AMBIENTE

¿Estará descontaminado el río Bogotá en ocho años?

La Alcaldía de Bogotá anunció ayer la apertura de la licitación de la Estación Elevadora Canoas por 367.000 millones de pesos, que además de limpiar el río servirá para generar energía. ¿Cómo operará esta obra? ¿Por qué estuvo varada 7 años?

6 de junio de 2018
Es uno de los túneles por los que pasarán las aguas residuales de Bogotá. | Foto: Cortesía: Alcaldía de Bogotá

Este martes el Distrito anunció la apertura de la licitación de la Estación Elevadora de Canoas que tendrá un costo de 367.000 millones de pesos y que sería adjudicada a finales de este año. Según explicó la gerente del Acueducto de Bogotá, María Carolina Castillo, la Estación Elevadora de Canoas es un sistema que permite elevar el 70 por ciento las aguas que provienen del sistema de alcantarillado profundo de Bogotá —75 metros bajo tierra— y subirlas hasta la superficie, a la futura Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Canoas (Ptar Canoas), que beneficiaría a 7 millones de personas y generaría alrededor de 500.000 empleos.

Mientras la planta se construye, se hará un vertimiento en el río de forma controlada. Es decir, aunque todavía no se inicia la descontaminación, se regula. De acuerdo a Castillo, con unos caudales determinados es posible generar oxigenación del agua, lo cual ayuda a recuperar la vida del río.

Pero además, el proceso de elevación de aguas garantiza que haya un caudal permanente para la generación de energía. El sistema de este río genera más de 4.000 kilovatios de energía al año, entre el 6 y 8 por ciento para abastecer la energía nacional. Es por eso que Emgesa, la empresa que por 20 años estará a cargo de la generación de energía por medio de las aguas del río Bogotá, hará un aporte de 103.000 millones de pesos para la construcción de la Estación Elevadora, y además se hará cargo de la operación y del mantenimiento de todas las plantas y la energía que requiere el bombeo para llevar el agua hasta la planta de tratamiento.

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¿Por qué estuvo varada la obra?

Por varios años el Acueducto de Bogotá, junto a la Gobernación de Cundinamarca ha venido construyendo el sistema troncal de alcantarillado (conexión de túneles enormes) que permiten recoger grandes cantidades de aguas residuales que provienen de las afluentes Fucha, Tunjuelo, Tintal y Soacha para lo que la ciudad invirtió cerca de 1 billón de pesos.

Aunque la obra estaba avanzada en un 95 por ciento, estuvo varada por 7 años, por la corrupción que se presentó en el gobierno del exalcalde Samuel Moreno. El mandatario del Polo, junto a su hermano Iván, recibió coimas pagados por la constructora brasileña Odebrecht para conseguir, entre otros contratos, el de la descontaminación del Río Bogotá.

Como esta obra fue una de las tantas que cayó en el carrusel de la contratación que se destapó en 2010, el Acueducto de Bogotá y el consorcio conformado por Odebrecht y una compañía de la familia Solarte, dejaron bajo tierra dos tuneladoras (máquinas enormes especializadas para abrir la tierra y construir placas). Estas impedían el funcionamiento del 70 por ciento del sistema troncal de alcantarillado de Bogotá y Soacha y hasta ahora pudieron extraerse. Para eso se tuvo que traer la única puente grúa del país para desenterrarlas y tan solo ese proceso costó 25.653 millones de pesos y 1 año de retraso.

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Tulenadora. Foto: Paula Doria /SEMANA. 

Sin este paso no habría podido abrirse la licitación de la estación elevadora porque es de este sistema de túneles de dónde se recoge el agua que llega del alcantarillado. Así lo dijo el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa: “que no se nos olvide por qué las tuneladoras quedaron enterradas por corrupción en gobiernos pasados de la Alcaldía de Bogotá y la Empresa de Acueducto de Bogotá tuvimos sobrecostos y retrasos, y pasaron años en que los gobiernos que siguieron no hicieron nada por sacar la tuneladora”.

Además del problema de corrupción, después hizo falta voluntad política para sacar adelante el proyecto. El Consejo de Estado había emitido un fallo hace 4 años en el que comprometía al Distrito, a la Gobernación de Cundinamarca, a la CAR y al Ministerio de Ambiente para recuperar el río. Pero según la Procuraduría General, a 2017 todas las entidades habían inclumplido con el 30 por ciento de las acciones que tenían pendientes. Según dijo esa entidad, esas acciones para recuperar el río ya debían estar en el 100 por ciento.

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¿Qué hace falta?

Lo que viene ahora será el permiso de la CAR para que pueda empezar a funcionar el sistema troncal de alcantarillado y el Distrito tiene como meta que empiece a operar antes de que termine el gobierno del alcalde Peñalosa.

El contrato de la Estación Elevada tendría que ser adjudicado a finales de este año y si todo saliera como está planeado, debería estar operando en 2021.

La Planta de Aguas Residuales Canoas, que costaría en total 4,5 billones de pesos; 2,8 de la obra civil y el resto en operación y mantenimiento por 30 años, tendría que entrar en operación en 2026.

“Soñamos con un río Bogotá que deje de ser la alcantarilla de la ciudad para que sea el corazón palpitante de la ciudad, la columna vertebral (...) que el sector sea tan importante que sea un espacio de encuentro social”, concluyó el alcalde.