Yaneth Mantilla, directora del IDU, fue la encargada de dirigir la finalización de la construcción. | Foto: Fotomontaje SEMANA

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Quien debía operar las bombas del deprimido de la 94 se fue porque se le inundó la casa

Tras la inundación del paso a desnivel que tanto dinero extra le costó a los ciudadanos, se empieza a señalar a los responsables. El IDU asegura que debe responder el contratista.

15 de mayo de 2017

Cuando se creía que el deprimido de la 94 por fin había salido de su anquilosamiento los hechos demostraron lo contrario. Este domingo,  las fuertes precipitaciones no dieron tregua en Bogotá y el paso a desnivel se inundó. No aguantó las primeras lluvias, sus cuatro bombas que sirven para evacuar 25.000 metros cúbicos de agua por segundo, no funcionaron oportunamente.

El desastre era de tal magnitud que la ciudadanía cuestionó la celebración que acompañó a la inauguración de la obra el 22 de marzo. Por eso, el alcalde Enrique Peñalosa salió al paso de los reclamos y explicó lo que a su juicio pasó. “Bombas del deprimido de la 94 tienen capacidad de sobra para desaguar lluvias como las que hubo. Contratista que aún no las entrega a EAB no las operó”, escribió en su cuenta de Twitter.

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Desde ese momento el agua sucia le empezó a caer al contratista, el Consorcio AIA CONCAY, ese mismo que tantos problemas ha tenido en el pasado por demorarse más de lo previsto en la entrega, lo cual le costó a los bogotanos 120.000 millones de pesos extra.

Pero en realidad quien tuvo que poner la cara fue el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) responsable del proyecto. Lo primero que aclaró su directora, Yaneth Mantilla, fue que aunque la obra se entregó, el contrato todavía no se ha liquidado, lo cual significa que el contratista sigue respondiendo por lo que suceda. Según la funcionaria después de la entrega de la obra (22 de marzo) se puede esperar uno o dos meses para que sea liquidado el contrato.

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“Antes de liquidarlo tenemos un plazo para inspeccionar todos los detalles que quisiéramos mejorar. La estación y la parte hidráulica estaban funcionando perfectamente”, dijo Mantilla.

La pregunta que nace es ¿por qué se recibió la obra y se inauguró? La respuesta, según Mantilla, es que las 10 pruebas que se hicieron con 50 ingenieros salieron bien. Sin embargo, hubo un detalle decisivo. Durante la entrega de inventarios de redes la parte eléctrica, a diferencia de la electromecánica, estaba funcionando manualmente. Por esta razón había un operador del contratista, encargado de activar el funcionamiento de la parte eléctrica en caso de que se presentara una emergencia como la que ocurrió el pasado 14 de mayo.

De ahí que se ha dicho que se trata de “un error humano” y que en definitiva la responsabilidad de activar la parte eléctrica era del operador. “No he hablado personalmente con él, pero a este operador se le inundó su casa, salió corriendo y no avisó, cuando nos dimos cuenta se reactivó el protocolo y vino una segunda persona a conectar la planta”, dijo la directora del IDU.

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Este hombre que tenía sobre sí la inmensa responsabilidad de poner en funcionamiento el sistema también sufrió los estragos de las fuertes lluvias en la capital y abandonó en ese momento la estación de bombeo que se encuentra en una estructura de cuatro pisos ubicada en la parte occidental de la obra.

La otra pregunta que nació fue quién le pagará los daños causados a los tres conductores que quedaron en medio del deprimido cuando se inundó. La respuesta para el IDU es clara: el contratista.

"Salíamos de la 85 con 13 e íbamos para el sur y pensamos en tomar la 30. Cuando bajamos al deprimido, la camioneta que estaba delante de nosotros se comenzó a devolver. Dijimos: -no nos metamos, pero cuando intenté bajarme a tomar una foto me di cuenta que el carro tenía el agua casi llegando a los vidrios. Le grité a mi mamá que llamara a la Policía", relató Paula Ballesteros una de las afectadas.

Lo mismo le pasó a Johan Rodríguez cuando conducía un BMW y quedó atrapado por la borrasca en la obra recién inaugurada. "Mi situación se dio sobre las cuatro de la tarde. Realmente solo hubo colaboración de personas, vecinos del sector y dueños de otros carros que no dudaron en bajarse a ayudar. Yo me quedé hasta las siete y media de la noche que llegó mi grúa. La Policía apareció sobre las cinco, los bomberos y la Defensa Civil a eso de las seis. Cuando la ayuda llegó, inclusive ya hasta el nivel de agua había bajado", manifestó Rodríguez.

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Cuando este trago amargo pase, se asuman las sanciones correspondientes y se liquide el contrato la responsabilidad del funcionamiento de las redes se asignará a las empresas públicas de la ciudad: Codensa y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá.