alfonso Plazas Vega por los desaparecidos del Palacio de Justicia (1985).

Semana.com: 27 años después de haber publicado la primera edición del libro ‘El Palacio de Justicia: una tragedia colombiana’, el caso continúa, si pudiera agregar un nuevo capítulo , ¿cuál sería?

Ana Carrigan: Creo que no es el momento. El caso permanece abierto y quedan por resolver varios hechos. Existen todavía misterios, sobre todo en el ámbito de lo que pasó después de que el Ejército tomó el control del Palacio.

Semana.com: ¿Pero hay un tema que en estos años haya despertado su interés dentro del caso?

A.C: Los que hemos estado cerca de este caso tenemos la convicción de que el asesinato del magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán (que está en manos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos) no fue una muerte aislada y única, sino que hubo otros magistrados que resultaron muertos de la misma forma. También existe certeza de que hubo más desaparecidos, gente de la que ni siquiera se conocen sus nombres. Desaparecidos anónimos.

Lo que uno esperaría es que la Fiscalía siga investigando.

Semana.com: ¿Cómo vio la decisión del Tribunal Superior de Bogotá que ratificó la condena de 30 años contra el coronel (r ) Alfonso Plazas Vega?

A.C: Me pareció que la decisión del Tribunal Superior fue muy valiente.

Semana.com: ¿Cree que en este caso se está haciendo justicia?

A.C: Me parece que el caso del Palacio es bien especial. Durante 27 años hubo un período de silencio en el que se intentó asegurar la impunidad y distorsionar los hechos de esta tragedia. En el 2005 llegó un nuevo fiscal general que apoyó el trabajo de una fiscal nueva, quien estudió el caso, lo sacó del abandono, y empezaron entonces cinco años de una rigurosa investigación judicial que sirvieron como ejemplo de profesionalismo y valentía para la justicia colombiana.

Me refiero al trabajo de la fiscal Ángela Buitrago (2005-2010) y la juez Stella María Jara, las dos mujeres que llevaron el proceso contra el coronel Plazas y que lo condenaron por tortura y desaparición. Ellas, en lugar de ser reconocidas como quienes derrotaron la impunidad militar de décadas, fueron amenazadas. Tanto que la juez Jara se vio forzada a salir del país y aceptar el exilio para proteger a su hijo.

Ese tipo de situaciones no es una buena señal para el futuro del caso.
 
Semana.com: Usted sigue de cerca el caso, asiste con frecuencia a las audiencias...

A.C: Aunque no estoy escribiendo sobre el Palacio, lo que me atrae y me motiva a seguirlo es que es un caso emblemático que muestra una confrontación permanente entre gente que está dispuesta a jugarse la vida para descubrir la verdad de lo que ahí pasó y los que quieren encubrir la historia. La verdad, me sorprende que en el caso del Palacio de Justicia sea tan intensa la confrontación, incluso después de 27 años.

Semana.com: ¿Qué opina de lo que ha pasado en el caso de Édgar Villamizar, cuyo testimonio niega y dice que fue un montaje?

A.C: Es muy extraño. No sé si a Villamizar lo amenazaron. Parece una "guerra sucia a la justicia". Lo grave de esta historia está en que se logró involucrar el apoyo de instituciones tan importantes como la Procuraduría.

Semana.com: ¿Qué es lo que más recuerda de la escritura del libro del Palacio?

A.C: Tal vez la búsqueda (desesperada) de un sobreviviente entre los rehenes de la guerrilla. Era mayo de 1986. En un contexto de guerra sucia contra todo lo que olía a izquierda, la represión de todos los que discutían la versión oficial de la toma del Palacio había logrado su fin: nadie conversaba con la prensa.

Hasta que una tarde llegó un amigo a buscarme en el hotel a decirme que había un muchacho, un joven empleado de la Corte, que tal vez estaría dispuesto a contarme su historia. En el libro lo llamo 'Gabriel', un joven bien simpático, tranquilo. Había sufrido dos veces los eventos traumáticos de la toma. Los sufrió en carne propia durante 26 horas de terror en ese baño donde murieron algunas personas inocentes y los sufrió de nuevo cuando tuvo que callarse por algún tiempo.

Semana.com: ¿Durante este tiempo ha visto otro caso que le haya llamado la atención tanto como para escribir un libro?

A.C: ¡Como este no!

Semana.com: ¿Hay otro tema de Colombia que le llame la atención para escribir sobre él?

A.C: Estoy buscando tema (...) Me fascina el de la paz.